Alberto Zapater está más que ilusionado con el partido que mañana jugará su equipo, el Génova, en Mestalla. «Es uno de los grandes estadios de Europa. Se respira una gran atmósfera particular», dijo.
Y es que esto lo ha podido presenciar el propio Zapater, ya que en este coliseo el ex jugador del Zaragoza ha tenido una presencia destacada.
El alma del actual Génova italiano sabe que el Valencia no pasa por su mejor momento. Pero, pese a ello, reconoce que forman un buen equipo. «Pueden contar con grandes jugadores que, si se inspiran, pueden hacer mal de verdad. Me refiero a mis amigos, a David Villa, Silva y Mata, campeones extraordinarios dentro y fuera del terreno de juego. Sin duda el Valencia tiene un equipo de Champions», manifestó.
En cuanto al momento deportivo por el que pasa el conjunto italiano, el jugador español dice que están listos para darlo todo en Mestalla. «Jugar siete partidos en 21 días no es fácil. Pero este es el precio que deben pagar los grandes equipos y el Génova a todos los efectos lo es. Estamos listos y vamos a allí para ganar». En ese camino no estarán solos, ya que miles de aficionados viajarán a Valencia para apoyarles.
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miércoles, 30 de septiembre de 2009
59 millones de deficit el año pasado.
La directiva del Valencia llevará a la próxima Junta Gerneral Ordinaria de Accionistas un déficit de 59 millones de euros de la temporada 2008-2009.
El Consejo de Administración del Valencia celebró ayer una reunión de más de cuatro horas en las que se analizaron las cuentas del club. El ejercicio pasado ha quedado cerrado con una deuda de 59 millones, que tendrá que ser aprobada en la Junta.
La cifra es inferior a los 70 millones de los que habló ante los accionistas el presidente del club, Manuel Llorente, en la última Junta Extraordinaria (la de Dalport) hace dos semanas.
El Consejo acordó fijar el 14 de noviembre la próxima asamblea de accionistas. El club llevará a la Junta una previsión presupuestaria para esta temporada (2009-2010), con un capítulo de gastos de 139 millones de euros.
Desde el club, no avanzaron la cifra de ingresos que se calcula. Según explicaron, es la Junta el ámbito adecuado para concretar todos los datos económicos.
En la reunión del Consejo, apuntaron desde el Valencia, sólo se habló del apartado deportivo del equipo de manera informal. A pesar del debate abierto entre la afición sobre la figura del entrenador y la marcha del equipo, en el club se considera que la temporada sólo acaba de empezar.
El Consejo de Administración del Valencia celebró ayer una reunión de más de cuatro horas en las que se analizaron las cuentas del club. El ejercicio pasado ha quedado cerrado con una deuda de 59 millones, que tendrá que ser aprobada en la Junta.
La cifra es inferior a los 70 millones de los que habló ante los accionistas el presidente del club, Manuel Llorente, en la última Junta Extraordinaria (la de Dalport) hace dos semanas.
El Consejo acordó fijar el 14 de noviembre la próxima asamblea de accionistas. El club llevará a la Junta una previsión presupuestaria para esta temporada (2009-2010), con un capítulo de gastos de 139 millones de euros.
Desde el club, no avanzaron la cifra de ingresos que se calcula. Según explicaron, es la Junta el ámbito adecuado para concretar todos los datos económicos.
En la reunión del Consejo, apuntaron desde el Valencia, sólo se habló del apartado deportivo del equipo de manera informal. A pesar del debate abierto entre la afición sobre la figura del entrenador y la marcha del equipo, en el club se considera que la temporada sólo acaba de empezar.
el impago de dalport obliga a silla a devolver las 8.000 acciones que había comprado con anterioridad.
Los ex consejeros recuperan sus antiguos títulos al no haber cobrado cerca de 6 millones antes del pasado 30 de julio
SIN RENCOR. Silla habla al oído de Soriano, con quien dice no estar disgustado.
Estaba cantado desde finales de julio. Pero todas las partes implicadas quisieron dar un margen de confianza a la operación. Las más de 8.000 acciones que consiguió reunir el ex consejero Vicente Silla, y que completaron el 50,3% que adquirió Dalport, volverán a sus antiguos propietarios en los próximos días.
Silla agrupó un 3% del capital del Valencia (el anterior a la ampliación de este verano), procedente de los paquetes de antiguos directivos del club como Arturo Tuzón, José Peris Frígola, Vicente Alegre, Carlo Cicchella y Jesús Barrachina. Esos títulos y parte de los suyos fueron vendidos por el ex consejero a Vicente Soriano, quien a su vez hizo otra operación con la empresa de inversiones uruguaya.
La clave de la operación estaba en que los pequeños accionistas (Peris, Cicchella, Barrachina...) tenían que cobrar antes del pasado día 30 de julio, una cantidad que sumaba alrededor de 6 millones de euros. Silla compraba las acciones al precio de entre 600 y 1.000 euros. La fecha límite, tal y como se informó , se cumplió y los ex propietarios de las acciones no vieron ni un euro. El motivo era que Dalport no había pagado a Soriano y éste no había pagado a Silla.
En la tarde de ayer, Vicente Silla se reunió con sus asesores jurídicos para preparar el documento de resolución de esa cláusula: la de que las acciones vuelven a sus antiguos propietarios debido al impago dentro del plazo firmado. «En los próximos días se resolverá todo», argumentó el ex consejero.
Durante el mes de agosto, viendo que Dalport no daba señales de vida ni de solvencia, algunos ex consejeros mostraron sus dudas. Uno de ellos, Jesús Barrachina, anunció que reclamaría sus acciones en los tribunales si no cobraba. Esta demanda fue presentada la semana pasada.
«Me duele lo que me ha hecho Barrachina, porque ha presentado la denuncia sin haberme llamado ni nada. Y el contrato está resuelto», expresó Vicente Silla. El resto de ex consejeros que le vendieron sus acciones ha mantenido su confianza en Silla hasta el último momento. «Cicchella, Tuzón, Alegre... me llaman prácticamente todos los días para decirme que no hay problema, que no pasa nada. Pero yo prefiero olvidarme del tema ya», añadió el veterano ex directivo valencianista. «Toda la gente ha estado conmigo», destacó.
La devolución de las acciones a sus antiguos propietarios tendrá que ser concretada a lo largo de esta misma semana o en la próxima, según prevé Silla.
El ex consejero comentó que no se siente defraudado por Vicente Soriano y por la, como se preveía, fallida operación con la empresa Inversiones Dalport. «Con Soriano no tengo ningún problema. ¿Por qué iba a tenerlo?», protestó. «Se ha intentado hacer una cosa y no ha salido bien. No voy a tener rencor a nadie», insistió.
Jesús Barrachina quiso recuperar sus acciones, tal y como anunció en su día, para intentar acudir a la ampliación de capital del Valencia CF. «Ahora me pide 21.000 euros por las 31 acciones que estaban a su nombre», apuntó Silla. Esta cifra aporta una media de 700 euros por acción.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2009-09-30/impago-dalport-obliga-silla-20090930.html
SIN RENCOR. Silla habla al oído de Soriano, con quien dice no estar disgustado.
Estaba cantado desde finales de julio. Pero todas las partes implicadas quisieron dar un margen de confianza a la operación. Las más de 8.000 acciones que consiguió reunir el ex consejero Vicente Silla, y que completaron el 50,3% que adquirió Dalport, volverán a sus antiguos propietarios en los próximos días.
Silla agrupó un 3% del capital del Valencia (el anterior a la ampliación de este verano), procedente de los paquetes de antiguos directivos del club como Arturo Tuzón, José Peris Frígola, Vicente Alegre, Carlo Cicchella y Jesús Barrachina. Esos títulos y parte de los suyos fueron vendidos por el ex consejero a Vicente Soriano, quien a su vez hizo otra operación con la empresa de inversiones uruguaya.
La clave de la operación estaba en que los pequeños accionistas (Peris, Cicchella, Barrachina...) tenían que cobrar antes del pasado día 30 de julio, una cantidad que sumaba alrededor de 6 millones de euros. Silla compraba las acciones al precio de entre 600 y 1.000 euros. La fecha límite, tal y como se informó , se cumplió y los ex propietarios de las acciones no vieron ni un euro. El motivo era que Dalport no había pagado a Soriano y éste no había pagado a Silla.
En la tarde de ayer, Vicente Silla se reunió con sus asesores jurídicos para preparar el documento de resolución de esa cláusula: la de que las acciones vuelven a sus antiguos propietarios debido al impago dentro del plazo firmado. «En los próximos días se resolverá todo», argumentó el ex consejero.
Durante el mes de agosto, viendo que Dalport no daba señales de vida ni de solvencia, algunos ex consejeros mostraron sus dudas. Uno de ellos, Jesús Barrachina, anunció que reclamaría sus acciones en los tribunales si no cobraba. Esta demanda fue presentada la semana pasada.
«Me duele lo que me ha hecho Barrachina, porque ha presentado la denuncia sin haberme llamado ni nada. Y el contrato está resuelto», expresó Vicente Silla. El resto de ex consejeros que le vendieron sus acciones ha mantenido su confianza en Silla hasta el último momento. «Cicchella, Tuzón, Alegre... me llaman prácticamente todos los días para decirme que no hay problema, que no pasa nada. Pero yo prefiero olvidarme del tema ya», añadió el veterano ex directivo valencianista. «Toda la gente ha estado conmigo», destacó.
La devolución de las acciones a sus antiguos propietarios tendrá que ser concretada a lo largo de esta misma semana o en la próxima, según prevé Silla.
El ex consejero comentó que no se siente defraudado por Vicente Soriano y por la, como se preveía, fallida operación con la empresa Inversiones Dalport. «Con Soriano no tengo ningún problema. ¿Por qué iba a tenerlo?», protestó. «Se ha intentado hacer una cosa y no ha salido bien. No voy a tener rencor a nadie», insistió.
Jesús Barrachina quiso recuperar sus acciones, tal y como anunció en su día, para intentar acudir a la ampliación de capital del Valencia CF. «Ahora me pide 21.000 euros por las 31 acciones que estaban a su nombre», apuntó Silla. Esta cifra aporta una media de 700 euros por acción.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2009-09-30/impago-dalport-obliga-silla-20090930.html
todos con unai
«No he conocido ninguna plantilla que diga queva a cargarse al entrenador», afirma el valenciano
APOYO.
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David Albelda se suma a la causa de Emery.
Emery sigue sumando adeptos a la causa. Al menos públicamente. Una cosa es que la grada y hasta el consejo empiecen a tener sus dudas sobre la capacidad del técnico para salvar estos continuos tropiezos y otra bien distinta la respuesta que están dando las voces más autorizadas del vestuario. Si el lunes era Marchena el que respaldaba el trabajo del entrenador, ayer se subió a la causa a Albelda. El valenciano siguió el discurso, con algún nuevo matiz, que el capitán ofreció un día antes. De momento el técnico puede presumir de tener de su lado al grupo, si no al cien por cien sí a la mayoría. Habría que ver qué dice la gente que menos minutos juega.
Pero por lo que dice Albelda, no hay por qué alarmarse. De momento. En cualquier caso, deja las cosas claras: «No he conocido nunca una plantilla que diga: 'vamos a cargarnos al entrenador', me parecen barbaridades. Los resultados negativos te hacen dudar de las cosas pero los jugadores debemos aplicarnos al máximo y seguir la línea que marca el entrenador». Es decir, el sistema de Emery todavía tiene soporte... de puertas para adentro: «Creo sinceramente que con los cuatro o cinco jugadores que tenemos arriba es para atacar, no podemos tenerlos continuamente defendiendo».
El problema es que los goles siguen cayendo y rompiendo la dinámica positiva. Emery, de momento, es el centro de todas las críticas. La diana más fácil también. Albelda, en cualquier caso, amplía la responsabilidad. «Estaría bien analizarnos cada uno y ver dónde podemos mejorar. Lo más fácil es echar al entrenador pero es evidente que los problemas no pueden recalar en una sola persona. A nivel de jugadores tenemos que pensar qué podemos hacer más y también en lo defensivo, si voy para arriba, ir luego para abajo».
Lo que sí fue exclusivamente cosa del entrenador fue el cambio de Maduro por Éver el sábado. Y el público se pronunció con contundencia. No le gustó una sustitución que resultó desacertada. «En este caso lo de Unai no es nuevo en Mestalla. Se vive mucho el presente. A Quique se le cuestionó por barraquero y ahora estamos en el lado opuesto, pecando de atacar demasiado. La gente quiere que se maten los partidos. Recuerdo que en diciembre del año de Rafa Benítez, decían que estaba en la calle si perdíamos aquel partido de Montjuïc».
«La exigencia es alta»
Lo que parece por ahora es que la situación anímica y deportiva del Valencia no tiene mucho que ver con lo que ocurrió hace dos años, cuando el equipo naufragó y no supo salir a flote. «No percibo eso. Hay que tener tranquilidad y seguir trabajando. Se ha hecho un esfuerzo grande por mantener jugadores importantes y por lo tanto la exigencia es alta, primero hay que entrar en Champions. A veces también nos olvidamos de los contrarios. El Atlético es un buen equipo con un presupuesto muy alto y con jugadores de mucho nivel». Además y como explicación, añade: «Fue un partido abierto donde hicimos lo más difícil, que era remontar el primer gol, en general jugamos bien. Tal vez nos falte mejorar en defensa, en eso todos estamos de acuerdo, pero hay que hacerlo en conjunto, no sólo los cuatro defensas».
Puesto el centrocampista valenciano ha entrar en algún detalle en concreto, apunta tomando como referencia el gol encajado ante el Atlético el sistema de vigilancia para evitar el contragolpe. «Por resumirlo en una palabra, hay que buscar -eso lo apuntó días atrás el propio Emery- el equilibrio entre ataque y defensa. El equipo tiene un nivel alto de juego cuando tiene el balón y cuando ataca, porque hay gente goleadora, pero falta controlar las contras. Estamos mirando vídeos y tratando de corregirlo».
Si hay algo que ha quedado claro es el afán que pone Emery en resolver el nudo en el que se ha metido el equipo. Otra cosa es cuándo se puede empezar a ver la mejoría. Por supuesto, el consejo no quiere sustos ante el Génova y ni mucho menos pensar en otra vuelta de tuerca con las rotaciones y espera buena pesca en Santander. Precisamente, de los 10 cambios con los que sorprendió Emery en Lille (el equipo sacó un 1-1 casi de milagro), Albelda tiene su particular opinión. Pasa de puntillas sin mojarse en exceso. «Hay jugadores muy importantes e imprescindibles pero tienes que buscar el hueco para darles descanso. No es fácil. Si cambias a once mal pero si ganas bien. No es fácil cambiar once y hacer buen partido».
Emery sigue sumando adeptos a la causa. Al menos públicamente. Una cosa es que la grada y hasta el consejo empiecen a tener sus dudas sobre la capacidad del técnico para salvar estos continuos tropiezos y otra bien distinta la respuesta que están dando las voces más autorizadas del vestuario. Si el lunes era Marchena el que respaldaba el trabajo del entrenador, ayer se subió a la causa a Albelda. El valenciano siguió el discurso, con algún nuevo matiz, que el capitán ofreció un día antes. De momento el técnico puede presumir de tener de su lado al grupo, si no al cien por cien sí a la mayoría. Habría que ver qué dice la gente que menos minutos juega.
Pero por lo que dice Albelda, no hay por qué alarmarse. De momento. En cualquier caso, deja las cosas claras: «No he conocido nunca una plantilla que diga: 'vamos a cargarnos al entrenador', me parecen barbaridades. Los resultados negativos te hacen dudar de las cosas pero los jugadores debemos aplicarnos al máximo y seguir la línea que marca el entrenador». Es decir, el sistema de Emery todavía tiene soporte... de puertas para adentro: «Creo sinceramente que con los cuatro o cinco jugadores que tenemos arriba es para atacar, no podemos tenerlos continuamente defendiendo».
El problema es que los goles siguen cayendo y rompiendo la dinámica positiva. Emery, de momento, es el centro de todas las críticas. La diana más fácil también. Albelda, en cualquier caso, amplía la responsabilidad. «Estaría bien analizarnos cada uno y ver dónde podemos mejorar. Lo más fácil es echar al entrenador pero es evidente que los problemas no pueden recalar en una sola persona. A nivel de jugadores tenemos que pensar qué podemos hacer más y también en lo defensivo, si voy para arriba, ir luego para abajo».
Lo que sí fue exclusivamente cosa del entrenador fue el cambio de Maduro por Éver el sábado. Y el público se pronunció con contundencia. No le gustó una sustitución que resultó desacertada. «En este caso lo de Unai no es nuevo en Mestalla. Se vive mucho el presente. A Quique se le cuestionó por barraquero y ahora estamos en el lado opuesto, pecando de atacar demasiado. La gente quiere que se maten los partidos. Recuerdo que en diciembre del año de Rafa Benítez, decían que estaba en la calle si perdíamos aquel partido de Montjuïc».
«La exigencia es alta»
Lo que parece por ahora es que la situación anímica y deportiva del Valencia no tiene mucho que ver con lo que ocurrió hace dos años, cuando el equipo naufragó y no supo salir a flote. «No percibo eso. Hay que tener tranquilidad y seguir trabajando. Se ha hecho un esfuerzo grande por mantener jugadores importantes y por lo tanto la exigencia es alta, primero hay que entrar en Champions. A veces también nos olvidamos de los contrarios. El Atlético es un buen equipo con un presupuesto muy alto y con jugadores de mucho nivel». Además y como explicación, añade: «Fue un partido abierto donde hicimos lo más difícil, que era remontar el primer gol, en general jugamos bien. Tal vez nos falte mejorar en defensa, en eso todos estamos de acuerdo, pero hay que hacerlo en conjunto, no sólo los cuatro defensas».
Puesto el centrocampista valenciano ha entrar en algún detalle en concreto, apunta tomando como referencia el gol encajado ante el Atlético el sistema de vigilancia para evitar el contragolpe. «Por resumirlo en una palabra, hay que buscar -eso lo apuntó días atrás el propio Emery- el equilibrio entre ataque y defensa. El equipo tiene un nivel alto de juego cuando tiene el balón y cuando ataca, porque hay gente goleadora, pero falta controlar las contras. Estamos mirando vídeos y tratando de corregirlo».
Si hay algo que ha quedado claro es el afán que pone Emery en resolver el nudo en el que se ha metido el equipo. Otra cosa es cuándo se puede empezar a ver la mejoría. Por supuesto, el consejo no quiere sustos ante el Génova y ni mucho menos pensar en otra vuelta de tuerca con las rotaciones y espera buena pesca en Santander. Precisamente, de los 10 cambios con los que sorprendió Emery en Lille (el equipo sacó un 1-1 casi de milagro), Albelda tiene su particular opinión. Pasa de puntillas sin mojarse en exceso. «Hay jugadores muy importantes e imprescindibles pero tienes que buscar el hueco para darles descanso. No es fácil. Si cambias a once mal pero si ganas bien. No es fácil cambiar once y hacer buen partido».
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