Desde la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios se piensa que se ha vulnerado el derecho a la libre competencia.
Jose Antonio Perez Vercher, delegado de la Asociacion de Usuarios de Servicios Bancarios ha informado esta mañana, en rueda de prensa, que se ha presentado, en el juzgado mercantil número uno de Valencia, una demanda por vulneración del derecho a la libre competencia en la ampliación de capital del Valencia CF. Desde esta Asociación se ha actuado en nombre de algunos accionistas del club valenciano porque entienden que cualquier accionista del club tenía derecho a acudir a la ampliación en las mismas condiciones que los otros y eso no se dio. Además, en la demanda se estima que el aval que se concedió a la Fundación del VCF ha vulnerado el derecho de los accionistas a adquirir las acciones en igualdad de condiciones y que los pequeños accionistas han quedado discriminados. De este modo, se requiere al Instituto Nacional de Finanzas que cese el aval concedido a la Fundación y que se aporten diferentes documentos que clarifiquen la ampliación.
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lunes, 1 de marzo de 2010
Burrull abre el debate del pinganillo
¿Hay que emplear las nuevas tecnologías en el fútbol al estilo ojo de halcón en el tenis? El debate, podría bautizarse como del pinganillo, está servido. Ayer lo abrió Pérez Burrull en medio de una actuación de lo más desafortunada. El cántabro demostró por qué es uno de los árbitros más controvertidos de Primera con un partido esperpéntico en el que casi todo le salió mal. El sumun de los despropósitos llegó al borde de la media hora cuando el colegiado pitó penalti y expulsó a Marchena.
Poco antes, en la jugada anterior al gol del Valencia, Burrull se tragó un claro penalti de Banega a Reyes. En el minuto 28, Marchena cometió un error, Agüero le robó la cartera y el andaluz le arrebató el balón de un manotazo. Lo vieron todos menos el árbitro. Los jugadores del Atlético olvidaron que aquello era fútbol y placaron al colegiado. Este no tuvo más remedio que parar el partido y, como no se había enterado de qué iba la película, buscó consuelo, ayuda y consejo del único aliado que le quedaba.
Como sus dos auxiliares tampoco le habían dicho nada, Pérez Burrull se fue a la banda y llamó al cuarto árbitro. Jorge Figueroa Vázquez, colegiado sevillano que jamás ha dirigido un partido de Primera, vio clara una acción que debió percibir el cántabro.
«Es que se me ha estropeado el pinganillo». Esta es la excusa que puso Pérez Burrull a los jugadores del Valencia, entre ellos César, el más indignado en esta acción. Lo que no había trascendido a través de los micrófonos, el avispado Figeroa Vázquez lo explicó a la atenta oreja del colegiado cántabro, que en ese momento tenía el otro oído en la grada del Calderón.
Saca tarjeta. Roja para Marchena y señala, casi con timidez, el punto de penalti. «Lo que no puedes hacer es pitarlo porque te lo pide la grada», le dice César. El portero está fuera de sí. «Tíralo fuera», le dice a Forlán mientras el uruguayo coloca el balón en el césped.
Pero el '9' rojiblanco no le hace ni caso. Lo tira mal. ¿Haría la de Fowler tras un penalti que él mismo dijo al árbitro que no había sido? No dio esa sensación. El balón fue al centro y César a un lado. Gol.
Los atléticos lo celebran y Burrull se va al centro. El cántabro vuelve a nacionalizarse sueco cuando el arquero extremeño corre hacia la banda y lanza el balón a Figueroa Vázquez, como diciéndole: «Chaval, tú eres el árbitro del partido». El colegiado titular no percibe la humillación y pasa de todo.
Al descanso, César se retiró charlando con Burrull. «Si es penalti como una casa, lo que no sé es cómo no lo ves... pero si no lo ves tú, no puedes pitarlo», le dijo al colegiado. Esto fue lo primero que indignó a la expedición blanquinegra, que llegó a buscar en el reglamento el artículo que especifica que el colegiado no tiene potestad para pitar nada salvo en caso de una flagrante acción violenta.
El debate del pinganillo estaba abierto, pero el propio Burrull, como si reclamase los derechos de autor, se encargó de avivarlo en la segunda parte. «Tengo dudas de que sea falta. Nos han pitado muchas así», se quejaba César, que estallaría con la roja a Miguel. Para el portero del Valencia (y cualquiera que vea la acción diría lo mismo), la acción es como mucho de cartulina amarilla. «¿Y eso no lo ve el cuarto árbitro? ¿Por qué no le pregunta? Lo que tienen que hacer es aplicar siempre el mismo criterio».
El partido acabó, según es habitual en estos casos, como el rosario de la aurora. Amén de la rigurosa roja a Miguel, Pérez Burrull envió a la grada a Juan Carlos Carcedo, segundo entrenador del Valencia por protestar sus decisiones mientras decía: «Esto es una vergüenza».
Y después de tantas observaciones, el colegiado cántabro no podía irse a casa tranquilo sin mostrarle una cartulina amarilla a César. El portero recibió una fea entrada de Salvio y se encaró con el jugador del Atlético. Burull disparó (eso parecía cada vez que enseñaba una tarjeta). Dio la impresión de que el tiro iba para el rojiblanco. Pero no.
«Encararse a un contrario si insultos ni amenazas». Así justificó Burrull en el acta la tarjeta a César. Y se quedó tan tranquilo. A este nefasto árbitro cántabro, por lo menos, nadie podrá discutirle la autoría del debate del pinganillo.
Poco antes, en la jugada anterior al gol del Valencia, Burrull se tragó un claro penalti de Banega a Reyes. En el minuto 28, Marchena cometió un error, Agüero le robó la cartera y el andaluz le arrebató el balón de un manotazo. Lo vieron todos menos el árbitro. Los jugadores del Atlético olvidaron que aquello era fútbol y placaron al colegiado. Este no tuvo más remedio que parar el partido y, como no se había enterado de qué iba la película, buscó consuelo, ayuda y consejo del único aliado que le quedaba.
Como sus dos auxiliares tampoco le habían dicho nada, Pérez Burrull se fue a la banda y llamó al cuarto árbitro. Jorge Figueroa Vázquez, colegiado sevillano que jamás ha dirigido un partido de Primera, vio clara una acción que debió percibir el cántabro.
«Es que se me ha estropeado el pinganillo». Esta es la excusa que puso Pérez Burrull a los jugadores del Valencia, entre ellos César, el más indignado en esta acción. Lo que no había trascendido a través de los micrófonos, el avispado Figeroa Vázquez lo explicó a la atenta oreja del colegiado cántabro, que en ese momento tenía el otro oído en la grada del Calderón.
Saca tarjeta. Roja para Marchena y señala, casi con timidez, el punto de penalti. «Lo que no puedes hacer es pitarlo porque te lo pide la grada», le dice César. El portero está fuera de sí. «Tíralo fuera», le dice a Forlán mientras el uruguayo coloca el balón en el césped.
Pero el '9' rojiblanco no le hace ni caso. Lo tira mal. ¿Haría la de Fowler tras un penalti que él mismo dijo al árbitro que no había sido? No dio esa sensación. El balón fue al centro y César a un lado. Gol.
Los atléticos lo celebran y Burrull se va al centro. El cántabro vuelve a nacionalizarse sueco cuando el arquero extremeño corre hacia la banda y lanza el balón a Figueroa Vázquez, como diciéndole: «Chaval, tú eres el árbitro del partido». El colegiado titular no percibe la humillación y pasa de todo.
Al descanso, César se retiró charlando con Burrull. «Si es penalti como una casa, lo que no sé es cómo no lo ves... pero si no lo ves tú, no puedes pitarlo», le dijo al colegiado. Esto fue lo primero que indignó a la expedición blanquinegra, que llegó a buscar en el reglamento el artículo que especifica que el colegiado no tiene potestad para pitar nada salvo en caso de una flagrante acción violenta.
El debate del pinganillo estaba abierto, pero el propio Burrull, como si reclamase los derechos de autor, se encargó de avivarlo en la segunda parte. «Tengo dudas de que sea falta. Nos han pitado muchas así», se quejaba César, que estallaría con la roja a Miguel. Para el portero del Valencia (y cualquiera que vea la acción diría lo mismo), la acción es como mucho de cartulina amarilla. «¿Y eso no lo ve el cuarto árbitro? ¿Por qué no le pregunta? Lo que tienen que hacer es aplicar siempre el mismo criterio».
El partido acabó, según es habitual en estos casos, como el rosario de la aurora. Amén de la rigurosa roja a Miguel, Pérez Burrull envió a la grada a Juan Carlos Carcedo, segundo entrenador del Valencia por protestar sus decisiones mientras decía: «Esto es una vergüenza».
Y después de tantas observaciones, el colegiado cántabro no podía irse a casa tranquilo sin mostrarle una cartulina amarilla a César. El portero recibió una fea entrada de Salvio y se encaró con el jugador del Atlético. Burull disparó (eso parecía cada vez que enseñaba una tarjeta). Dio la impresión de que el tiro iba para el rojiblanco. Pero no.
«Encararse a un contrario si insultos ni amenazas». Así justificó Burrull en el acta la tarjeta a César. Y se quedó tan tranquilo. A este nefasto árbitro cántabro, por lo menos, nadie podrá discutirle la autoría del debate del pinganillo.
Huevos de oro en el congelador
Creyeron que compraban o creaban una gallina de los huevos de oro. Ahora el ave sigue pidiendo de comer en forma de gastos e impuestos, pero lo que son ganancias, llegan en cuentagotas. Como cualquier bar de barrio en tiempos de crisis con el agravante de que hay mucha competencia. Las plantas bajas de la calle Nicasio Benlloch incrementaron su valor desde que se conoció la ubicación del nuevo estadio del Valencia. Ahora, quien quiera montar un negocio en esta vía del barrio de Benicalap tiene varios locales disponibles.
Los que pensaron ser más avispados abrieron sus bares hace ya dos años. Otros modificaron los rótulos a la espera de unos aficionados que ya deberían acudir cada quince días al estadio. Bocatas, cervezas, refrescos y agua, sin olvidarse de los cafés y los platos combinados. Trabajo a destajo.
«Hablé con el bar Ciudad Real, cercano a Mestalla. Los dueños me dijeron que en los días de partido no dan abasto. Ellos no se han planteado trasladarse porque son una pareja mayor», indica Jaime, de 'Lo Rat Penat'. En este establecimiento no se plantearon la puesta en marcha de ninguna iniciativa para atraer clientes: «Si hay fútbol, el trabajo está asegurado».
El bar 'Lo Rat Penat' no tiene apenas distintivos futboleros. En la misma acera hay otras tres que sí cuentan con rótulos claramente alusivos al balompié. Otros exhiben distintos escudos del Valencia, pero uno destaca sobre el resto.
'El menjar de l'afició' está claramente pensado para los hinchas blanquinegros. Una parte es una casa de comidas preparadas y la otra, un bar ideado como un ecosistema en el que los aficionados al deporte se sientan como pez en el agua.
Nada más entrar destaca una mascota del Valencia de corcho y de grandes dimensiones. En el cuello tiene una bufanda del club de Mestalla y otra del Levante. «Frágil, no tocar», avisa un letrero.
Las paredes parecen querer situar al cliente en el césped del coliseo valencianista, pues recrean las gradas en un día de partido importante. Además, hay cuadros colgados con algunas de las estrellas más representativas de otros deportes, como los pilotos Fernando Alonso y Valentino Rossi.
«El bar está pensado para el fútbol. La barra tiene la misma forma que las gradas del estadio», señala Mónica, camarera de este local. Se refiere al nuevo coliseo, al que se puede divisar en la acera de enfrente y que ya ha ocasionado pérdidas al dueño: «Por fortuna, él es artista fallero y está resistiendo gracias a su empresa».
Pero en el bar se ha visto afectado por la crisis y por la paralización de las obras en la parcela de Cortes Valencianas. «Está muy parado, con la excepción de los días de partido. Cuando juega el Valencia viene mucha gente y hay más trabajo. Cerramos los lunes, pero el próximo trabajaremos hasta tarde».
Yeli es una joven dominicana que trabaja desde hace unas semanas en el bar 'Nou Estadi'. La chica reside en el barrio de Benicalap y conoce el local desde antes de se contratada como camarera.
Menos almuerzos
«Antes de trabajar aquí, veía más gente que ahora. Desde la paralización de las obras del estadio, entra menos gente», comenta Yeli. Y es que los obreros que construían el nuevo coliseo valencianista almorzaban a diario en estos bares que en el futuro venderán tentempiés y bebidas a los hinchas.
El 'Nou Estadi' está chapado en blanco. Detrás de la barra hay un enorme escudo del Valencia confeccionado también a partir de azulejos. La decoración está destinada a atraer a los seguidores del conjunto blanquinegro.
Pero mientras llegaban, los almuerzos para los obreros eran una muy buena salida. 'Lo Rat Penat' también ha notado la reducción del trabajo en las mañanas, cuando los trabajadores tenían una hora de asueto. «Si antes podían venir 60 personas, desde la paralización pueden acudir 15 clientes».
En la misma calle Nicasio Benlloch hay una pizzería cerrada y algunos locales cerrados. Uno incluso está tapiado y en la fachada luce un cartel donde figura un número de teléfono, anunciando que la planta baja está disponible.
Los dueños de los bares cercanos al estadio de Cortes Valencianas están asqueados. El de 'Racó futboler' lo adquirió tiempo atrás mediante un traspaso. Prefiere mantenerse en el anonimato. «No quiero entrevistas», dice cariacontecido. La falta de clientes desespera a estos comerciantes, que ansían el regreso de los obreros como agua de mayo que deshiele la gallina de los huevos de oros que compraron.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-03-01/huevos-congelador-20100301.html
Los que pensaron ser más avispados abrieron sus bares hace ya dos años. Otros modificaron los rótulos a la espera de unos aficionados que ya deberían acudir cada quince días al estadio. Bocatas, cervezas, refrescos y agua, sin olvidarse de los cafés y los platos combinados. Trabajo a destajo.
«Hablé con el bar Ciudad Real, cercano a Mestalla. Los dueños me dijeron que en los días de partido no dan abasto. Ellos no se han planteado trasladarse porque son una pareja mayor», indica Jaime, de 'Lo Rat Penat'. En este establecimiento no se plantearon la puesta en marcha de ninguna iniciativa para atraer clientes: «Si hay fútbol, el trabajo está asegurado».
El bar 'Lo Rat Penat' no tiene apenas distintivos futboleros. En la misma acera hay otras tres que sí cuentan con rótulos claramente alusivos al balompié. Otros exhiben distintos escudos del Valencia, pero uno destaca sobre el resto.
'El menjar de l'afició' está claramente pensado para los hinchas blanquinegros. Una parte es una casa de comidas preparadas y la otra, un bar ideado como un ecosistema en el que los aficionados al deporte se sientan como pez en el agua.
Nada más entrar destaca una mascota del Valencia de corcho y de grandes dimensiones. En el cuello tiene una bufanda del club de Mestalla y otra del Levante. «Frágil, no tocar», avisa un letrero.
Las paredes parecen querer situar al cliente en el césped del coliseo valencianista, pues recrean las gradas en un día de partido importante. Además, hay cuadros colgados con algunas de las estrellas más representativas de otros deportes, como los pilotos Fernando Alonso y Valentino Rossi.
«El bar está pensado para el fútbol. La barra tiene la misma forma que las gradas del estadio», señala Mónica, camarera de este local. Se refiere al nuevo coliseo, al que se puede divisar en la acera de enfrente y que ya ha ocasionado pérdidas al dueño: «Por fortuna, él es artista fallero y está resistiendo gracias a su empresa».
Pero en el bar se ha visto afectado por la crisis y por la paralización de las obras en la parcela de Cortes Valencianas. «Está muy parado, con la excepción de los días de partido. Cuando juega el Valencia viene mucha gente y hay más trabajo. Cerramos los lunes, pero el próximo trabajaremos hasta tarde».
Yeli es una joven dominicana que trabaja desde hace unas semanas en el bar 'Nou Estadi'. La chica reside en el barrio de Benicalap y conoce el local desde antes de se contratada como camarera.
Menos almuerzos
«Antes de trabajar aquí, veía más gente que ahora. Desde la paralización de las obras del estadio, entra menos gente», comenta Yeli. Y es que los obreros que construían el nuevo coliseo valencianista almorzaban a diario en estos bares que en el futuro venderán tentempiés y bebidas a los hinchas.
El 'Nou Estadi' está chapado en blanco. Detrás de la barra hay un enorme escudo del Valencia confeccionado también a partir de azulejos. La decoración está destinada a atraer a los seguidores del conjunto blanquinegro.
Pero mientras llegaban, los almuerzos para los obreros eran una muy buena salida. 'Lo Rat Penat' también ha notado la reducción del trabajo en las mañanas, cuando los trabajadores tenían una hora de asueto. «Si antes podían venir 60 personas, desde la paralización pueden acudir 15 clientes».
En la misma calle Nicasio Benlloch hay una pizzería cerrada y algunos locales cerrados. Uno incluso está tapiado y en la fachada luce un cartel donde figura un número de teléfono, anunciando que la planta baja está disponible.
Los dueños de los bares cercanos al estadio de Cortes Valencianas están asqueados. El de 'Racó futboler' lo adquirió tiempo atrás mediante un traspaso. Prefiere mantenerse en el anonimato. «No quiero entrevistas», dice cariacontecido. La falta de clientes desespera a estos comerciantes, que ansían el regreso de los obreros como agua de mayo que deshiele la gallina de los huevos de oros que compraron.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-03-01/huevos-congelador-20100301.html
El Valencia, en una reunión sobre la crisis en Manchester
La delicada situación financiera de los clubes. De eso se hablará principalmente mañana en Manchester, donde están convocados más de un centenar de equipos europeos, cita a la que el Valencia asistirá en la persona de su director de relaciones externas, Jordi Bruixola. Bajo el paraguas protector que da la European Club Asociation (heredera descafeinada de la élite continental), los principales clubes tratarán de analizar la situación actual del fútbol en diversas charlas y coloquios que tendrá como argumento la financiación y la forma de encontrar mayores recursos para aliviar las dificultades económicas que afectan a la mayoría de representados. Se tocarán, no obstante, temas tan diversos como las problemáticas habituales en las convocatorias de los jugadores seleccionados, la importancia del márketing y la fórmula ideal para regularizar los presupuestos de los clubes.
Por parte del fútbol español también están citados Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Atlético y Villarreal. Bruixola, que ayer regresó de Madrid con la expedición blanquinegra, cogerá hoy otro vuelo desde Alicante rumbo a Manchester. Es de esperar que, como suele ocurrir en estos casos, al final de las jornadas se llegue a posturas ideales que luego quedarán en el olvido.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-03-01/valencia-reunion-sobre-crisis-20100301.html
Por parte del fútbol español también están citados Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Atlético y Villarreal. Bruixola, que ayer regresó de Madrid con la expedición blanquinegra, cogerá hoy otro vuelo desde Alicante rumbo a Manchester. Es de esperar que, como suele ocurrir en estos casos, al final de las jornadas se llegue a posturas ideales que luego quedarán en el olvido.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-03-01/valencia-reunion-sobre-crisis-20100301.html
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