Acaba de arrancar el año 2015 y ya tenemos la mente puesta en el siguiente. Por una vez, resulta injusto culpar a esa ansiedad inconformista tan típicamente valenciana para mirar a otro factor mucho más relevante: en proyectos a medio plazo como el actual Valencia se conjugan apuestas, novedades, altas y bajas con cierto orden y planificación. Algo nuevo, algo viejo. Es imposible armar un equipo con rapidez si se cambia por completo una plantilla. De hecho, el actual 'roster' apenas guarda elementos en común con el del pasado año, y mucho menos con lo que vimos en la 2012-2013.
Esta particularidad suele tener lugar en aquellos equipos de la zona media-baja de la tabla acostumbrados a ese tipo de estrategias en el apartado de fichajes, habituados a realizar diez o doce incorporaciones cada temporada (con las correspondientes bajas) deseando que suene la flauta y el acierto les permita pervivir una campaña más en la élite del fútbol. Pocas veces se da en escuadras de mayor enjundia, que aspiran a entrar en la máxima competición europea; una nimiedad que no detuvo a Rufete hace trece meses, con un frenesí de 48 horas de 'mercato' que revolucionó la plantilla para, bajo la guía del corajudo Pizzi, estar a pocos segundos de entrar en (y, seguramente, conquistar) una final europea. Lo normal es que los clubes grandes lleven a cabo sus modificaciones de forma más gradual: sin embargo, y como todo el mundo sabe a estas alturas, el Valencia de los últimos años ha optado por cortar por lo sano.
El mundo será un lugar diferente en 2016, año de elecciones en EE.UU. y que, por extensión, afectará globalmente al resto de países. Otro tipo de elecciones tendrán que realizarse en los despachos de la Plaza de la Afición, con el 30 de junio como fecha límite y cuatro futbolista como principales objetos de debate: el atacante Pablo Piatti, el centrocampista Javi Fuego, el interior Sofiane Feghouli y el volante Dani Parejo. La continuidad de todos ellos está sobre la mesa de Lay Hoon, Nuno Espírito Santo y Francisco Joaquín Rufete.
A excepción del argelino (cuyo fichaje con la carta de libertad se fraguó con Fernando al frente de la parcela técnica), el resto de futbolistas comparten el haber sido firmados con el beneplácito de Braulio Vázquez. Los cuatro también coinciden en haberse convertido, del mismo modo, en piezas clave para Nuno Espírito Santo esta temporada. Fuego y Parejo superan la veintena de partidos esta campaña, lo que significa que han disputado prácticamente todos los minutos en competición liguera; Feghouli y Piatti andan cerca de dichos guarismos, y no los igualan debido a la presencia en la Copa de África durante el mes de enero del primero y a la lesión del segundo durante el mismo periodo.
Más aspectos en común: todos ellos pueden ser incluidos dentro del núcleo duro de 'experimentados' en la plantilla. Sofiane Feghouli es el futbolista más veterano del Valencia 2014-2015, dado que esta es su quinta temporada como futbolista blanquinegro (llegó libre en junio de 2010), con el paréntesis de aquella cesión a la UD Almería en su primer año. Parejo y Piatti aterrizarían un año después, en verano de 2011 y tras desembolsos económicos importantes: seis 'kilos' en el caso del de Coslada, y casi 9 millones en el fichaje del argentino. Los tres, además, son de la generación del 89 y cumplirán 26 años en los próximos meses, entrando de lleno en su etapa de plena madurez deportiva. Fuego, por su parte, fichó por el Valencia en junio de 2013 en calidad de agente libre, y se ha convertido en uno de los baluartes del vestuario pese a llevar poco más de año y medio aquí. A sus treinta años, y tras haber pasado por Sporting, Levante, Recreativo y Rayo Vallecano, no es un niño ni mucho menos.
EL CRECIMIENTO DE PABLO DANIEL
Preguntaban a Piatti hace un par de días si quería seguir en el Valencia. Y Pablo apenas tardó medio segundo en responder: "Me gustaría seguir. Estoy feliz, encantado con el club y con la ciudad. Es un club con un proyecto ambicioso", sentenció. Lo dice un tipo al que Nuno (con mayor o menor 'teatret' escénico) reclamó una semana atrás en plena rueda de prensa para poder jugar con un esquema que le gusta. Un tipo que se ha consagrado como titular en banda izquierda y asistente destacado esta campaña en el equipo. Un tipo que confió en sí mismo cuando su propio club le había dado puerta en verano de 2013, apartado de la gira americana de la plantilla, degradado su dorsal al número 2 para ceder el número 11 a Dorlan Pabon. Repetimos: a Dorlan Pabón. En dieciocho meses, de estar más fuera que dentro a capitán general. Milagroso, meritorio y merecidísimo.
Pocas veces asistiremos a una 'resurrección' deportiva tan aguda como la protagonizada por Piatti. Un tipo que, además, ha cambiado mucho en lo personal desde 2011 hasta hoy. Se ha hecho hombre en Valencia: el cordobés ha madurado también a nivel mental, sustituyendo aquella alegría y bromas de su etapa inicial en el club a un carácter mucho más taimado y tranquilo. Se observa a simple vista, de aquel imberbe muchacho de ojos brillantes presentado en el Monasterio de El Puig al Piatti reflexivo (¡y barbudo!) de la rueda de prensa de esta semana. La dificultad le ha curtido el carácter, pero también su fútbol. Llegó con una vitola que quizá no era la correcta, y se esperó de él espectáculo, desequibrio y goles, muchos goles. El tiempo ha demostrado que las cualidades de Piatti van mucho más allá: quizá no sean tan vistosas, pero la brega, la entrega, el desgaste, el esfuerzo, la inteligencia táctica, el compromiso defensivo y la asociación en su carril (forma pareja junto a Gayà con la precisión de un reloj suizo) son argumentos de peso para que Nuno esté entregado a su hombre de referencia en la izquierda.
"¡No tiene nivel para un Valencia de Champions!", exclaman sus detractores siempre que hay que justificar un mal partido de todo el equipo. Toca repreguntar siempre, en esos casos, quién es el aficionado que afirma tal cosa y en qué se basa: principalmente, porque el señor que va a pasar los próximos tres años en el banquillo, el hombre que ha presentado unos guarismos más que destacables en su primera temporada al frente del equipo, sí cree que Piatti de la talla. Quizá ese aficionado sueñe con un equipo plagado de 'Lavezzis' para cabalgar la banda y desequilibrar. Perfecto, pues: a invertir otros treinta o cuarenta 'kilos' en ficharlos. Pero con Piatti en plantilla, siempre que las condiciones salariales sean moderadas y asumibles para el club. Porque, con Pablo esperando su ocasión, doy por seguro que el cordobés va a apretar los testículos con fuerza al 'crack' durante la semana en los entrenamientos para que rinda y ofrezca su mejor versión. Todos ganan. Todos ganamos.
PAREJO: DEL AMOR-ODIO AL ROMANCE (MÁS O MENOS) SOSTENIDO
Quizá sea el jugador más controvertido (a su pesar) de la actual plantilla, dado que cuenta con defensores y detractores a partes iguales. Capitán del equipo, es un termómetro perfecto para calibrar el rendimiento grupal: cuando Dani está inspirado, el equipo carbura y no se detiene ante nada; cuando Dani tiene una tarde insípida, el equipo pierde gran parte de su encanto. A Parejo tampoco nadie le ha regalado nada: las críticas fueron feroces durante su primera temporada y media, justo hasta la llegada de Valverde. El 'Txingurri' le hizo sentirse futbolista, bajó de nuevo con Djukic y regresó por sus fueros con Pizzi, consolidándose como indiscutible. Nuno, nada más llegar, le entregó el bastón de mando en la medular. Y Dani, camino de cumplir 26 años en abril, se sintió preparado para aceptarlo.
Si bien esta temporada su lucimiento personal se reduce debido a la presencia de André Gomes, ha aceptado su rol más 'currante' sin demasiados apuros. Parejo corre más, se sacrifica más, roba más y trabaja más. Y encima, le ha dado por hacer caso a los consejos del 'Pipo' Baraja: ahora el de Coslada se incorpora con mayor asiduidad al ataque, y eso le ha llevado a anotar 8 chicharros en lo que llevamos de año. Se trabaja desde hace meses en su renovación más allá de 2016, aunque las negociaciones se han 'congelado' en las últimas semanas. No se descarta un nuevo empujón en el mes de marzo para 'atar' a un tipo muy querido en el vestuario y que, de nuevo, se ha hecho hombre personal y profesionalmente en la capital del Turia.
LAS MEMORIAS DE ÁFRICA DE FEGHOULI
Fue el otro gran 'reclamado' por Nuno tras el hostión en Málaga. "¿Dónde está Feghouli?", dijo el técnico, en referencia a la ausencia de su hombre de banda derecha debido a la Copa de África. El argelino no pudo llegar a las rondas finales, pero de nuevo fue líder en su selección y uno de los destacados. Una constante para un chico de 25 años que ha cargado con el peso de su combinado nacional a sus espaldas en las tres últimas citas del torneo africano sin pestañear. El problema, como suele decirse, es saber si Feghouli "volverá" de África o bien permanecerá allí espiritualmente durante unos meses en los que el equipo le puede echar de menos.
Traído al Valencia por Fernando cuando apenas era un atisbo de promesa en el Grenoble, Sofiane puede presumir en el currículum de haberle 'birlado' el puesto a un Pablo Hernández que, a su vez, se lo había arrebatado con mucho esfuerzo a Joaquín Sánchez. Si bien su rendimiento fue irregular en sus primeras campañas (salpimentado con incidentes como aquel pequeño 'lapsus' de ir por la vida conduciendo sin carné), su estabilización en los últimos dos años es digna de mención. Agrada a Nuno y agradó a técnicos anteriores por condimentar su indudable calidad técnica y visión de juego para dar asistencias con un sacrificio más que interesante en labores defensivas, complementando siempre al lateral de turno en el carril diestro y acabando de forma sistemática como uno de los hombres con más kilómetros recorridos cada partido. Este año no anda particularmente fino cara a puerta (como ningún hombre de ataque, en realidad), pero le ha dado tiempo a hacer tres golitos en los primeros cuatro meses de competición, antes de marchar a principios de enero con su selección. Ya fue renovado en su momento por Llorente, así que su ficha no es baja precisamente.
FUEGO Y EL EQUILIBRIO
"No da el nivel", "es muy malo", "no le llega a Albelda a la suela del zapato", etc. Comentarios al aire de aficionados poco amantes del asturiano, y que al futbolista no le duelen ni le indignan: después de todo, Javi lleva mucha 'mili' hecha como para pensar en estas nimiedades. Javi Fuego se puede definir en dos hechos, uno de ellos contrastado y otro muy personal: el primero, que para Nuno es uno de los capitanes en espíritu del equipo, su extensión sobre el césped y uno de los tipos a los que más respeta; el segundo, que cuando el centrocampista no está sobre el terreno de juego, el equipo le echa de menos. Más bien, echa de menos el equilibrio que aporta al juego del Valencia.
Fuego llegó gratis hace año y medio y perfectamente podría haberse enfundado el brazalete de capitán la temporada pasada tras la 'revolución' del mes de enero. Cuando Keita aterrizó en Mestalla, el asturiano pasó a un segundo plano sin rechistar ante un futbolista más completo en otras facetas que el equipo necesitaba. Este año, de nuevo, el asturiano es indiscutible, incluso tras la llegada de Enzo Pérez, al que se quiso vestir de 'stopper' cuando el argentino tiene capacidad técnica para actuar en otras demarcaciones en las que se siente más cómodo. Fuego tiene una ficha contenida y, a nivel personal, se encuentra en una nube: cómodo en Valencia, familia estable, una hija recién nacida y un orgullo tremendo ("cada vez que me pongo la camiseta") de vestir la elástica valencianista. En una plantilla de veinticinco hombres para afrontar tres competiciones, y dada la juventud de la gran mayoría de ellos, Fuego es un activo de valor incalculable.
EN CONCLUSIÓN...
Cada negociación es un mundo y cada renovación, una historia diferente. Si bien ahora el foco de atención está puesto (con razón) sobre Jose Luis Gayà, conviene empezar a mirar con interés hacia la plantilla de la temporada que viene y la configuración de una escuadra de efectivos equilibrada y compensada a nivel futbolístico, pero también a nivel humano. Una de las cualidades del cuarteto analizado es, precisamente, su naturalidad y falta de egoísmo. Los cuatro futbolistas han demostrado en diferentes ocasiones ser hombres de club y han mantenido (casi) siempre un perfil bajo. Piatti, Feghouli y Parejo pudieron o quisieron salir del club en algún momento puntual; ahora, los tres viven momentos dulces y no piensan en nada que no sea continuar.
El Valencia debe aprovechar la coyuntura actual para hacer un análisis y valorar si en un proyecto millonario (porque se están invirtiendo muchos millones) tienen cabida estos hombres. En caso contrario, una buena temporada serviría para revalorizarlos de cara a una venta por un dinero acorde a su nivel el próximo verano. El nuevo Valencia, además de fichar con cabeza y al precio que toca, tiene que aprender de una santa vez a vender bien. Eso, bien lo sabe el señor Lim, también es 'business'.