J. M. BORT
La incertidumbre sobre el futuro accionarial del Valencia llena de preocupación estos días al núcleo social del equipo de Mestalla. Levante-EMV ha sondeado a diferentes peñas del club para conocer qué piensa el aficionado sobre las diferentes propuestas que se plantean sobre el control de la entidad, mientras hoy se agota el plazo para que la Generalitat Valenciana pague el crédito de 86 millones de euros a Bankia. Pese a que hay opiniones muy diversas, casi todos coinciden en la necesidad de trazar un plan a largo plazo que permita que el Valencia no se convierta en un club «nacionalizado» por el Consell. Otros esperan ansiosos la aparición de un inversor. Y hay hasta quien cree que la solución al problema pasa porque algún jeque árabe «compre la Comunitat Valenciana».
«Lo mejor es que esto tenga un final feliz y que la gente se dé cuenta de que el Valencia es suficientemente fuerte para salir adelante. Cuando sales de la Comunitat Valenciana compruebas que nos tienen respeto, que la marca Valencia CF tiene valor», asegura el presidente de la Agrupació de Penyes Valencianistes, Blas Madrigal, quien apuesta porque los aficionados salgan al rescate del club con «una financiación suave» para la compra de acciones. «Que el Valencia se lo tenga que quedar el Consell me parece fatal. La política es la política y el deporte es el deporte», asegura Madrigal, presidente de las peñas desde 2010. Como él, la democratización es un fin obligado para el Valencia.
La propuesta de Savia Nueva, que plantea que los precios de los abonos se mantengan la próxima temporada, a cambio de que una parte sea destinada a la Fundación para devolver el préstamo a la Generalitat, gusta, en general, a los peñistas consultados. Pero nadie descuida el descenso de socios en los últimos años como un problema añadido. «Si los abonos no suben de precio, no está mal, pero hay que tener en cuenta que cada vez va menos gente al estadio. No he visto lleno el campo desde hace mucho tiempo y, además, los horarios no ayudan en nada», asegura Fernando Franco, socio de la Peña El Recreo de Godelleta.
Para Manuel Aparicio, presidente de la peña valencianista de Anna, el plan presentado el pasado martes por el expresidente Jaume Ortí y los accionistas Carlo Cicchella, Ximo Ríos Capapé, Eduardo Escartí y Jaume Part «es perfecto». «Me parece una gran solución. Lo que hay que hacer es un plan a largo plazo y, de paso, democratizar el Valencia. Si no, no vamos a tener dinero ni para pagar el préstamo ni para mantener el club. Deportivamente hay que mantener el nivel para que la gente siga sacándose el pase. Ahora la gente está quemada porque no hay ilusión al habernos convertido en un club vendedor», explica Manuel, quien no confía en la llegada de un inversor serio. «No me hace ninguna gracia esa idea. Para muestra un botón: El Málaga, el Racing...».
Muchas dudas
Las dudas invaden al presidente de la peña Lo Rat Penat de Barcelona, Vicente Gaspar, quien conduce 700 kilómetros cada dos semanas para ocupar su asiento en Mestalla. «No le encuentro solución, salvo que venga un jeque árabe y compre la Generalitat Valenciana. Estamos en bancarrota y yo, cuando la gente de Barcelona me pregunta cuál es la solución, me encojo de hombros. No sabemos lo que debemos hacer y quién lo sepa, que lo diga», explica con claridad. Para Gaspar, la propuesta de Savia Nueva no es factible. «Se habla de pagar en 15 años, pero estamos vistiendo a un santo para desvestir al otro», añade.
Tampoco se muestra muy optimista Pedro Rubio, dirigente de la peña de Jarafuel, un valencianista al que los horarios de los partidos le han hecho alejarse de Mestalla. «Todas las propuestas tienen buena intención, no lo dudo, pero es muy difícil que alguna cristalice. Habría que ver cuánto dinero puede realmente ingresar la Fundación con las donaciones, aunque a largo plazo puede ser una solución», afirma. La idea de vender acciones a los aficionados no la comparte. «Se ha demostrado que no hay suficiente demanda».