Los momentos previos del partido solidario ‘Champions for Africa’ estuvieron a la altura del acontecimiento. Tras amenizar los prolegómenos del encuentro por parte de La Banda de la Sociedad Musical L´Artesana de Catarroja y La Banda Primitiva de Paiporta, y tras el abandono del césped de los artistas, tuvo lugar la escenificación del mapa de África sobre el círculo central con la participación de 125 niños de los equipos de cantera del Valencia CF y acompañados de sus correspondientes monitores y de personal de LLUMY. Posteriormente, el grupo musical HUECCO interpretó ‘Dame Vida’ que dio paso a la salida de los dos equipos al rectángulo de juego. Con los 22 protagonistas en el césped, ambos onces efectuaron su aparición sobre el mismo, acompañados de niños, y portando un globo aerostático biodegradable cuya suelta, una vez formados frente al Palco, fue el cierre al acto realizado por LLUMY cuyo título tenía un simbólico significado: “LOS NIÑOS POR ÁFRICA”. Justamente, antes que el colegiado realizara el pitido inicial, Rocío Pascual (Fallera Mayor Infantil), acompañada por la Presidenta de UNICEF Comité Comunidad Valenciana Nidita Guerrero; Frederic Kanouté, Soldado y Ballesteros, realizaron el saque de honor. En el descanso, llegó una sorpresa con una tanda de penaltis solidaria, en las que participaron el artista Huecco, el tenista valenciano Juan Carlos Ferrero, el ‘showman’ de excepción, Ricardo, y el propio trío arbitral, encabezado por Mateu Lahoz, con la meta de recoger sms para sumarse a la recaudación.
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ORGULLO
viernes, 30 de diciembre de 2011
La cubierta del Nou Mestalla será de vidrio azul
Las obras del nuevo campo de Mestalla, que llevaban casi tres años paradas, se reanudarán a principios de 2012 y el estadio estará acabado en un plazo de dos años, según confirmaron hoy la alcaldesa Rita Barberá y el presidente del Valencia CF, Manuel Llorente.
Ambos mantuvieron hoy una reunión en el ayuntamiento de la ciudad en la que Llorente informó a la alcaldesa de los detalles del proceso de reanudación de la obras que se anunció el pasado día 12 cuando el Valencia dio a conocer que había alcanzado un acuerdo con Bankia para finalizar el recinto deportivo.
El desarrollo del proyecto por las empresas Bancaja Hábitat y Aedifica, que ha trabajado en la ordenación de la zona de la ciudad donde está el estadio, y el cambio en la cubierta, que será de vidrio y de color azul, son las principales novedades del proyecto que se retoma.
Tanto Barberá como Llorente señalaron que poco a poco se darán a conocer más detalles de la reanudación de las obras; la alcaldesa especificó que la nueva propuesta presenta alguna variación sobre la inicial y Llorente afirmó que se ajusta a la "luminosidad propia de la ciudad de Valencia".
"Se trata de un cambio técnico sobre el que se han realizado estudios durante más de dos años. Aporta más vistosidad y la cubierta cambiará de colores en función de la luz", apuntó Llorente.
El Valencia comunicó el pasado día 12 que un acuerdo con Bankia iba a permitir la reanudación de las obras del estadio, ya que el club se aseguraba una "financiación a medio plazo en condiciones de mercado y ajustada a sus actuales niveles de ingresos" para poder acometer los trabajos pendientes.
El acuerdo entre Bankia y el Valencia también contempla que la entidad financiera se hará cargo del actual campo de Mestalla.
El proyecto del nuevo estadio valencianista se presentó a finales de 2006 y las obras dieron comienzo en agosto de 2007, pero el club se vio obligado a suspenderlas por falta de liquidez en febrero de 2009, por lo que en noviembre de este año se cumplieron mil días de inactividad en la construcción del campo.
El coste de los trabajos pendientes para la finalización de las obras del campo de Mestalla ronda los 150 millones de euros y cuando las obras estén terminadas, según Llorente, "lo que hay que hacer es empezar a jugar al fútbol" en ese estadio.
Ambos mantuvieron hoy una reunión en el ayuntamiento de la ciudad en la que Llorente informó a la alcaldesa de los detalles del proceso de reanudación de la obras que se anunció el pasado día 12 cuando el Valencia dio a conocer que había alcanzado un acuerdo con Bankia para finalizar el recinto deportivo.
El desarrollo del proyecto por las empresas Bancaja Hábitat y Aedifica, que ha trabajado en la ordenación de la zona de la ciudad donde está el estadio, y el cambio en la cubierta, que será de vidrio y de color azul, son las principales novedades del proyecto que se retoma.
Tanto Barberá como Llorente señalaron que poco a poco se darán a conocer más detalles de la reanudación de las obras; la alcaldesa especificó que la nueva propuesta presenta alguna variación sobre la inicial y Llorente afirmó que se ajusta a la "luminosidad propia de la ciudad de Valencia".
"Se trata de un cambio técnico sobre el que se han realizado estudios durante más de dos años. Aporta más vistosidad y la cubierta cambiará de colores en función de la luz", apuntó Llorente.
El Valencia comunicó el pasado día 12 que un acuerdo con Bankia iba a permitir la reanudación de las obras del estadio, ya que el club se aseguraba una "financiación a medio plazo en condiciones de mercado y ajustada a sus actuales niveles de ingresos" para poder acometer los trabajos pendientes.
El acuerdo entre Bankia y el Valencia también contempla que la entidad financiera se hará cargo del actual campo de Mestalla.
El proyecto del nuevo estadio valencianista se presentó a finales de 2006 y las obras dieron comienzo en agosto de 2007, pero el club se vio obligado a suspenderlas por falta de liquidez en febrero de 2009, por lo que en noviembre de este año se cumplieron mil días de inactividad en la construcción del campo.
El coste de los trabajos pendientes para la finalización de las obras del campo de Mestalla ronda los 150 millones de euros y cuando las obras estén terminadas, según Llorente, "lo que hay que hacer es empezar a jugar al fútbol" en ese estadio.
Economía de guerra, indemnizaciones de lujo
Una polémica cláusula. Los 1,2 millones de euros que percibirá el aún vicepresidente del Valencia CF por su marcha, en pleno plan de saneamiento de la deuda del club, recuerda a los millonarios despidos de la época de Juan Soler.
F. FERRARI/ M. MÍNGUEZ VALENCIA La economía de guerra, la política de austeridad que Manuel Llorente convirtió en seña de identidad para sacar de la bancarrota al Valencia CF, ha quedado en entredicho con la polémica indemnización a Javier Gómez. El aún vicepresidente de la entidad, que dejará su cargo ejecutivo el 31 de diciembre, recibirá 1,2 millones de euros merced a una cláusula que él mismo estipuló en su contrato hace dos años y medio. No se trata de un despido improcedente, ni de una destitución como fue la del otro vicepresidente Fernando Gómez Colomer -que cobró más de 200.000 euros de indemnización- sino de una marcha voluntaria. Según fuentes próximas a Javier Gómez, éste abandona el cargo por decisión propia, pero igualmente cobrará una cifra más que notable de una entidad que no hace tanto se vio casi abocada a entrar en Ley Concursal, al acumular más de 500 millones de euros en deudas que fue sumando de anteriores etapas. Sólo la ampliación de capital, llevada a cabo in extremis, impidió la ruina financiera al frenar la entrada de Dalport.
El Valencia, que en las últimas semanas se ha caracterizado por un enorme secretismo en todos sus movimientos, no se ha pronunciado sobre cómo afrontará el pago de esos 1,2 millones a Gómez. Llorente, que es conocido por arañar hasta el último euro en sus negociaciones, también presume de apagar personalmente las luces de las oficinas del club, o de no utilizar el ascensor para ahorrar en el recibo de la luz -como ironizaba Jordi Évole en el programa Salvados-. Ahora tendrá que hacer nuevos equilibrios presupuestarios para poder pagarle a su segundo de a bordo.
Otra de las incógnitas que queda en el aire es saber cuál será realmente el nuevo papel de Javier Gómez dentro del consejo y si en la práctica tendrá una función más ejecutiva que de asesor, a pesar de no figurar ya en nómina. Tampoco se ha explicado si la decisión fue de carácter personal, o un movimiento del propio Llorente, si Bankia ha intervenido, o si ha sido una combinación de todos esos factores.
La gran duda es si el actual presidente - el único dirigente remunerado que queda en el club- dispone en su contrato con la sociedad de una cláusula que le indemnice por similar cantidad que la de Javier Gómez en caso de que también abandone su cargo.
Con una deuda actual de 368 millones de euros, rebajada por la venta de estrellas como David Villa, David Silva o Juan Mata -y en menor medida las de Marchena, Zigic y Joaquín- y con la compra del viejo Mestalla y los terrenos de Paterna por parte de Bankia, la historia más reciente del Valencia, especialmente con Juan Soler, está plagada de desembolsos astronómicos en concepto de despidos. La palma se la lleva el expresidente de Telefónica, Juan Villalonga, que hizo uno de los negocios más suculentos de su vida empresarial, al embolsarse nada menos que 10 millones de euros -aproximadamente 700.000 diarios- en poco más de un mes que duró su estancia en el club valencianista.
También se fueron del club con los bolsillos llenos, entre otros, el que fue brazo derecho de Soler, Jesús Wollstein (1,2 millones); los exdirectores generales Miguel Gonzálvez (1,8 millones) y Juan Galiano (1,2); los exentrenadores Quique Sánchez Flores (tres millones) Ranieri (siete) y Koeman (siete), los exdirectores deportivos Miguel Ángel Ruiz (800.000) y Javier Subirats, el exjugador Cañizares (más de dos millones de euros), o los dos jefes de prensa que contrató Soler de manera sucesiva. El propio Manuel Llorente fue indemnizado con 1,2 millones cuando Soler decidió prescindir de sus servicios en noviembre de 2006. Esas jugosas indemnizaciones acabaron de asfixiar entonces al Valencia CF.
El Valencia, que en las últimas semanas se ha caracterizado por un enorme secretismo en todos sus movimientos, no se ha pronunciado sobre cómo afrontará el pago de esos 1,2 millones a Gómez. Llorente, que es conocido por arañar hasta el último euro en sus negociaciones, también presume de apagar personalmente las luces de las oficinas del club, o de no utilizar el ascensor para ahorrar en el recibo de la luz -como ironizaba Jordi Évole en el programa Salvados-. Ahora tendrá que hacer nuevos equilibrios presupuestarios para poder pagarle a su segundo de a bordo.
Otra de las incógnitas que queda en el aire es saber cuál será realmente el nuevo papel de Javier Gómez dentro del consejo y si en la práctica tendrá una función más ejecutiva que de asesor, a pesar de no figurar ya en nómina. Tampoco se ha explicado si la decisión fue de carácter personal, o un movimiento del propio Llorente, si Bankia ha intervenido, o si ha sido una combinación de todos esos factores.
La gran duda es si el actual presidente - el único dirigente remunerado que queda en el club- dispone en su contrato con la sociedad de una cláusula que le indemnice por similar cantidad que la de Javier Gómez en caso de que también abandone su cargo.
Con una deuda actual de 368 millones de euros, rebajada por la venta de estrellas como David Villa, David Silva o Juan Mata -y en menor medida las de Marchena, Zigic y Joaquín- y con la compra del viejo Mestalla y los terrenos de Paterna por parte de Bankia, la historia más reciente del Valencia, especialmente con Juan Soler, está plagada de desembolsos astronómicos en concepto de despidos. La palma se la lleva el expresidente de Telefónica, Juan Villalonga, que hizo uno de los negocios más suculentos de su vida empresarial, al embolsarse nada menos que 10 millones de euros -aproximadamente 700.000 diarios- en poco más de un mes que duró su estancia en el club valencianista.
También se fueron del club con los bolsillos llenos, entre otros, el que fue brazo derecho de Soler, Jesús Wollstein (1,2 millones); los exdirectores generales Miguel Gonzálvez (1,8 millones) y Juan Galiano (1,2); los exentrenadores Quique Sánchez Flores (tres millones) Ranieri (siete) y Koeman (siete), los exdirectores deportivos Miguel Ángel Ruiz (800.000) y Javier Subirats, el exjugador Cañizares (más de dos millones de euros), o los dos jefes de prensa que contrató Soler de manera sucesiva. El propio Manuel Llorente fue indemnizado con 1,2 millones cuando Soler decidió prescindir de sus servicios en noviembre de 2006. Esas jugosas indemnizaciones acabaron de asfixiar entonces al Valencia CF.
Botía vuelve a escena para ser tercer central
El Valencia ha retomado el interés que viene de antaño por Alberto Botía. El central del Sporting de Gijón (aunque indirectamente vinculado al Barcelona como a continuación explicaremos) es uno de los mejor colocados en la terna que maneja la secretaría técnica de cara a la próxima temporada para ocupar la plaza de Ricardo Costa en calidad de tercer central del equipo (siempre y cuando lógicamente el luso abandonara el club). En las últimas semanas, de hecho, han habido contactos informales entre el Valencia y Botía para conocer de primera mano su predisposición, que es total si entre los clubes llegaran previamente a un acuerdo.
Botía cumple el perfil de tercer central que busca el Valencia. Se cuenta para la próxima campaña con Rami, Víctor Ruiz (tal como informó AS en su edición del pasado sábado con la reanudación de las obras el objetivo es llenar sus 75.000 localidades y la necesidad ahora es hacer un buen equipo) y se le ha ofrecido la renovación a Dealbert. A sus 22 años, Botía, internacional asiduo en las categorías inferiores de la selección, tiene experiencia en la máxima categoría y margen aún de mejora. Asumiría de primeras su nuevo rol en un club como el Valencia dado que para él sería un salto en su carrera y, a su vez, se le ve con cualidades para apretar en el día a día a Rami y Víctor Ruiz y, sobre todo, para cumplir con creces cuando le tocara jugar o si se ganara galones.
¿Cual es su situación contractual? A Botía le restan dos años de contrato, por lo que habría que negociar con el Sporting, aunque más con el Barcelona. El club culé tiene una opción de recompra hasta que expire su actual contrato. Sólo la puede hacer efectiva desde el 1 de mayo hasta el 15 de junio y asciende en 2012 a 2,4 millones de euros. Pero para cualquier operación de venta -aún fuera de ese plazo- el Sporting debe informar previamente al Barcelona. Tiene una cláusula de rescisión que asciende a 10 millones, aunque el Valencia sólo contemplaría su fichaje por mucho menos.
Costa, casi al Trabzonspor
El Valencia sigue sin tener encima de la mesa ninguna oferta para el mercado invernal que se abre el próximo lunes por Ricardo Costa. Es más, la intención del club continúa siendo la de no dar salida a ningún jugador de su plantilla, dado que el calendario en enero y febrero (con la Copa y la Europa League) invita a tener fondo de armario para competir en los tres torneos. Pero parece que el Trabzonspor turco va a hechar el resto por Costa y ya negocia con los agentes del luso una salida del Valencia. Los turcos le mantedrían la ficha pero van a solicitar su carta de libertad. Costa perdonaría los dos años que le quedan.
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