@Alberto_Gomez9
De la euforia impredecible al apagón de los focos más absoluto. Del cielo a la tierra pasando por lágrimas de victoria y desesperación por la vuelta a una realidad que obliga a mantener los pies en el suelo. Cuatro jornadas de Liga BBVA le quedan al Valencia CF. Un abanico de fechas de puro trámite, de mantener una cierta regularidad para conservar una cierta estabilidad mental y anímica. Nada más allá.
El cuadro che tiene que dedicar a partir de ahora cuerpo y alma a la Europa League, no queda otra. Sudar la camiseta del doblete. Disponer de un calendario tocado por la dulzura del azar. Dinamo de Kiev, Ludogorets y Basilea, rivales inferiores en potencial al Valencia, contendientes que además no dispusieron de una grada efervescente para celebrar cada gol. Todo se pone de cara. Luchar por el sueño de Turín para alzar un trofeo conllevaría dos ilusiones y necesidades complementarias.
Juan Antonio Pizzi tiene cierto margen para demostrar cómo se las gasta con las dotes de dosificación de esfuerzos y minutos. Cargar en demasía las piernas de unos futbolistas imprescindibles para la eliminatoria ante el Sevilla sería un error imperdonable. Hay jugadores que se sienten más cómodos y activos si disponen de X tiempo por encuentro. De ahí a forzar es otra historia, aunque no es menos cierto que en el entrenamiento más dócil se producen lesiones.
Nombres como Dani Parejo, Juan Bernat, Paco Alcácer, Jeremy Mathieu o Seydou Keita son insustituibles. Los reglajes básicos de un monoplaza con carencias evidentes pero que tira con fuerza si se lo propone. Especial cuidado ha de tener el técnico argentino porque parte de las aspiraciones del Valencia en la competición europea pasan por el estado físico de las 5 piezas.
Dejar constancia de paso de la enorme progresión de los tres primeros. La manija, el box to box, el vértice de un equipo que se desarbola sin su presencia. Muchos pensamos que el centrocampista de Coslada es de los pocos con la proyección suficiente como para relevar en la Selección Española a Xavi o Xabi Alonso, ambos de capa caída en los últimos tiempos.
Concentración, potencia, aceleración, llegada desde atrás y seguimiento férreo por las grandes escuadras del continente. Juan Bernat se lo propuso y ha alcanzado un nivel extraordinario como lateral izquierdo que pocos podían imaginar. Y Paco Alcácer, quien se lo iba a decir, el nuevo ídolo de una afición ávida de iconos a los que aferrarse. Vicente Del Bosque tuvo palabras para ellos. Son seguidos de cerca por el seleccionador español. Vacíos próximos en La Roja que sí o sí contarán con relevos de garantías. Sin olvidarse de un José Luis Gayá que en breve formará una pareja espectacular con su homólogo en la banda izquierda.
Futuro más oscuro para varios jugadores que tienen la obligación, si acaso quieren, de dejar las marcas suficientes como para pensar en contar con su presencia en una inminente temporada 14/15. Y el caso más ‘sangrante’ es Jonas. Un futbolista que vive de los goles pasa a ser el azote de la grada cuando encadena una racha con el casillero vacío. Perdido, sin chispa. Parece tener la cabeza en otro sitio. Y eso el Valencia lo nota.
Queda pendiente de resolución el extraño caso de Vinícius Araújo. De estar rompiéndola en el Brasileirao a formar parte de las butacas de Mestalla. 3,5 millones de euros en busca y captura. 57 minutos desde que fichara por el Valencia. Podemos deducir por YouTube cómo se desenvuelve el chico en el césped, porque será complicado volver a verle calzado sobre el rectángulo de juego.
Lo cierto es que el delantero deja ver un estado físico que no es el adecuado. Algo pasado de peso, dejémoslo ahí. 21 años e imagino que vivirá solo. Ahí el club debe intervenir de lleno. Cissokho, Maduro o Ever Banega son casos semejantes. Hamburguesas, pizzas, comida preparada. El Valencia no puede controlar lo que come Vinícius en casa, pero sí puede obligarle a hacer X comidas en las instalaciones de Paterna.
Así, mientras la penumbra de la Liga cae sobre la entidad valencianí, con unos jugadores franquicia que hacen méritos para sumar internacionalidades mientras otros están pendientes vete tú a saber de qué, el Sevilla sigue aspirando a la Champions League y quizás deje momentáneamente de lado la eliminatoria ante el Valencia. Cuentas pendientes en los próximos días. Nervión, un estadio caliente y con poca fortuna tradicionalmente para los blanquinegros, será la primera estación hacia el destino turinés.