Fin de curso en el Valencia. Tras una sesión suave y relajante, llegó la hora de que los alumnos/jugadores recibieran las notas finales. En el reparto hubo de todo, desde el clásico, "el profesor me tiene manía" hasta el "aprobado por los pelos". El caso es que Emery abrió las puertas de su despacho en la Ciudad Deportiva y fue citando futbolistas uno a uno, cara a cara.
El técnico comunicó a varios jugadores que lo mejor es que no vuelvan. Entre ellos hubo cuatro casos significativos. El primero, y no por ya esperado menos intenso, el del Chori Domínguez. El entrenador le dijo que busque un traspaso y que el año que viene no tiene opción alguna de jugar. El futbolista le dejó claro que se va a marchar, pero que será cedido. De hecho al argentino, ahora mismo, le queda un año más de contrato que al entrenador y el Chori confía en que cuando Emery ya no esté pueda triunfar en el Valencia.
El jugador se marchó de Paterna llevándose todos sus enseres personales, incluso unos altavoces con los que hacía vibrar el vestuario. Con El Chori la cosa no está finiquitada. Braulio Vázquez, con el que el mediapunta dice tener relación cero, quiere sentarse cara a cara con él para explicarle el proceder del club.
Pero el Chori no fue el único que se llevó un insuficiente. Otro de los damnificados fue David Navarro. El capitán también está descartado por el técnico para la próxima campaña. El club le ha dicho que se busque la vida pero él tiene las cosas claras. "Si quieren que me vaya que me busquen equipo y me convenzan", eran sus palabras al abandonar las instalaciones del club.
El del Puerto de Sagunto asume que el técnico le haya relegado a un plano muy secundario, pero para marcharse a otro equipo le tendrá que salir algo interesante. Si no, su opción es seguir el año de contrato que le queda en el Valencia y asumir su nuevo rol.
Emery tuvo reunión con otros dos centrales. Uno se llevó un aprobado por poco. Dealbert recibió una buena noticia. El valenciano se queda en el club. El técnico alabó su carácter competitivo y su profesionalidad. Le advirtió de que con la llegada de Rami tendrá poco minutos pero que le quiere dentro del grupo.
Menos suerte corrió el futuro de Stankevicius. El lituano tiene poquísimas opciones de seguir. o la Sampdoria lo regala o tendrá que buscarse la vida en otro club. Antes de final de mes el club le comunicará de forma definitiva que no van a ejercer la opción de compra de 1,5 millones de euros.
Por último, fue Moyá el que recibió sus notas de final de curso. El portero no cuenta. Debe marcharse. Eso sí, si no hay una oferta importante al Valencia no le importa demasiado que el mallorquín busque una buena cesión en la que pueda recuperar el nivel que ha perdido en estos últimos años en los que prácticamente no ha jugado.