A Unai Emery aún le duraba ayer y no tiene pinta de irse pronto la indigestión que cogió en Gelsenkirchen. Es el entrenador del Valencia uno de esos a los que muescas así le dejan tambaleando pero en general todo el valencianismo sufrió un miércoles negro y un jueves de dolor ; y vivirá un sábado de incertidumbre cuando tenga que jugarse los garbanzos en la Romareda. El vuelo de regreso de Alemania fue, de hecho, un claro ejemplo de cómo están los ánimos y el entrenamiento de ayer parecía, al menos aparentemente, un funeral. El Valencia de agosto se conformaba con superar la primera fase de la Champions, pero el más inmediato se frotaba las manos pensando ya en los cuartos.
Despedir al Schalke de la Champions era el empujón que necesitaba el propio Emery para reforzar su progresión profesional en general y en el Valencia en concreto. Ahora, los hay que piensan que la eliminación puede hacer que el empujón que necesitaba se transforme en puntapié. Será, en cualquier caso, Manuel Llorente el que decida hasta qué punto hay que tener en cuenta este nuevo/otro patinazo europeo.
A Unai, que ayer por la noche tenía previsto volver a ver el partido de Gelsenkirchen, le quedan once finales para convencer al presidente de que es el mejor entrenador posible para un equipo que necesita pulir todavía muchas cosas. De momento, y ese es el gran argumento, la tercera plaza es el mejor y único botín al que tiene que aferrarse el grupo que, a día de hoy, ve al Villarreal por el espejo retrovisor pero a tan corta distancia (cuatro puntos) que en dos resbalones se puede ir todo al traste.
La afición, para no perder la costumbre, sigue sin tener claro si Emery es el ideal o no para el Valencia y en la comparativa que se publica en la página siguiente se observa el estado de ánimo de los internautas en una encuesta realizada en la web de LAS PROVINCIAS el 17 de enero (después de ganar 2-0 al Deportivo en Liga) y en otra puesta en la red ayer, con el 3-1 de Alemania todavía caliente.
Esta división de criterios es algo que persigue prácticamente al técnico vasco desde que aterrizó en el club de Mestalla. Elogios y pitidos por igual. La figura de Unai es tan reconocida como criticada y eso se palpa prácticamente en cada partido que se juega en Mestalla. No hay forma de que el entrenador consiga convencer a un mayor porcentaje de la grada.
A Unai se le pueden criticar muchas de sus decisiones pero cuando Manuel Llorente exija a Braulio Vázquez un juicio es cuando uno y otro deberán mojarse. Fernando Gómez lo hizo en un informe que redactó y firmó -representando a toda la secretaría técnica- a principios del año pasado aunque luego el propio Fernando cambió de opinión. Primero aconsejaba prescindir de Emery y después apostaba por él. Fue ese informe, por cierto, una de las armas que utilizó Javier Gómez para desprestigiar posteriormente labor del anterior director deportivo. De momento, Braulio Vázquez dice estar contento con Emery pero sigue el discurso de Llorente.
A Unai al menos le queda que incluso la prensa alemana admitiera ayer los matices que influyeron en el resultado final del partido y en la eliminatoria de octavos. El diario Bild no dudaba en expresar que «la suerte acompaña al Schalke».
Es quizás esa pizca de fortuna la que ha tenido el Valencia durante muchas jornadas de Liga (cuando ha ganado partidos en los últimos minutos) pero que en lo que se refiere a eliminatorias le sigue dando la espalda a Emery, un entrenador fiable en una competición de 38 partidos pero inestable cuando se trata de afrontar retos como la Supercopa de España, la Copa del Rey, la Europa League o la Champions. Cada vez que el Valencia se la ha tenido que jugar a 180 minutos (con partido de ida y de vuelta) contra rivales de cierto peso ha salido lamentándose. El día en el que se conoció que el Schalke era el rival, todas las manifestaciones iban en el sentido de que era junto con el Tottenham y el Shakhtar uno de los más asequibles. Pues bien, los tres más fáciles son los que aún sobreviven. Al Valencia le ha sobrado verbo y le ha faltado madurez.
El repaso a las estadísticas deja en una difícil posición al técnico. Emery ha disputado desde su llegada al Valencia quince eliminatorias a doble partido en diferentes competiciones, de las que superó ocho y cayó en siete. Dicho así la cosa no está mal, pero si uno entra a analizar con cierto detalle la entidad de esos equipos, la cosa ya se va torciendo. El Valencia ha caído a doble partido en estas tres últimas campañas ante Real Madrid (Supercopa), Sevilla, Deportivo y Villarreal (Copa del Rey) y en los torneos europeos ante rivales como el Dynamo de Kiev, el Atlético de Madrid y el reciente Schalke 04.
En el otro lado de la balanza están los equipos que han caído ante el Valencia. Sólo el Werder Bremen tiene algo de peso, el resto deja mucho que desear: Portugalete, Racing, Alcoyano y Logroñés (Copa del Rey), Marítimo, Stabaek y el mencionado Werder Bremen.