Unai Emery destacó el trabajo del equipo pese a la derrota, y reiteró en varias ocasiones que éste es el camino y que en condiciones normales se ganarán más partidos que se perderán. "No podemos reprocharnos nada, el equipo ha jugado para ganar y si algo insistimos es que tenga esa mentalidad. Nosotros durante el partido nunca podemos estar satisfechos con el partido, el equipo ha jugado para ganar y sabíamos que eso le daba opciones al Manchester. En condiciones normales creo que este tipo de partidos estaremos más cerca de ganarlos. Esta derrota no nos puede crear desconfianza porque jugando en esta línea el equipo estará más cerca de ganar que de perder".
El técnico ha reconocido que los jugadores no han estado "acertados" de cara a gol, pero se queda con que "lo importante es crear esas ocasiones". El vasco cree que es un partido para estar satisfechos y que lo único negativo ha sido el resultado. "Hoy hay que estar satisfecho del trabajo, satisfecho del apoyo de la afición. El VCF ha jugado para ganar el partido, en el transcurso de los 90 minutos ha estado más cerca de ganar y cuanto más se volcaba el equipo alguna encontraba el Manchester, ha encontrado el gol y ha ganado. Los fecilitamos pero creo que hoy tenemos que estar satisfechos con todo menos con el resultado".
El preparador de Hondarribia que el equipo "va a dar un paso de madurez y confianza" y mira al futuro "con optimismo para los próximos partidos. Tenemos que quedarnos con lo positivo y seguir creyendo en el camino que estamos trazando". Respecto a cómo se queda la clasificación en el grupo, Emery cree que todos los partidos que quedan serán fundamentales. "Los cuatro partidos son importantes. La vuelta en Manchester la tendremos como una revancha deportiva. Es verdad que tenemos un partido bonito ante el Rangers y luego el de vuelta. Estamos para mirar ese futuro cercano con el máximo optimismo".
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/09/30/visto-vcf-linea-normalmente-lleva-ganar/106721.html
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jueves, 30 de septiembre de 2010
Empanada general
El fútbol fue duro anoche con el Valencia. Los de Mestalla sufrieron una derrota tan injusta como inesperada. Pero este juego no entiende de méritos deportivos y mucho menos de premiar el esfuerzo. La primera mitad, un auténtico tostón, no aportó nada destacable por parte de ninguno de los contendientes. Sin embargo, la mordiente de los valencianistas tras el intermedio no encontró recompensa. Y fue así por los propios errores de los jugadores de Emery, negados de cara a la meta de Van der Sar.
A pesar de ello, la derrota fue demasiado castigo para lo visto sobre el terreno de juego. El empate hubiera dejado mucho más conformes a los blanquinegros, vista la impotencia que manifestaron en lo que a puntería se refiere. Fallaron de manera estrepitosa cuando tuvieron opciones de hacer gol y de eso no se puede responsabilizar a nadie, salvo a ellos mismos por sus desatinos.
Emery no pudo debutar en Mestalla con buen pie, a pesar de los intentos del segundo periodo. Ferguson dio órdenes muy claras a los suyos. Sir Alex no disponía de cuatro puntales, un póker de futbolistas no sólo habituales, sino fundamentales en sus alineaciones: Giggs, a pesar de su veteranía, Scholes, Valencia y el goleador Rooney. Y mandó nadar y guardar la ropa. Por eso todo el trabajo de los suyos estuvo destinado a defenderse con orden y tratar de aprovechar alguna contra.
El resultado más repetido en las confrontaciones entre Valencia y Manchester ha sido el empate sin goles. Así se llegó al descanso y, a juzgar por lo visto, el pronóstico era de que al final todo seguiría igual. Ni unos ni otros fabricaron fútbol suficiente como para llevar peligro a ninguna de ambas porterías. Si hubo una ocasión clara, a favor de los de Emery, fue sin querer, involuntaria, por casualidad. Un error por alto del veterano guardameta Van der Sar, a los 17 minutos, dejó el balón franco a Soldado. Como no lo esperaba, el valenciano intentó conectar, pero desviado.
Eso fue todo lo que deparó un primer acto paupérrimo, aburrido, en el que se impusieron por partida doble los errores y las imprecisiones. Nadie acertó a jugar el balón con sentido. Tino Costa no existió; Fletcher no le perdió de vista y le amargó el partido. El Chori no enlazaba con sus compañeros más adelantados. Mata se estrelló siempre con la zaga inglesa y sólo Pablo Hernández buscó verticalidad. Fue el más incisivo de los valencianistas, pero casi nunca encontró el debido acompañamiento.
El Valencia no funcionaba, aunque derrochó ganas y porfió por llegar al área inglesa. Lo del Manchester fue mucho más grave. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve! Conociendo de antemano que los de Ferguson no atraviesan una de sus mejores épocas, la imagen de anoche fue muy triste. Ferguson, en la banda, y Bobby Charlton, en el palco, debían estar frotándose los ojos ante el espectáculo que presenciaban. Y, tal vez conscientes de que no están para lanzar cohetes, los de Old Trafford estuvieron más pendientes de defender que de jugar el balón y mirar hacia un César que, sin sumarse a la huelga general, sí que estuvo parado.
La segunda mitad, afortunadamente, fue distinta. El juego, más vivo por parte valencianista, sí que captó entonces la atención de los aficionados que, curioso, no llenaron Mestalla. La gente está cansada de rascarse el bolsillo y se reflejó en las gradas. Un aviso para que el Valencia se lo haga mirar. Los de Emery, queda dicho, mejoraron con Mata unos metros más retrasado, entrando más en juego. Ayudó a ensanchar el campo y la entrada en acción de Aduriz ayudó a revolucionar el partido desde la perspectiva valencianista.
El primer aviso serio de peligro, sin embargo, lo dio el Manchester a cargo de Berbatov, minuto 56, cuando el búlgaro se escapó de David Navarro y remató cerca de César; el portero envió a córner, salvando una escaramuza muy seria de los visitantes. A partir de ahí, desapareció el Manchester. El Valencia apretó desde atrás y se hinchó de meter balones en el área de Van der Sar. Pablo y Mathieu hicieron carril por las bandas. Un centro tras otro, que nunca encontraron rematador. Una pena. La falta de acierto se trasladó entonces al ataque. Y se pagó caro. Demasiado.
Pablo probó fortuna desde fuera del área. Después, Mathieu, tras apertura de Mata. Luego un cabezazo de Soldado, un disparo de Fernandes -que aportó viveza en la medular- que hizo lucirse al meta del Manchester. Ya en los últimos compases, servicio de Aduriz al que no llegó Soldado... Una llegada tras otra, peligro constante ante el portal inglés, sin que ningún blanquinegro empujara el balón a la red.
Y como las desgracias nunca vienen solas, la puntilla para los de Emery llegó a cinco minutos para el final. Jugada que inicia Nani, se apoya bien en Macheda y la culmina el 'Chicharito' Hernández. El Manchester se llevaba tres puntos con los que ni había soñado. Por eso no extrañaron los saltos de alegría de sus componentes, en el campo, en el banquillo y en el palco.
Para que nada faltase en cita tan negativa, el Glasgow Rangers también ganó. Como el Manchester, suma cuatro puntos, quedando el Valencia tercero, con uno menos. Además, lesión muscular de Maduro, que no pudo moverse durante los últimos minutos y se perderá los próximos partidos. Lo dicho, noche aciaga, a pesar de la voluntad que los de Emery pusieron en la segunda fase. El esfuerzo se hizo, aunque el juego no brillara y mucho menos el acierto de cara al gol.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-09-30/empanada-general-20100930.html
A pesar de ello, la derrota fue demasiado castigo para lo visto sobre el terreno de juego. El empate hubiera dejado mucho más conformes a los blanquinegros, vista la impotencia que manifestaron en lo que a puntería se refiere. Fallaron de manera estrepitosa cuando tuvieron opciones de hacer gol y de eso no se puede responsabilizar a nadie, salvo a ellos mismos por sus desatinos.
Emery no pudo debutar en Mestalla con buen pie, a pesar de los intentos del segundo periodo. Ferguson dio órdenes muy claras a los suyos. Sir Alex no disponía de cuatro puntales, un póker de futbolistas no sólo habituales, sino fundamentales en sus alineaciones: Giggs, a pesar de su veteranía, Scholes, Valencia y el goleador Rooney. Y mandó nadar y guardar la ropa. Por eso todo el trabajo de los suyos estuvo destinado a defenderse con orden y tratar de aprovechar alguna contra.
El resultado más repetido en las confrontaciones entre Valencia y Manchester ha sido el empate sin goles. Así se llegó al descanso y, a juzgar por lo visto, el pronóstico era de que al final todo seguiría igual. Ni unos ni otros fabricaron fútbol suficiente como para llevar peligro a ninguna de ambas porterías. Si hubo una ocasión clara, a favor de los de Emery, fue sin querer, involuntaria, por casualidad. Un error por alto del veterano guardameta Van der Sar, a los 17 minutos, dejó el balón franco a Soldado. Como no lo esperaba, el valenciano intentó conectar, pero desviado.
Eso fue todo lo que deparó un primer acto paupérrimo, aburrido, en el que se impusieron por partida doble los errores y las imprecisiones. Nadie acertó a jugar el balón con sentido. Tino Costa no existió; Fletcher no le perdió de vista y le amargó el partido. El Chori no enlazaba con sus compañeros más adelantados. Mata se estrelló siempre con la zaga inglesa y sólo Pablo Hernández buscó verticalidad. Fue el más incisivo de los valencianistas, pero casi nunca encontró el debido acompañamiento.
El Valencia no funcionaba, aunque derrochó ganas y porfió por llegar al área inglesa. Lo del Manchester fue mucho más grave. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve! Conociendo de antemano que los de Ferguson no atraviesan una de sus mejores épocas, la imagen de anoche fue muy triste. Ferguson, en la banda, y Bobby Charlton, en el palco, debían estar frotándose los ojos ante el espectáculo que presenciaban. Y, tal vez conscientes de que no están para lanzar cohetes, los de Old Trafford estuvieron más pendientes de defender que de jugar el balón y mirar hacia un César que, sin sumarse a la huelga general, sí que estuvo parado.
La segunda mitad, afortunadamente, fue distinta. El juego, más vivo por parte valencianista, sí que captó entonces la atención de los aficionados que, curioso, no llenaron Mestalla. La gente está cansada de rascarse el bolsillo y se reflejó en las gradas. Un aviso para que el Valencia se lo haga mirar. Los de Emery, queda dicho, mejoraron con Mata unos metros más retrasado, entrando más en juego. Ayudó a ensanchar el campo y la entrada en acción de Aduriz ayudó a revolucionar el partido desde la perspectiva valencianista.
El primer aviso serio de peligro, sin embargo, lo dio el Manchester a cargo de Berbatov, minuto 56, cuando el búlgaro se escapó de David Navarro y remató cerca de César; el portero envió a córner, salvando una escaramuza muy seria de los visitantes. A partir de ahí, desapareció el Manchester. El Valencia apretó desde atrás y se hinchó de meter balones en el área de Van der Sar. Pablo y Mathieu hicieron carril por las bandas. Un centro tras otro, que nunca encontraron rematador. Una pena. La falta de acierto se trasladó entonces al ataque. Y se pagó caro. Demasiado.
Pablo probó fortuna desde fuera del área. Después, Mathieu, tras apertura de Mata. Luego un cabezazo de Soldado, un disparo de Fernandes -que aportó viveza en la medular- que hizo lucirse al meta del Manchester. Ya en los últimos compases, servicio de Aduriz al que no llegó Soldado... Una llegada tras otra, peligro constante ante el portal inglés, sin que ningún blanquinegro empujara el balón a la red.
Y como las desgracias nunca vienen solas, la puntilla para los de Emery llegó a cinco minutos para el final. Jugada que inicia Nani, se apoya bien en Macheda y la culmina el 'Chicharito' Hernández. El Manchester se llevaba tres puntos con los que ni había soñado. Por eso no extrañaron los saltos de alegría de sus componentes, en el campo, en el banquillo y en el palco.
Para que nada faltase en cita tan negativa, el Glasgow Rangers también ganó. Como el Manchester, suma cuatro puntos, quedando el Valencia tercero, con uno menos. Además, lesión muscular de Maduro, que no pudo moverse durante los últimos minutos y se perderá los próximos partidos. Lo dicho, noche aciaga, a pesar de la voluntad que los de Emery pusieron en la segunda fase. El esfuerzo se hizo, aunque el juego no brillara y mucho menos el acierto de cara al gol.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-09-30/empanada-general-20100930.html
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