VICENTE BAU. HOY A Gayà le espera un futuro inmenso. Ganará dinero, mucho dinero, y tendrá que aprender a negociar con la presión propia de las figuras del fútbol...
No. No busquen en este artículo un texto picantón sobre el punto 'g' y sus derivados. Sí es cierto que entre lo que les voy a contar y el punto 'g' existen ciertos paralelismos. Pero sólo eso: paralelismos. Les une -al punto 'g' deportivo y al otro- cierto halo de misterio inexplicable. Al deportivo, apodado 'g' por Gayà, le caracteriza cierto oscurantismo a la hora de encontrarlo.¿Dónde reside el misterio para que un futbolista de la cantera pase a ser un futbolista de la cartera?... y por cartera entiendan cotizado, que cobra o va a cobrar bien y que al fin y al cabo ha dado ese paso casi mágico que separa las categorías inferiores del primer equipo. Y al otro 'g', el popularmente conocido por todos, también le asiste el misterio de encontrarlo o no, y tampoco está muy claro que la mayoría de las canteranas lleguen a disfrutarlo -encontrarlo- a lo largo de su vida.
EL CHAVAL DE PEDREGUER
Vayamos con nuestro hombre 'g'... con Gayà. En tiempo récord un meritorio joven del Mestalleta se ha convertido en objeto del deseo para equipos con un potencial económico enorme... y no hablo sólo del Real Madrid. ¿Y? Pues lo curioso del caso es que para que se produzca la explosión Gayà han tenido que suceder varias cosas a la vez que raramente suceden y que por lo tanto, cuando suceden, se convierten en un tsunami de popularidad que desborda las previsiones más optimistas. ¿Y qué ha sucedido para que Gayà pase de ser un amateur casi desconocido fuera de Valencia a un profesional tremendamente cotizado? Pasen y les cuento.
JUGUETES ROTOS
Un canterano suele ser un joven con proyección que sueña con triunfar en el fútbol pero que en muchas ocasiones se queda en proyecto de futbolista y en proyecto de persona. Quiero decir, que a algunos jóvenes con talento la mala gestión de ese talento los deja fuera de juego antes de tiempo. Se lo creen, segustan, se ponen tontitos... y caen al abismo de acabar siendo 'carne' de Tercera o Segunda B. Son chavales que jamás llegarán a encontrar ese punto 'g' y que por lo tanto jamás van a disfrutar del fútbol como ellos pensaban que iba a suceder cuando empezaban a despuntar en categorías inferiores. Juguetes rotos... que además suelen ser la mayoría e incluso algunos de ellos tienen más potencial que otros que saben evolucionar y acaban rindiendo (y haciendo dinero) en la máxima categoría.
EL CEREBRO ES EL QUE MANDA
Y ahora regreso a Gayà. Regreso al canterano que ha logrado alcanzar ese punto 'g' con una rotundidad incontestable. A Gayà le espera un futuro inmenso. Ganará dinero, mucho dinero, y tendrá que aprender a negociar con la presión propia de las figuras del fútbol. La pregunta es: ¿Alguien le ha regalado algo a Gayà? Pues no, rotundamente no. Con Gayà lo que ha sucedido es que en cuanto ha tenido su oportunidad de oro la ha sabido aprovechar como nadie. Y ese mérito, permítanme que lo diga así, reside más en su cabeza que en sus botas. Al fútbol se juega con los piés... obvio. Pero alcanzar y disfrutar de ese punto 'g' es cosa exclusiva de la cabeza. Si tienes talento y la cabeza bien amueblada vivirás de este negocio con solvencia... como le va a suceder a Gayà.
TRASPASOS OPORTUNOS
Pero miren si el tema es curioso. Antes de comenzar la temporada la posición de Gayà parecía la más débil del equipo. Incluso el propio Gayà, sobre el papel, tenía más pinta de ser carne de banquillo (o de cesión) que titular incostestable. Pero lo ha hecho. Gayà ha sabido evolucionar. Y ahora ya no es cantera. ¿La razón? Pues miren en el caso de Gayà se han tenido que dar un aluvión de ventas masivas para que al chaval le llegara la oportunidad que rara vez llega para un canterano.
JORDI, BERNAT, MATHIEU...
Piensen. En el puesto de Gayà casi en tiempo récord han volado del Valencia futbolistas hoy en día tan contrastados como Jordi Alba, Bernat e incluso Mathieu. Si cualquiera de ellos se hubiera quedado es más que probable que a Gayà le hubiera costado encontrar ese punto 'g' que te hace disfrutar a lo bestia del fútbol. Sí, seguramente también hubiera llegado a figura -recuerden, la cabeza manda- pero le hubiera costado mucho más tener una oportunidad para entrar en el equipo y demostrar su valía.
PEQUEÑO RESUMEN
Total, que para disfrutar del fútbol -como de lo otro- tienes que encontrar el 'punto' adecuado y 'sazonar' ese encuentro con un grado de madurez raramente habitual. En Gayà confluye todo. Y sí, debería ser más ejemplo para la cantera por su inteligencia que por sus virtudes como futbolista. En la cantera hay mucho talento apiñado... pero pocos saben como aprovechar dicho talento y lo dilapidan. Ahora bien, cuando encuentras ese punto y lo sabes aprovechar... disfrutas a lo grande... estilo Gayà.