El Valencia apura su plazo para presentar en el juzgado un escrito de contestación en el que informa al juez de que Nou Valencia no posee el 5% de las acciones mínimas necesarias de la sociedad para solicitar de manera formal la celebración de una asamblea para que decidan los propios accionistas qué se debe hacer en el caso Valencia Experience.
Todo nace como consecuencia del 'bluf' del patrocinador y la sentencia judicial que condena a la firma matriz (Product Management Council) a pagar al club los 5 millones de euros que debe (y que no tiene) y de la posibilidad posterior de que el club se decida a emprender acciones de responsabilidad social contra los dirigentes que en su día firmaron el contrato con Valencia Experience.
Hasta el momento, el consejo de administración del Valencia ha pasado de puntillas al respecto. No dice que no, ni tampoco que sí. Sólo se ha permitido decir que prefiere esperar a que se cumplan los plazos judiciales para tomar posteriormente la decisión. Nou Valencia, en su intento de que el club no se quede con los brazos cruzados y pierda la opción de recuperar parte o toda la cantidad perdida, pretende que sean los accionistas los que voten en asamblea si hay que ir o no al juzgado y contra quién o quiénes hay que pedir responsabilidades.
En este sentido, hay consejeros que en privado sí opinan que el club tiene la obligación de ir hasta el final y si hay que denunciar se hará, ya sea a Juan Soler, Jesús Wollstein o al consejo. En aquella directiva que respaldó el contrato con Valencia Experience, por cierto, estaba Társilo Piles, hoy directivo. Siempre que se le pregunta al respecto desprende mucha tranquilidad.