VALENCIA.
Aurelio Martínez (Zaragoza, 1947) se enfrenta a un reto inédito en su larga carrera. Este economista, exconseller de Hacienda, exconcejal del Ayuntamiento de Valencia y gestor de empresas públicas tan relevantes como Loterias y Apuesta del Estado o Navantia, además de dirigir el Instituto de Crédito Oifical (ICO), ha aceptado ser la cara visible de la Fundación Valencia CF. En plena crisis económica del club de Mestalla y de su máximo accionista, Martínez ha dado un paso al frente en ese tandem que forma con Amadeo Salvo para tratar de salvar una situación que se antoja insalvable.
"Será difícil, muy difícil, pero es posible", asegura Martínez durante una entrevista de casi una hora en la que desgrana los pilares básicos del cambio de rumbo que preparan en la avenida de Suecia.
-Usted ha gestionado varias empresas públicas durante su trayectoria. Una fundación de un club de fútbol es muy distinto.
-También tengo empresas privadas vinculadas a mi familia, y aunque no me he dedicado a ellas me he criado en el mundo empresarial. Esta fundación se configuró como estricta fundación, con poco personal porque no hacía falta, pero después y a raíz de los acuerdos que se firmaron con el Valencia CF se le fue transfiriendo una actividad que implicaba mayor gestión. En estos momentos la idea es darle una nueva vuelta y transferirle muchas más cosas, porque si hay que pagar intereses tienes que tener un volumen de facturación para evitar la asistencia financiera, que es lo razonable. Tenemos que ir, por tanto, a una estructura mucho más comprometida, de objetivos, de exigencia, porque va a ser una empresa que va a manejar un volumen de facturación importante de 20 o 25 millones de euros.
-Estamos hablando, por tanto, de una fundación que deberá asumir qué vías de negocio.-De momento toda la cadena de formación de futbolistas, de forma integral. Eso es un trabajo importante, porque si transfieres hasta el Mestalla [el segundo equipo del Valencia CF] es mucha responsabilidad. O la escuela de alto rendimiento... Hay mucho que hacer. Pero eso está en los objetivos de la fundación. Y de hecho muchos de los clubes que tienen este tipo de estructura tienen una fundación detrás.
-El objetivo de transferir la cadena de fútbol base es para poder ingresar por los derechos de formación. -Esa es una de las líneas más importantes, sí. Otra que hay que hacer, el museo. El museo más visitado de España no es el Prado ni el Reina Sofía, desgraciadamente. Es el de FC Barcelona. Aprovechando los cruceros que llegan a la ciudad, por ejemplo, meter el museo del Valencia CF en un circuito ya desde ahora, pero sobre todo cuando esté el nuevo estadio.
-¿Y cómo se va a hacer ese traspase de activos del Valencia CF a la Fundación VCF?
-Ya se ha hecho en el pasado y en realidad sería una ampliación de ese protocolo de actuación entre las dos entidades. El fútbol 8 ya está aquí... Pero otro aspecto en el que se podría hacer hincapié es en la formación de jugadores a nivel internacional. Si tienes una escuela de élite y grandes profesionales puedes ofrecer ese servicio para terceros. Y eso en países que están incentivando de manera muy agresiva el fútbol es un servicio que se presta y que es rentable. Hay muchas cosas...
-No se estará desvistiendo al Valencia CF para vestir a la Fundación
-No, y eso tiene que quedar muy claro. No se trata de sacar dinero de un bolsillo para que vaya a otro. Lo que hay que hacer es generar ingresos nuevos. Probablemente todo no se va a poder hacer con nuevos ingresos pero sí una parte importante. Por ejemplo en el caso de la escuela de formación: diseñar bien el producto e irse a venderlo fuera, a otros países, firmando convenios internacionales. Y eso son ingresos nuevos. Habrá que romperse la cabeza para pensar en qué áreas se pueden generar nuevos ingresos sin que eso suponga que se los estás quitando al Valencia CF, sino menudo negocio...
-Usted llega a la fundación asumiendo un problema que estaba sobre la mesa de Generalitat. Un socialista se hace cargo de un problema del PP...-Me llega de rebote. Cuando me ofrecieron entrar yo iba para gestionar la parte económica, que es donde estoy más cómodo. De hecho tampoco es que quiera estar mucho tiempo aquí. ¿por qué? Porque es el momento para que se impliquen otras personas. Yo me siento un poco histórico. Tengo 66 años y pertenezco a una generación que hemos estado muchos años teniendo responsabilidades públicas. Y creo que es bueno que venga gente nueva. Y eso no es retirarme. De hecho yo he dicho que si me voy seguiré en el área financiera. Pero en un plazo razonable... Desde luego ahora no, porque hay muchas cosas que hacer y tampoco es normal que la fundación cambie continuamente de presidente. Pero pensando en seis meses...
-Ahí suena el nombre del juez José María Tomás y Tio, que es amigo suyo...-Sería un gran presidente de la fundación.
-¿Y qué ha ocurrido para que el CGPJ no le haya dado autorización?-Se pidió una compatibilidad y se la denegaron. Se ha recurrido. Hay una desconfianza de que la fundación no sea una entidad sin animo de lucro y sí una empresa, cuando los estatutos lo dejan claro. Pero ¿cuál es la diferencia? Porque que sea una entidad sin ánimo de lucro no quiere decir que no pueda hacer actividades de prestación de servicios o tener un patrimonio. Ha habido algún tipo de confusión. Lo hemos recurrido, porque con José María me une una amistad de muchísimos años, de hecho me lió él para estar aquí, y a mi me parece que tiene un perfil muy dinámico, ilusionante...
-Y esta estructura de la fundación actual... ¿Tiene sentido? Me viene a la cabeza no sé... Consuelo Císcar, la directora del IVAM. ¿Qué sentido tienen este tipo de patronos? ¿Conviene un cambio?-El patronato cuando se constituyó tenía una situación muy distinta, y desde entonces ha tenido una deriva que se va a agudizar con los cambios que vamos a proponer. Imagine que sale bien la operación que estamos diseñando, que tiene posibilidades, lo digo con franqueza, aunque es difícil, muy difícil, pero posible. Tendríamos entonces dentro de 20 años una fundación sin la deuda, controla el 70% del Valencia, y tiene una actividad de 20 o 30 millones de euros. ¿Cómo gestionamos esto entonces? Nuestra idea de democratización consiste en, respetando los derechos de los accionistas, darle voz a los abonados y aficionados, y que pueda opinar. Esa idea es bonita. Y lo que habrá que hacer si todo va caminando por donde esperamos es reformar los estatutos: patronos institucionales estos, o ninguno, o independientes estos, y profesionales de reconocido prestigio estos... No sé, ya se vería. Pero hay que hacerlo, y a mi me gustaría al menos empezarlo, porque es sembrar el futuro. Esta fórmula sería casi casi volver al modelo de club de fútbol frente al de sociedad anónima deportiva. Y siempre respetando a los accionistas, por supuesto. ¿Y cómo se respeta a los accionistas? Pues haciendo el negocio rentable y pagando dividendos. Esto es un negocio y eso implica muchas reformas de las que estamos proponiendo. A lo mejor hace falta un merchandisingmás agresivo, un mejor patrocinio...
-Esto en todo caso debe ser el Valencia... Pero se mantiene aún un difícil encaje Fundación-Valencia-El Borussia, que a mi me gusta citar porque me viene muy bien para explicar el caso, tiene un modelo muy parecido. Tiene unos accionistas que reciben sus dividendos, y eso es bueno, y a su vez una sociedad que depende del club original y es la que se encarga de la gestión del club...
-Ese es un modelo, el de separar la actividad deportiva del negocio, con el que se ha especulado cuando se ha hablado de las salidas a bolsa de los clubs: no es tan viable que salga un club de fútbol como la parte del club que genera dinero. -Y ese sería un modelo muy bonito para el largo plazo, porque necesitas tener una serie de años en beneficios. Fíjese, en el caso del Borusia anunciaron hace poco que iban a vender a una de sus figuras y la acción cayó un 3%. ¿Qué te dice eso? Tener una acción cotizando te está evaluando en cada momento cualquier decisión que tomes. Es un gran referente.
-¿Sería partidario de la salida a bolsa del Valencia CF? -Sí. Hay que hacer mucho camino... Pero es que es que cotizar en bolsa te obliga hasta a cuestiones de transparencia, tan necesarias.
EL AVAL
-Usted fue conseller de Hacienda [en el último Consell de Joan Lerma] y, como tal, presidente del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). ¿Hubiera concedido un aval a la Fundación VCF?-Yo no. Tajantemente no. Y respetando los sentimientos como valencianista. Ahora juzgar negativamente aquella decisión es muy fácil y lo cierto es que entonces nadie se opuso. Pero era conceder un aval a una entidad que no tenía ingresos de ningún tipo y no tenía patrimonio. ¿Cómo se iba a devolver? Es verdad que se pensó que el Valencia de alguna manera tuviera mecanismos para sufragarle los pagos, pero era muy complicado, porque si no se le prestan servicios acabas cayendo en la asistencia financiera, que es el gran problema. Siendo objetivos, y con un gran conflicto con mi corazón, pero realmente no se lo hubiera podido dar.
-Pero ahora lo piden.-Merece la pena hacer una pequeña disección del problema. Primero, se da el aval en un momento muy difícil del Valencia, para comprar las acciones y evitar un peligro mayor para el club y en ese momento todo el mundo aplaude la operación. Por tanto, los que ahora criticamos, y yo el primero, entonces no dijimos nada. Yo tampoco, y tenemos nuestra pequeña responsabilidad por habernos callado. El aval es importante, pero más importante que eso es el reconocimiento de la deuda. Y esto es muy importante. Porque da la sensación, cuando lees determinadas cosas, de que el aval significa que no pagas el préstamo, como endosarle el muerto a la Generalitat. Y eso no es. Si has recibido un préstamo de una entidad financiera y un aval de la Generalitat, tienes que hacer honor a tu compromiso y devolverlo. Otra cosa es que la Generalitat te facilite el proceso. Mentalicémonos que las deudas se pagan. Porque en este país estamos muy acostumbrados a que venga papá Estado y te lo resuelta. Y el Estado no tiene capacidad en estos momentos para estas cosas. Con este principio, el de que las deudas se pagan, vamos a ver qué papel juega el aval, porque ya no es ‘le vamos a endosar la deuda a la Generallitat.
El aval, ¿qué te permite? El aval sí significa por ejemplo que yo tengo plazos más largos, tipos más bajos, me exigirán menos garantías, porque ya está la Generalitat. Si yo voy sin ese aval, ¿cómo va a dar un banco un préstamo a 15 años a una institución sin ninguna garantía? Dirán, ¡esto es un chiringuito, no tienes ingresos ni tienes nada! ¿Qué tipo de interés se puede aplicar? Ni te cuento... ¡Si usted es bono basura! Eso es lo que me viene bien del aval: que me facilita el proceso de renegociación. Y es en este contexto en el que pido el apoyo de la Generalitat. No le pido dinero. El dinero se lo voy a devolver. Pero seamos francos, sin ese apoyo, no puedo pagar. Y una cuarta cosa: para todo esto necesito hacer un plan de negocio creíble, porque sino, vendo humo. Y eso significa coger todas las fuentes de ingresos posible, hacer un calendario razonable de cuándo se van a poder poner en práctica... Por ejemplo: el primer año ya tengo la formación de jugadores, el segundo empezaré con el museo y en un par de años ser una realidad, luego llegará la prestación de servicios dentro del nuevo estadio... Una planificación razonable, a ser posible conservadora. Con eso consigo que Bankia diga: adelante, con un aval de la Generalitat y con un plan de negocios es viable. Y la Generalitat también nos puede dar su apoyo, porque ve una institución que tiene un plan de negocios que le permite pagarle. Ese escenario es completamente distinto.
-Todo ese plan no llega a agosto, cuando hay que pagar de nuevo intereses. -Objetivamente, en agosto, por muchos milagros que hagamos, como no nos toque la bonoloto no tenemos oportunidad de pagarlo. ¿Puede tener la fundación en aquel momento alguno ingresos? Sí, pero serán parciales. Eso significa que, o te aceptan un pago parcial y te posponen el resto, o aceptan un retraso... Eso está en el proceso de renegociación. Pero no solo habrá que hacer eso. En el plan que estamos diseñando, para que genere ingresos suficientes como mínimo necesita tres o cuatro años.
-Y durante ese periodo, si la Generalitat tuviera que poner dinero, ¿estarían dispuestos a comprometerse a devolverlo en el momento en que se generaran beneficios suficientes?-Sería de justicia que fuera así. Pero ya no solo se trata de conseguir dinero para pagar los intereses. Hay que devolver el principal, y eso son palabras mayores.
-¿Y eso cómo se va a conseguir?-La idea es sencilla. En la escuela de élite tenemos que firmar un convenio con el Valencia para que se exploten los jugadores que se formen y compartir los derechos. Y si tuviésemos la fortuna de tener un Silva, un Mata... Y por eso te pagan un traspaso de 30 millones y tienes unos derechos compartidos: 20 para el club y 10 para la Fundación. Esos 10 millones irían directos a amortizar capital. ¿Qué eso no va a pasar? No es verdad. En los últimos 15 años el Valencia ha exportado de su cantera, sin haberle dado mucha importancia, montones de jugadores. Ha recibido más de 140 millones de euros por traspasos. Haciendo lo mismo, o más, dándole la importancia que nosotros queremos darle, tendríamos 50 millones. Y medida que vas disminuyendo la deuda, la carga financiera es menor. Y si hay suerte de que nos salen un par de talentos como Silva...
-Es amigo del presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, de la época en que él estaba en el BBVA y usted en el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ¿Facilita esto las cosas?-No creas [rie]. Primero porque es un gran profesional... Es verdad que, gracias a la amistad personal, puedes tener un mejor acceso y contarle las cosas, pero no vas a tomarle el pelo. Hay que entender en este momento la situación de Bankia. Vamos a suponer ahora que Bankia quisiese facilitarnos mucho las cosas: ¡no puede! Tiene a la Comisión Europea vigilando los 25.000 millones que le ha dado para ver si los destina bien, el FROB, el Ministerio de Economía... Por eso el aval de la Generalitat es importante. Imagine que llega el director de riesgo de Bankia al consejo de administración y dijese: "Miren, que hemos negociado con una fundación del Valencia CF y queremos darle 15 años. ¿Y qué ingresos tiene? Ninguno todavía, pero ¡promete mucho!". Seamos francos. Nadie en su sano juicio daría una operación así. Por eso necesitas el apoyo de la Generalitat.
-El vicepresidente del Consell, José Císcar, es muy tajante al decir que no concederá de nuevo el aval a no ser que una sentencia judicial se lo ordene. En la reunión que mantuvieron con él ¿dejó alguna puerta abierta?-Fue una visita protocolaria en la que aprovechamos para explicarle la situación económica. Nos dio su apoyo para hacer lo que creamos oportuno, y en el tema del aval es el punto en el que tenemos discrepancia. Y que conste que lo entiendo perfectamente. Yo si estuviera en su puesto haría posiblemente lo mismo. Una Generalitat que tiene montones de problemas económicos cómo va a dar el paso al frente y decir: "Eso que ha dicho la jueza no vale, que aquí estoy yo y voy a avalar"... Políticamente es muy complicado. Nos repitió lo que ha dicho en público. Si al final la justicia me obliga, no me quedarás más remedio que aceptarlo. No es mi deseo, pero lo aceptaré. Por eso yo he insistido en que a nosotros nos vendría muy bien que la jueza dijese algo cuanto antes.
-¿Y qué pasará si se quedan sin aval? -Pues que será muy duro. Para nosotros y para Bankia.
-¿Hay un plan B?-Honestamente, no lo puede haber.
LA DEUDA
-Al margen de la deuda de la Fundación hay que solventar también la del Valencia CF. ¿Están renegociándola conjuntamente?-Aunque sean dos deudas distintas, la idea es negociarlas conjuntamente y buscar soluciones para una y para otra. Y tiene razón de ser porque el deudor es el mismo, seamos francos, y entre que el Valencia tiene activos reales como garantía y la Fundación el aval de la Generalitat, ambas tiene cobertura y la negociación global es factible.
-¿En qué términos se plantea esa renegociación?-En el caso del Valencia Manuel Llorente ya había avanzado mucho, una renegociación a 15 años, con tres de carencia y unos intereses razonables... Esa es la vía. Simplemente lo que hay que hacer es colgar también el tema de la fundación en condiciones similares y, de nuevo, necesitamos el apoyo de la Generalitat.
-Refinanciar la deuda de la Fundación, diseñar el plan de negocio... Pero el gran reto es tomar el control del Valencia CF. Usted no formará parte del equipo de Amadeo Salvo en el club.-No, primero porque no creo que sea lógico. La fundación tiene que actuar de controlador, porque al fin y al cabo es el dueño del 70% del capital. Si tú vas al consejo de administración eres controlador y controlado. Yo quiero ejercer de controlador.
EL NUEVO ESTADIO
-En el fututo del Valencia CF hay varios elementos clave, y el principal según han manifestado ustedes es la finalización del nuevo estadio. Nadie les va a dejar 200 millones para acabar las obras...-Hemos mantenido varias reuniones ya y hemos comprobado que nuestro plan para acabar el nuevo estadio no es inviable. ¿Qué hay que hacer? Hay que buscar a un inversor que, a cambio de una contraprestación, entienda que es rentable invertir dinero en acabar el estadio. En el mundo hay un puñado de fondos que te construyen el estadio a cambio de una concesión de la explotación del mismo por 15, 20, 25, 30 años, lo que ellos estimen oportuno. Ellos harán sus números y dirán qué quieren a cambio. Desde la zona terciaria al propio terreno de juego, siempre que no coincida con la actividad deportiva. Desde conciertos a toda clase de actividades. Es un proceso de negociación.
-¿Y cómo se va a realizar esa negociación y en qué plazos?-Una vez que tengamos la due dilligence a la misma empresa que la está realizando o a otra pero parecida, que tenga divisiones internacionales de fútbol, le encargaremos la búsqueda y selección de inversores, con la elaboración de un pliego de condiciones y un cuaderno de venta, en el que la principal condición es que el estadio será propiedad del club. Ellos harán la valoración técnica y nos propondrán las mejores opciones.
-¿Han testado el mercado?-Aparentemente sí podría haber interesados por los contactos que hemos tenido. Son fondos de inversión especializados. Hasta el punto de que uno de ellos nos pedía explotar solo el estadio, no el terciario, curiosamente.
-Por cierto, usted también fue concejal del Ayuntamiento de Valencia. El nuevo estadio está en un suelo sobre el que se hizo una permuta que aún no está pagada, creo. ¿Lo hubiera hecho usted así?-El Ayuntamiento ofreció una cesión del suelo a 70 años. Lo que hicieron los gestores anteriores fue comprarlo por 50 millones de euros mediante una permuta que aún no está sustanciada totalmente, e incluso parece que no está reconocida en las cuentas del Valencia la deuda con el Ayuntamiento de Valencia. Hubiera sido más inteligente haber aceptado la cesión del suelo.
LA AUDITORÍA
-Tienen a KPMG en las oficinas del Valencia CF haciendo esa due dilligence a la que hacía referencia. Si les han dejado entrar ya, claro... ¿Qué pasó?-Vicente Andreu [presidente actual del Valencia CF] siempre dijo que no quería pagar la auditoría porque entendía debería pagarla quien la encarga. Como principio, es cierto, faltaría más. Pero la posición de la fundación es que estamos adelantando un proceso que corre prisa. Si tu quieres terminar el estadio necesitas cuanto antes la due dilligence completa para poder ofrecer el negocio a los inversores y para poder seguir después con el proceso de selección. Dado que el actual consejo está de salida nos pareció oportuno ser nosotros quienes eligiésemos a la auditora y lógico que lo pagase el club, primero porque la fundación no tiene dinero y porque ese documento es para uso del club, para acabar el estadio. Parecía sensato, desde mi perspectiva. Ellos, sin embargo, se enrocaron. Ha habido mal rollo. Pero al final se resolvió. Ya les dieron parte de información y este lunes van a estudiar todo el aspecto urbanístico. El personal técnico ofreció toda su colaboración a los auditores de KPMG.
-¿Cree que ocultan algo o que puede aparecer alguna sorpresa en la auditoria?-No lo creo y no lo deseo. El mundo del fútbol genera mucho rumorología. Creo, en todo caso, que si yo fuera el consejo saliente, tendría especial interés en que se comprobase que no hay nada extraño en las cuentas que dejo detrás. Pero ha habido un problema de entendimiento, sí.
-¿Qué aspectos ha pedido que se detallen en la auditoría de KPMG?-Especialmente el inmobiliario, con la situación en la que está ahora el proyecto de Newcoval, y todos los contratos que tiene firmados el club. Hay muchas cosas que en una auditoría normal no salen y que en una due dilligence sí. Tienen cuatro semanas para hacerlo.
-Y esas cuatro semanas son porque tienen alguna negociación abierta?-No. Lo que tenemos es agosto, y Bankia tendrá más confort si ve primero que tenemos la due dilligence, aunque ellos tienen mucha información. Y además también nos permitirá iniciar el proceso de negociación para adjudicar quién va a terminar el estadio.
-¿Piensa en sacar el concurso pronto?-Si te soy sincero, yo lo sacaría cuanto antes. Porque luego hay muchos condicionantes técnicos que lo pueden retrasar. Tú puedes decidir el pliego con tus condiciones iniciales y se lo pasas a la consultora que te lo va a mover. Pero las interesadas pueden requerir mayores especificaciones, desde datos urbanísticos a derechos de explotación... Es un trabajo que puede requerir cinco o seis meses adicionales en los que seguro se desplazarán técnicos a ver incluso las obras ya ejecutadas.
-¿Y las parcelas del viejo Mestalla?-Hasta que no acabemos el nuevo estadio y liberemos aquella zona, no tiene mucho sentido buscar inversores para una zona que se puede utilizar. Pero eso, que puede llegar dentro de tres años, requerirá de un proceso similar al que queremos abrir con el nuevo campo.