El técnico protagoniza una entrada triunfal en su primera cena con los aficionados, a los que promete máximo compromiso
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LOURDES MARTÍ | VALENCIA..-
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LOURDES MARTÍ | VALENCIA..-
FOTOS: Pellegrino, con los peñistas
Mauricio Pellegrino tiene ganado el afecto de los peñistas. El entrenador del Valencia acudió anoche a la primera cena prepartido de la temporada en la sede de la Agrupación y pudo comprobar que su mensaje ha calado. Los aficionados se pusieron en pie para ovacionar al técnico, que correspondió con una sonrisa y un saludo. Nada más sentarse en la mesa presidencial, los peñistas se abalanzaron sobre Pellegrino, hasta el punto de que la directiva de la Agrupación tuvo que pedir calma.
El técnico se dirigió a los presentes repasando diferentes aspectos de su trayectoria, desde la etapa de futbolista hasta la recién iniciada como entrenador. Nada que ver entre ambas parcelas: «En mi época de jugador, en 1999 cuando llegué, han cambiado muchas cosas no sólo a nivel personal, también de club. Se ha multiplicado la cantidad de seguidores en todos los sitios, esto es lo que más he notado».
Pellegrino sabe de lo que habla. «En Argentina, en Sudamérica, vemos mucho fútbol español y la imagen del Valencia es muy fuerte, de crecimiento continuo. Ahí es donde se ve el mérito que tiene el equipo de seguir arriba pese a la situación». En este sentido, el técnico hizo énfasis en la evolución que ha experimentado el Valencia. «Veo a un club mucho más organizado que cuando fui jugador, en todos los aspectos», subrayó.
Ante la atención máxima de los peñistas, Mauricio Pellegrino unió después las dos facetas que le ha tocado vivir en el mundo del fútbol. «Era mucho más fácil ser jugador porque respiraba por mí, me preocupaba por lo que hacía, pero ahora tengo que velar por todos, soy el responsable no sólo de 25 futbolistas, sino también de la imagen del club. He de controlar cada detalle y que todo funcione bien, pero me encanta este desafío».
El entrenador del Valencia se mostró satisfecho por la acogida que ha tenido por parte de los aficionados en general. «La gente se ha volcado mucho conmigo. Lo único que queda ahora es demostrar sobre el césped cuál es la realidad, que podamos hacerlo lo mejor posible para satisfacción de todos ellos».
Una de las preocupaciones del técnico argentino es conseguir estar a la altura del club, principalmente para no decepcionar a ninguna de las personas que han puesto en él grandes esperanzas de cara al futuro. «Me siento orgulloso de ser entrenador de este club que me ha dado tantas cosas. Me gustaría estar acorde a su historia y voy a trabajar con todo mi empeño, a poner toda mi energía para amarrar un gran equipo. Quiero que estéis orgullosos del Valencia». Y, para ratificar su compromiso, manifestó como epílogo: «Deseo devolver a la gente la confianza que han depositado en mí».
No hubo turno de preguntas, suprimido desde el desencuentro de la pasada temporada con Sergio Canales. Sin embargo, al finalizar la intervención de Pellegrino los aficionados se acercaron a la mesa en que se encontraba el entrenador para fotografiarse con él y pedirle autógrafos. Otros se conformaron con un simple apretón de manos mientras le transmitían su apoyo. «Estamos contigo, ahora sólo falta que todo salga bien», le decía un peñista. Pellegrino sonreía. «A por ellos», le gritaba desde el fondo de la sede otro seguidor.
Viraje de la Agrupación
El presidente de la Agrupación de Peñas, Blas Madrigal, encarnó anoche los nuevos vientos que soplan en el valencianismo. El colectivo ha pasado en un año de denostar públicamente a Emery, cuando salió a la luz un comunicado de la Agrupación arremetiendo contra el vasco, a pedir el máximo apoyo para Mauricio Pellegrino. Sin fisuras. Como siempre debió ser. «Debe haber más unión y menos críticas», dijo Madrigal dirigiéndose a todos los peñistas presentes en una actitud que viene a plasmar un cambio de rumbo. La afición está con Pellegrino. Anoche quedó patente, pues no tuvo ni una voz en contra a pesar de que el auditorio registró un lleno absoluto. Tanto emocionó la afición al técnico que incluso le condujo al desliz, cuando para elogiar al Valencia habló de «un club con más de cien años de historia».
