VILLA
Que se quede: Lo dijo el director deportivo Fernando a SUPER el pasado sábado: «Sí Villa quiere quedarse, se quedará». Lo piensa Llorente también ahora pero entre otras cosas, el equipo debe estar en Champions.
SILVA
Ha llegado el Chori: La temporada pasada Emery prefirió vender a Villa y traer a Negredo. Eso parece haber cambiado. Si no hay más remedio que vender, y es una posibilidad, saldrá su nombre. De hecho, se ha fichado al Chori…
MATA
Prioridades: La prioridad es adecuarle el contrato. Las ofertas que puedan llegar por él no son aún lo suficientemente satisfactorias. Es aquello de que a los jugadores hay que sacarles rendimiento deportivo.
PABLO
Salvo escándalo: Por él ya se han rechazado ofertas interesantes, y salvo que la que llegue sea escandalosamente escandalosa, como planteamiento deportivo no está prevista su salida del equipo el próximo verano.
BANEGA
Ha cambiado: La buena temporada que está realizando el argentino le está valiendo para pasar de ser un jugador del que se quería sacar dinero en verano a contar en lo deportivo. Otra cosa será si hay ofertas.
JOAQUÍN
Transferible: El verano pasado se le buscó equipo para hacer caja con su traspaso pero no hubo ofertas. Eso sí, su excelente actitud y buen momento deportivo no le hacen intransferible dado que su puesto está bien cubierto.
CHORI
Recién llegado: Su llegada da mayores posibilidades al ataque del equipo, lo que significa que el recambio para una más que posible salida de alguno de los futbolistas de arriba ya está en casa y a coste cero.
ALBELDA
Sigue seguro: A pesar de que el Valencia está peinando el mercado en busca de un medio centro de sus características para apuntalar el centro del campo pero su continuidad está garantizada visto su rendimiento actual.
BARAJA
No sigue seguro: Le queda esta temporada de contrato y el Valencia no tiene ninguna intención de renovarle pero sí quiere que su salida sea acorde al papel que ha desempeñado en el Valencia en las últimas temporadas.
MARCHENA
Está en el aire: También se está peinando el mercado de centrales, y Ricardo Costa es el favorito. Le queda una temporada de contrato y el club no quiere negociar su renovación por lo que se intentará sacar dinero por él.
CÉSAR
Puede seguir: El verano pasado el presidente ya pidió informes dada su edad para rematar una renovación apalabrada, pero la buena campaña que está haciendo hacen que ya se valore la posibilidad de que siga otro año.
MOYÀ
Se confía en él: Ha sido la apuesta económica para esta temporada y se sigue confiando en él para el futuro. El club espera que esta temporada en la que está sufriendo por no ser titular le sirva de aprendizaje.
ALEXIS
Si llega una oferta: El Valencia es plenamente consciente de que Alexis es el centrar por el que más dinero puede sacar. Ha perdido la titularidad pero da muestras de querer subirse al tren y eso se le valora.
DAVID NAVARRO
Está maduro: Es una de la sorpresas agradables de la temporada y su continuidad en la plantilla para la temporada que viene no corre ningún peligro porque además, no se espera que lleguen ofertas por él.
DEALBERT
La sorpresa: Llegó por la puerta de atrás y ha sido titular por méritos propios. Su actitud le garantiza un puesto y como con Navarro, lo normal es que no lleguen ofertas, por lo que no se contempla una salida.
MADURO
Se le busca salida: El holandés no cuenta para Emery. Cierto que como hombre que está en una segunda línea ha cumplido cuando se le ha requerido, pero no termina de dar el salto cualitativo. Fernando ya le busca salida.
FERNANDES
Está en el mercado: Tal vez sea Emery quien más confía en él a pesar de lo poco que ha jugado tras superar las lesiones, pero a poco que ofrezcan algo por él puede cambiar de aires. Incluso en el mercado invernal.
MATHIEU
La banda es suya: El lateral izquierdo es todo suyo. Empezó de suplente pero poco a poco se ha hecho un hueco en el equipo. Sería extraño que abandonara el equipo pero puesto que llegó a coste cero, y llega una oferta...
BRUNO
Llega competencia: Las hazañas de Miguel Brito le garantizan un puesto que por otra parte se ha ganado con trabajo más allá de buenos o malos momentos. Eso sí, se busca en el mercado un lateral derecho que le mejore.
MIGUEL
Ni un milagro: Si no sale en el mercado invernal, situación complicada en lo legal, saldrá en verano. Después de sus contínuas meteduras de parta nadie cuenta con él para la temporada que viene. No lo salva ni un milagro.
MIKU
Le queda un año: Cuando ha jugado no lo ha hecho mal pero lo cierto es que cuenta poco para Emery. Tiene tiempo para convencer pero se le busca cesión ahora y para la próxima campaña una salida. Le queda otra temporada.
ZIGIC
Recaudar dinero: En lo que al Valencia se refiere, el delantero serbio no es más que una posibilidad de recaudar dinero. Emery no lo pone ni cuando no está Villa y si sigue en el Valencia es porque no quiere irse.
VICENTE
No preocupa: Le queda una temporada de contrato pero aún así se le buscará salida porque además, es una de las fichas más altas de la plantilla. Situación complicada, aunque no preocupante para el club.
DEL HORNO
Puede salir ahora: Deportivamente no cuenta y se quiere que salga sea como sea. De hecho, puede ir cedido al Sporting de Lisboa a poco que pague algo. Su elevada ficha dificulta que se le encuentre salida. Y eso sí preocupa.
Partidos del Valencia CF
Valencia CF - R. Sociedad
Partidos del Mestalla
Valencia CF Mestalla - Atletic Balears
Partidos del Valencia Femenino
UD Collerense - Valencia CF Femenino
Plan de entrenamiento
Martes 24 de mayo | Entrenamiento a las 11h en Paterna. Primeros 15 mins abiertos a los mmcc. Miércoles 25 de mayo | Entrenamiento a las 11h en Paterna. Primeros 15 mins abiertos a los mmcc. Jueves 26 de mayo | Entrenamiento a las 11h en Paterna. Primeros 15 mins abiertos a los mmcc.
ORGULLO
martes, 29 de diciembre de 2009
El Valencia CF que viene
Un defensa central, un mediocentro y un lateral derecho son las tres posiciones que se quiere reforzar para el futuro.
Chori Domínguez y tres fichajes más a coste cero. Un defensa central, un medio centro y un lateral derecho —posición que después de la última trastada del portugués Miguel Brito, pasa de ´reforzable´ a ´posición a reforzar urgentemente´—. Y todo ello antes del 30 de junio. Dicho esto, la pregunta es clara; ¿es esto planificación deportiva? Sí. Siendo así, la pregunta debe ser otra; ¿es esto el Valencia? La respuesta también es un SÍ rotundo. Algo ha cambiado aquí. Verano de 2007, 25 de junio, el Valencia CF hace oficial la contratación de Miguel Ángel Ruiz como director deportivo. Otra pregunta; ¿cabe disparate mayor si hablamos en términos de planificación deportiva? Definitivamente, algo ha cambiado en este club. Quizás en esta ocasión y más que nunca, valga aquello de que el hambre agudiza el ingenio y quizás por ello la renovación del propio entrenador se abordará en los tiempos justos y después de saber dónde estará el equipo allá por el mes de febrero. No hay prisa ni fecha. Ni demasiadas alternativas.
El Valencia no tiene un duro, pero sí tiene un plan para salir de la desaforada crisis económica que vive. Y ese plan no pasa, ni mucho menos, por descapitalizarse en lo deportivo—la experiencia reciente le ha hecho saber a Llorente que lo más importante en un equipo de fútbol es precisamente eso, que el equipo funcione; a partir de ahí todo es más sencillo—. El plan del Valencia pasa por hacerse fuerte deportiva, económica y socialmente y así poder elegir qué —jugadores o bienes inmuebles— vende y a qué precio. Nada que ver con el plan de viabilidad que ideó el ahora vicepresidente Javier Gómez y que pasaba, entre otras cosas, por la venta de futbolistas, de ahí el principio de acuerdo al que llegó con el Madrid para la venta de Villa. Principio de acuerdo que dinamitó el actual presidente blanquinegro.
Lo primero que ha hecho Llorente es dar estabilidad a la entidad. Para ello tuvo que borrar del mapa los últimos intentos napoleónicos e irreales de Vicente Soriano para seguir en la poltrona y quitarse de encima a la ya tristemente famosa Dalport. Potenció una ampliación de capital que el propio Soriano había propuesto y aprobado con sus acciones. Ampliación de capital que se completó con el dinero de los aficionados de a pie, —cubrieron 20 de los 90 millones de euros— y con la genial jugada de un crédito de Bancaja a la Fundacio del Valencia para que sea la propia fundación quien compre el resto de acciones. Con este crédito se lograba la paz institucional y sobre todo, la viabilidad económica momentánea, porque de un plumazo el club ingresó los 90 millones de la ampliación.
Pero ojo, el Valencia no dejó de ser un club en quiebra técnica y que no podía pagar a sus empleados para pasar a ser un equipo rico. Con esos 90 millones el Valencia de Llorente fijó las bases sobre las que comenzar a navegar lento pero seguro. Consciente de que no puede vivir de la mentira, Llorente da pocos pasos, pero firmes. No dice que ha vendido el solar de Mestalla y que con ese dinero salvará al Valencia, pero sí ha logrado el dinero para comprar la torre a Juan B. Soler y avanzar con ello hacia la venta del dichoso sola, venta que de realizarse supondrá un alivio tremendo para las vacías arcas del club. El verano y los últimos meses de este año 2009 han servido para anclar al club en lo económico y en lo institucional; ya no hay falsas promesas ni son posibles extrañas combinaciones accionariales que den un vuelco al gobierno del club. Manda Llorente.
Ahora toca acertar en lo deportivo, de momento de la mano de Fernando y de momento de la mano de Emery. La premisa es clara, fichar barato y bien para manejar los tiempos y las cantidades en el momento de vender. Y para poder elegir qué vender. El presidente del Valencia ya lo hizo hace años; le encargó a Subirats la búsqueda de un recambio para el Piojo, y no vendió al argentino a la Lazio italiana hasta que tuvo atado al noruego Carew; el rendimiento de uno y otro es harina de otro costal.
Pero esta vez los planes son otros. Ya lo dijo Fernando Gómez a este diario el pasado sábado: «Si Villa no se quiere ir no se irá». Y no miente. Tanto uno, Llorente, como otro, Fernando, saben que es prácticamente imposible encontrar un recambio en el mercado a Villa. Y más con la disponibilidad económica del club en estos momentos. Las cosas han cambiado del verano pasado a ahora. Entonces se podía fichar a Negredo, de hecho fue la única premisa bajo la que el club se planteó seriamente la posibilidad de vender al Guaje. Negredo ya no está en el mercado. No hay recambio en lo deportivo ni el económico. Y Villa quiere quedarse, pero para ello han de pasar algunas cosas, entre ellas y de manera obligada, que el equipo esté la temporada que viene en la Liga de Campeones. Si no es así, no habrá posibilidad alguna de que Villa siga vistiendo de blanquinegro.
Las fichas que menos rinden
La intención actual es desprenderse de otros futbolistas cuya elevada ficha y poca productividad deportiva provocan auténticas sangrías en la caja. Los nombres son claros, Zigic, Vicente, Del Horno o Manuel Fernandes. El Valencia ya ha fichado al recambio de Zigic —o al de Silva— para la temporada que viene; el Chori Domínguez. Sólo así se explica que un club que no tiene un duro fiche en el mercado invernal un jugador que aparentemente no le hace falta; «fichar al Chori Domínguez ahora es ahorro», dicen en el Valencia. Y así se planteó en una reunión del Consejo del club y así se lo explicó Llorente a Bancaja, única entidad a quien el presidente del Valencia debe rendir cuentas. En otra palabras, cuando lleguen ofertas por Silva, el Valencia no tendrá prisa por vender porque ya tiene su recambio y porque la intención es recaudar y reducir gastos.
Por lo tanto, si fichar ahora al Chori es ahorrar, también lo es fichar al portugués Ricardo Costa, jugador que no está contratado, pero que en cualquier caso sirve como ejemplo de las premisas bajo las que trabaja Fernando, dado que vendrá un central libre pero con experiencia. Ricardo Costa es el favorito. La llegada de un refuerzo para el centro de la zaga tiene varias explicaciones. La primera es la intención de sacar dinero por Marchena este verano puesto que al sevillano le queda una temporada más de contrato y no se le quiere renovar. La segunda concierne a Alexis. No es que el malagueño esté en el mercado, es que cualquier oferta por él se escuchará. Con Maduro no se cuenta ni para la defensa ni para el centro del campo y por ello Fernando ya ha encargado que se le busque equipo. La conclusión es que a día de hoy el Valencia confía plenamente en Dealbert y David Navarro, porque convencen en lo deportivo y porque se sabe que difícilmente lleguen ofertas por ellos.
El otro puesto a reforzar es el lateral derecho, y más tras el último problema de Miguel. Bruno convence por su actitud y profesionalidad, pero se va a buscar un jugador que lo mejore.
Se busca músculo
Finalmente, para el medio centro Fernando rastrea el mercado en busca de un jugador de músculo, más si se tiene en cuenta la posible salida de Marchena y Maduro que dejaría a Albelda como único centrocampista defensivo. En lo que al medio centro creativo se refiere, ya está decidido que Rubén Baraja no renovará —el club le dará una salida acorde a la importancia que este futbolista ha tenido en el Valencia reciente— y Banega ha pasado de estar traspasado a final del verano al Stuttgart —Llorente y Fernando dieron el OK a la operación y solo la cabezonería del jugador y los recelos de Emery ante el recambio provocaron que se quedara— a que el club sopese seriamente que siga salvo oferta mareante. Situación que no es nada descartable.
Chori Domínguez y tres fichajes más a coste cero. Un defensa central, un medio centro y un lateral derecho —posición que después de la última trastada del portugués Miguel Brito, pasa de ´reforzable´ a ´posición a reforzar urgentemente´—. Y todo ello antes del 30 de junio. Dicho esto, la pregunta es clara; ¿es esto planificación deportiva? Sí. Siendo así, la pregunta debe ser otra; ¿es esto el Valencia? La respuesta también es un SÍ rotundo. Algo ha cambiado aquí. Verano de 2007, 25 de junio, el Valencia CF hace oficial la contratación de Miguel Ángel Ruiz como director deportivo. Otra pregunta; ¿cabe disparate mayor si hablamos en términos de planificación deportiva? Definitivamente, algo ha cambiado en este club. Quizás en esta ocasión y más que nunca, valga aquello de que el hambre agudiza el ingenio y quizás por ello la renovación del propio entrenador se abordará en los tiempos justos y después de saber dónde estará el equipo allá por el mes de febrero. No hay prisa ni fecha. Ni demasiadas alternativas.
El Valencia no tiene un duro, pero sí tiene un plan para salir de la desaforada crisis económica que vive. Y ese plan no pasa, ni mucho menos, por descapitalizarse en lo deportivo—la experiencia reciente le ha hecho saber a Llorente que lo más importante en un equipo de fútbol es precisamente eso, que el equipo funcione; a partir de ahí todo es más sencillo—. El plan del Valencia pasa por hacerse fuerte deportiva, económica y socialmente y así poder elegir qué —jugadores o bienes inmuebles— vende y a qué precio. Nada que ver con el plan de viabilidad que ideó el ahora vicepresidente Javier Gómez y que pasaba, entre otras cosas, por la venta de futbolistas, de ahí el principio de acuerdo al que llegó con el Madrid para la venta de Villa. Principio de acuerdo que dinamitó el actual presidente blanquinegro.
Lo primero que ha hecho Llorente es dar estabilidad a la entidad. Para ello tuvo que borrar del mapa los últimos intentos napoleónicos e irreales de Vicente Soriano para seguir en la poltrona y quitarse de encima a la ya tristemente famosa Dalport. Potenció una ampliación de capital que el propio Soriano había propuesto y aprobado con sus acciones. Ampliación de capital que se completó con el dinero de los aficionados de a pie, —cubrieron 20 de los 90 millones de euros— y con la genial jugada de un crédito de Bancaja a la Fundacio del Valencia para que sea la propia fundación quien compre el resto de acciones. Con este crédito se lograba la paz institucional y sobre todo, la viabilidad económica momentánea, porque de un plumazo el club ingresó los 90 millones de la ampliación.
Pero ojo, el Valencia no dejó de ser un club en quiebra técnica y que no podía pagar a sus empleados para pasar a ser un equipo rico. Con esos 90 millones el Valencia de Llorente fijó las bases sobre las que comenzar a navegar lento pero seguro. Consciente de que no puede vivir de la mentira, Llorente da pocos pasos, pero firmes. No dice que ha vendido el solar de Mestalla y que con ese dinero salvará al Valencia, pero sí ha logrado el dinero para comprar la torre a Juan B. Soler y avanzar con ello hacia la venta del dichoso sola, venta que de realizarse supondrá un alivio tremendo para las vacías arcas del club. El verano y los últimos meses de este año 2009 han servido para anclar al club en lo económico y en lo institucional; ya no hay falsas promesas ni son posibles extrañas combinaciones accionariales que den un vuelco al gobierno del club. Manda Llorente.
Ahora toca acertar en lo deportivo, de momento de la mano de Fernando y de momento de la mano de Emery. La premisa es clara, fichar barato y bien para manejar los tiempos y las cantidades en el momento de vender. Y para poder elegir qué vender. El presidente del Valencia ya lo hizo hace años; le encargó a Subirats la búsqueda de un recambio para el Piojo, y no vendió al argentino a la Lazio italiana hasta que tuvo atado al noruego Carew; el rendimiento de uno y otro es harina de otro costal.
Pero esta vez los planes son otros. Ya lo dijo Fernando Gómez a este diario el pasado sábado: «Si Villa no se quiere ir no se irá». Y no miente. Tanto uno, Llorente, como otro, Fernando, saben que es prácticamente imposible encontrar un recambio en el mercado a Villa. Y más con la disponibilidad económica del club en estos momentos. Las cosas han cambiado del verano pasado a ahora. Entonces se podía fichar a Negredo, de hecho fue la única premisa bajo la que el club se planteó seriamente la posibilidad de vender al Guaje. Negredo ya no está en el mercado. No hay recambio en lo deportivo ni el económico. Y Villa quiere quedarse, pero para ello han de pasar algunas cosas, entre ellas y de manera obligada, que el equipo esté la temporada que viene en la Liga de Campeones. Si no es así, no habrá posibilidad alguna de que Villa siga vistiendo de blanquinegro.
Las fichas que menos rinden
La intención actual es desprenderse de otros futbolistas cuya elevada ficha y poca productividad deportiva provocan auténticas sangrías en la caja. Los nombres son claros, Zigic, Vicente, Del Horno o Manuel Fernandes. El Valencia ya ha fichado al recambio de Zigic —o al de Silva— para la temporada que viene; el Chori Domínguez. Sólo así se explica que un club que no tiene un duro fiche en el mercado invernal un jugador que aparentemente no le hace falta; «fichar al Chori Domínguez ahora es ahorro», dicen en el Valencia. Y así se planteó en una reunión del Consejo del club y así se lo explicó Llorente a Bancaja, única entidad a quien el presidente del Valencia debe rendir cuentas. En otra palabras, cuando lleguen ofertas por Silva, el Valencia no tendrá prisa por vender porque ya tiene su recambio y porque la intención es recaudar y reducir gastos.
Por lo tanto, si fichar ahora al Chori es ahorrar, también lo es fichar al portugués Ricardo Costa, jugador que no está contratado, pero que en cualquier caso sirve como ejemplo de las premisas bajo las que trabaja Fernando, dado que vendrá un central libre pero con experiencia. Ricardo Costa es el favorito. La llegada de un refuerzo para el centro de la zaga tiene varias explicaciones. La primera es la intención de sacar dinero por Marchena este verano puesto que al sevillano le queda una temporada más de contrato y no se le quiere renovar. La segunda concierne a Alexis. No es que el malagueño esté en el mercado, es que cualquier oferta por él se escuchará. Con Maduro no se cuenta ni para la defensa ni para el centro del campo y por ello Fernando ya ha encargado que se le busque equipo. La conclusión es que a día de hoy el Valencia confía plenamente en Dealbert y David Navarro, porque convencen en lo deportivo y porque se sabe que difícilmente lleguen ofertas por ellos.
El otro puesto a reforzar es el lateral derecho, y más tras el último problema de Miguel. Bruno convence por su actitud y profesionalidad, pero se va a buscar un jugador que lo mejore.
Se busca músculo
Finalmente, para el medio centro Fernando rastrea el mercado en busca de un jugador de músculo, más si se tiene en cuenta la posible salida de Marchena y Maduro que dejaría a Albelda como único centrocampista defensivo. En lo que al medio centro creativo se refiere, ya está decidido que Rubén Baraja no renovará —el club le dará una salida acorde a la importancia que este futbolista ha tenido en el Valencia reciente— y Banega ha pasado de estar traspasado a final del verano al Stuttgart —Llorente y Fernando dieron el OK a la operación y solo la cabezonería del jugador y los recelos de Emery ante el recambio provocaron que se quedara— a que el club sopese seriamente que siga salvo oferta mareante. Situación que no es nada descartable.
la salida de Del Horno en punto muerto
El club asegura que está a la espera de respuesta y el jugador dice no saber nada.
La salida de Asier Del Horno está verde. Pese a que el Valencia ha estado intentando que no jugase cinco partidos en competiciones nacionales para que pudiese marchar aunque fuese cedido a un equipo nacional en el mercado invernal, la posibilidad de que recalase en el Sporting de Lisboa ha sido la única que se ha planteado, o al menos esa es la versión del club.
Fuentes de la entidad aseguran que «el jugador no ha contestado» dejando entrever que es conocedor de la posibilidad mientras el futbolista, por contra, ha manifestado en privado no saber nada de ninguna oferta.
El Sporting de Lisboa estaría dispuesto a asumir parte de la elevada ficha del vasco si bien falta ver como se haría la división en el caso de que el jugador diese luz verde a una posible salida como ya hiciese hace dos temporadas cuando se marchó a Bilbao donde apenas participó en 16 partidos de Liga.
Lo bien cierto es que Emery apenas cuenta con el fútbolista para una demarcación en la que Jeremy Mathieu es la primera opción y, tras el francés, el técnico siempre ha confiado en Bruno a pierna cambiada.
La salida de Asier Del Horno está verde. Pese a que el Valencia ha estado intentando que no jugase cinco partidos en competiciones nacionales para que pudiese marchar aunque fuese cedido a un equipo nacional en el mercado invernal, la posibilidad de que recalase en el Sporting de Lisboa ha sido la única que se ha planteado, o al menos esa es la versión del club.
Fuentes de la entidad aseguran que «el jugador no ha contestado» dejando entrever que es conocedor de la posibilidad mientras el futbolista, por contra, ha manifestado en privado no saber nada de ninguna oferta.
El Sporting de Lisboa estaría dispuesto a asumir parte de la elevada ficha del vasco si bien falta ver como se haría la división en el caso de que el jugador diese luz verde a una posible salida como ya hiciese hace dos temporadas cuando se marchó a Bilbao donde apenas participó en 16 partidos de Liga.
Lo bien cierto es que Emery apenas cuenta con el fútbolista para una demarcación en la que Jeremy Mathieu es la primera opción y, tras el francés, el técnico siempre ha confiado en Bruno a pierna cambiada.
Castigo ejemplar para Miguel
Llorente y Unai se encierran con Miguel,
le transmiten que no tiene futuro en el Valencia y meditan suspenderlo de empleo y sueldo.
Llegó en hora a la Ciudad Deportiva. Conducía su coche. Lo aparcó y accedió al edificio principal, camino del vestuario. Ya en el interior de las instalaciones, de inmediato, Miguel fue llamado a capítulo. En un despacho le estaban aguardando el presidente del club, Manuel Llorente, y el entrenador de la plantilla, Unai Emery. La reunión se extendió por espacio de cerca de media hora, tiempo en que el futbolista tuvo que escuchar palabras muy duras por parte de sus superiores.
Al terminar, Miguel abandonó el despacho sabiendo que su permanencia en el Valencia pasa por lo que resta de la actual temporada. Es decir, no tiene futuro. Tan sólo un presente que no se prolonga más allá del mes de mayo, cuando termine la competición oficial. A partir de ese momento será puesto en el mercado. De hecho ya está en él, pero no hay ofertas. Se trabajará con prioridad en su traspaso, porque nadie está dispuesto a aguantarle otras salidas de tono.
No va más. El Valencia se ha cansado de las correrías de Miguel, pero sobre todo de ver que es incapaz de reconducir su vida, su carrera profesional y su comportamiento, por más advertencias y sanciones que ha recibido. Ayer se le comunicó que el consejo de administración pondrá sobre la mesa en la primera reunión que celebre el incidente en el que se vio envuelto en Lisboa, estudiará lo sucedido y decidirá la sanción que se le imponga. Es muy probable que el futbolista sea suspendido de empleo y sueldo durante un tiempo, que podría llegar incluso a un mes.
Sin embargo, el desenlace final no se producirá en breve. Habrá que esperar. El Valencia quiere recibir información desde Portugal, conocer las diligencias iniciadas por la policía con motivo del incidente, en el que hubo incluso disparos, y comprobar la situación en que queda Miguel después de lo sucedido. Por eso hasta el nuevo año no habrá probablemente veredicto ni pena.
El Valencia, del mismo modo, aprovechará este margen de tiempo para estudiar con detenimiento el contenido del reglamento de régimen interno del club, y prevé realizar algunas consultas a nivel de los organismos oficiales futbolísticos para asegurarse los baremos en los que se puede mover a la hora de imponer la sanción al futbolista portugués.
En este sentido, el convenio que existe entre la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) contempla en uno de sus anexos todo lo referente a las sanciones a imponer en función de las faltas cometidas. Establece las máximas y las mínimas. Desde una falta leve a una grave, sin descartar el despido, si diera lugar.
Esta última opción, despedir a Miguel, no se la plantea por el momento el Valencia, principalmente porque se trata de un activo importante de la sociedad, al que se pretende traspasar y obtener así unos ingresos de los que el club está muy necesitado.
En el transcurso de la reunión mantenida ayer por la tarde entre Llorente, Emery y Miguel, el futbolista fue duramente censurado por el presidente valencianista, pero más duro, si cabe, fue el propio entrenador, que no utilizó paños calientes de ningún tipo. Fue muy claro y recriminó al lateral portugués su incapacidad para corregir su modo de vida.
Unai Emery insistió de manera reiterada a Miguel sobre la necesidad imperiosa de que reflexione de una vez por todas, puesto que el primer perjudicado es él mismo. Pero tanto el entrenador como el presidente están ya cansados de advertencias que no sirven de nada, que no asimila el futbolista y dudan de que lo haga ahora, cuando está a punto de cumplir los treinta años.
Por lo que se refiere a las explicaciones de Miguel, aseguró que en ningún caso inició él ni sus acompañantes el incidente, en el que se vieron envueltos, dijo, por una provocación, argumentando en su descarga que estaba de vacaciones. Esto no lo acepta el club, cuyos responsables entienden que el futbolista representa a la institución durante las veinticuatro horas de cada día y debe tener un comportamiento acorde con la imagen que transmite de la entidad.
Ninguna de las partes hizo manifestaciones ayer. Miguel mandó a un empleado que le sacara el coche fuera de la Ciudad Deportiva, ganando el vehículo por la puerta de atrás. Casi a escondidas.
le transmiten que no tiene futuro en el Valencia y meditan suspenderlo de empleo y sueldo.
Llegó en hora a la Ciudad Deportiva. Conducía su coche. Lo aparcó y accedió al edificio principal, camino del vestuario. Ya en el interior de las instalaciones, de inmediato, Miguel fue llamado a capítulo. En un despacho le estaban aguardando el presidente del club, Manuel Llorente, y el entrenador de la plantilla, Unai Emery. La reunión se extendió por espacio de cerca de media hora, tiempo en que el futbolista tuvo que escuchar palabras muy duras por parte de sus superiores.
Al terminar, Miguel abandonó el despacho sabiendo que su permanencia en el Valencia pasa por lo que resta de la actual temporada. Es decir, no tiene futuro. Tan sólo un presente que no se prolonga más allá del mes de mayo, cuando termine la competición oficial. A partir de ese momento será puesto en el mercado. De hecho ya está en él, pero no hay ofertas. Se trabajará con prioridad en su traspaso, porque nadie está dispuesto a aguantarle otras salidas de tono.
No va más. El Valencia se ha cansado de las correrías de Miguel, pero sobre todo de ver que es incapaz de reconducir su vida, su carrera profesional y su comportamiento, por más advertencias y sanciones que ha recibido. Ayer se le comunicó que el consejo de administración pondrá sobre la mesa en la primera reunión que celebre el incidente en el que se vio envuelto en Lisboa, estudiará lo sucedido y decidirá la sanción que se le imponga. Es muy probable que el futbolista sea suspendido de empleo y sueldo durante un tiempo, que podría llegar incluso a un mes.
Sin embargo, el desenlace final no se producirá en breve. Habrá que esperar. El Valencia quiere recibir información desde Portugal, conocer las diligencias iniciadas por la policía con motivo del incidente, en el que hubo incluso disparos, y comprobar la situación en que queda Miguel después de lo sucedido. Por eso hasta el nuevo año no habrá probablemente veredicto ni pena.
El Valencia, del mismo modo, aprovechará este margen de tiempo para estudiar con detenimiento el contenido del reglamento de régimen interno del club, y prevé realizar algunas consultas a nivel de los organismos oficiales futbolísticos para asegurarse los baremos en los que se puede mover a la hora de imponer la sanción al futbolista portugués.
En este sentido, el convenio que existe entre la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) contempla en uno de sus anexos todo lo referente a las sanciones a imponer en función de las faltas cometidas. Establece las máximas y las mínimas. Desde una falta leve a una grave, sin descartar el despido, si diera lugar.
Esta última opción, despedir a Miguel, no se la plantea por el momento el Valencia, principalmente porque se trata de un activo importante de la sociedad, al que se pretende traspasar y obtener así unos ingresos de los que el club está muy necesitado.
En el transcurso de la reunión mantenida ayer por la tarde entre Llorente, Emery y Miguel, el futbolista fue duramente censurado por el presidente valencianista, pero más duro, si cabe, fue el propio entrenador, que no utilizó paños calientes de ningún tipo. Fue muy claro y recriminó al lateral portugués su incapacidad para corregir su modo de vida.
Unai Emery insistió de manera reiterada a Miguel sobre la necesidad imperiosa de que reflexione de una vez por todas, puesto que el primer perjudicado es él mismo. Pero tanto el entrenador como el presidente están ya cansados de advertencias que no sirven de nada, que no asimila el futbolista y dudan de que lo haga ahora, cuando está a punto de cumplir los treinta años.
Por lo que se refiere a las explicaciones de Miguel, aseguró que en ningún caso inició él ni sus acompañantes el incidente, en el que se vieron envueltos, dijo, por una provocación, argumentando en su descarga que estaba de vacaciones. Esto no lo acepta el club, cuyos responsables entienden que el futbolista representa a la institución durante las veinticuatro horas de cada día y debe tener un comportamiento acorde con la imagen que transmite de la entidad.
Ninguna de las partes hizo manifestaciones ayer. Miguel mandó a un empleado que le sacara el coche fuera de la Ciudad Deportiva, ganando el vehículo por la puerta de atrás. Casi a escondidas.
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