La estadística demuestra que con Valverde el Valencia vuelve a ser el tercer equipo de España; ahora se examina ante el que puede ser su sucesor
Juan Carlos Valldecabres | Valencia.-
Con lo poco dado que es Ernesto Valverde a salirse del guión más estricto que exista, ya puede ir mentalizándose para lo que le espera esta semana. Todo el esfuerzo que ha puesto el entrenador en desviar la atención sobre su posible renovación -y hasta el malestar que refleja cuando se le pregunta- se volverá en su contra. Parece inevitable teniendo en cuenta que el partido del domingo llega con una carga extra de morbo. No por lo que supone el rival, el Valladolid, sino precisamente por quién lo dirige: Miroslav Djukic.
Por primera vez el serbio pisará Mestalla con los galones de entrenador. Si la presencia de Djukic puede ser significativa, debido a su pasado como futbolista con la camiseta del Valencia, más lo será por lo que el serbio representa ahora, sin olvidar lo que pudo ser y, quién sabe, en lo que un día podría llegar a convertirse.
A Djukic le pasa, más o menos y salvando las distancias, lo que le ocurría a Emery con la Real Sociedad. Que tarde o temprano sus caminos pueden coincidir. Djukic tiene casa en Valencia y es obvio que como profesional estaría encantado de dirigir a un equipo como éste (Simeone lo calificó como «la tercera mejor plantilla de España»).
La cosa adquiere mayor relevancia al tener en cuenta que a Braulio Vázquez le gustaba -y le gusta- el trabajo que ha realizado el serbio en un equipo como el Valladolid, al que ascendió a Primera, al que dio un trato bueno de balón y con el que tiene un año más de contrato todavía. Fue Djukic de hecho uno de los elegidos por el Valencia para sustituir a Unai Emery. Con su agente, para conocer las condiciones contractuales, habló el club de Mestalla, aunque al final Llorente regateó las previsiones y eligió a Pellegrino.
Sabiendo cómo acabó la historia con el técnico argentino y teniendo en cuenta el radical cambio que ha conseguido Valverde, en el Valencia se sigue manteniendo una fe absoluta en que el preparador extremeño va a acabar aceptando las condiciones de renovación que ya ha planificado el consejo. Él es el favorito y no hay motivo de duda posible, a pesar de que hasta el Valencia llegan insospechados ofrecimientos de entrenadores. Son muchos los agentes que 'juegan' sus bazas con la posible salida de Valverde. Uno de esos, quizá con poca credibilidad, ofrecía hace pocos días el nombre de Arsène Wegner.
El golpe de efecto que ha dado Valverde a la hora de enfriar las conversaciones alimenta el inevitable cara a cara de los banquillos del domingo que viene. El técnico, así, ha conseguido hacerse dueño y señor de la situación. No sólo no hay duda en cuanto al dominio que ejerce sobre su vestuario sino tampoco en lo bien que maneja el nuevo escenario de la negociación de su futuro.
Llorente se había propuesto citarse con él antes del Calderón y se ha quedado con las ganas, hasta el punto de asumir ahora el mensaje de que «no hay prisa». Todo sigue en el aire pero después de la buena imagen que dio el equipo en el primer tiempo contra el Atlético, en el Valencia todavía están más convencidos si cabe de que es el entrenador ideal para el nuevo proyecto.
Por parte de Valverde no hay motivo alguno para pensar que la situación se ha enrarecido. El entrenador se muestra partidario de dejar claro su futuro antes de junio, pero evita poner una fecha concreta. Su agente mantiene un contacto fluido con el Valencia y, aunque sabe de las intenciones de otros clubes, no se ha puesto a negociar con nadie a la espera de ver lo que pasa aquí.
Los números respaldan el trabajo de este entrenador. Por ejemplo, casi iguala el arranque que tuvo Emery en su debut en el Valencia. En sus primeros quince partidos de Liga, con Unai se sumaron 30 puntos, sólo dos más de los que ha podido agrupar el equipo desde que Valverde asumiera los mandos.
Y el repaso a las cifras de las últimas 15 jornadas, las del extremeño como técnico blanquinegro, demuestra que el Valencia es el tercero que más puntos ha sumado, sólo superado por Barcelona y Real Madrid. En definitiva, ha vuelto al puesto que por entidad le corresponde.
Le falta aún el detalle más importante: coger plaza de Champions, algo que parece resistírsele. El día que consiga meter la cabeza ahí tendrá a Llorente totalmente entregado. El presidente, mientras, da la sensación de haberse adaptado a una situación nueva para él. Pasa ahora todo lo contrario que ocurría cada final de temporada con Emery, cuando al entrenador no le quedaba otro remedio que poner buena cara a la frialdad del presidente. Llorente prueba su propia medicina.
De manera paralela, desde Valladolid se dice que Djukic va a querer apurar el año de contrato que le queda, algo complicado de creer si de verdad equipos como el Schalke 04 lo quieren, como reconoció hace pocos días su representante. De momento, el técnico se muestra correcto, consciente de que no ha garantizado todavía la permanencia. El Valladolid llegará a Mestalla con dos derrotas consecutivas y sin haber podido ganar un solo partido en los últimos dos meses de competición.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2013-04-02/valverde-contra-djukic-duelo-20130402.html