«Cuidado con las salidas». Esta fue la frase más clara y directa que el presidente del Valencia dirigió ayer a los futbolistas en el transcurso de la reunión que mantuvo con ellos en el vestuario, en la que evidenció su malestar por los reiterados actos de indisciplina. Testigos de excepción fueron el entrenador, Unai Emery, y el responsable de la secretaría técnica, Braulio Vázquez. La visita de Manuel Llorente, que se esperaba durante la semana, se retrasó hasta ayer, cuando los internacionales ya estaban completamente reintegrados al grupo.
La ya famosa 'llorentina' se prolongó durante veinte minutos, en el transcurso de los cuales el presidente mostró su disgusto a los futbolistas por la falta de profesionalidad que vienen exhibiendo algunos de ellos con su comportamiento fuera del campo, protagonizando incidentes de lo más variados, a pesar de las sanciones impuestas, que en el caso de Miguel añadieron a la multa la decisión de apartarlo del grupo. Llorente aseguró a los jugadores que al club no le va a temblar la mano a la hora de imponer nuevos castigos, haciendo hincapié en dos aspectos puntuales sobre los que pidió comprensión y actitud correcta. Por un lado recriminó el comportamiento extradeportivo que se viene dando en los últimos tiempos, acompañado de la mala imagen de la entidad que se traslada al exterior. Por otra parte, instó a los futbolistas a que sean conscientes de lo que se juega el club en las jornadas de Liga que quedan, en las que se debe recuperar la tercera posición y luego mantenerla. Conseguirlo otorga el acceso directo a la Champions y garantiza el ingreso de 15 millones de euros muy necesarios.
Poco después del apretón de Llorente a la plantilla, el entrenador, Unai Emery, se refirió a la reunión: «El presidente ha sido claro, escueto y queremos ser consecuentes con lo que decimos y con lo que hacemos. Todos. El presidente es la cabeza visible para decirlo y recordarlo. Ahora hay que pasar de escucharlo a hacerlo y pongo la mano en el fuego, seguro de que lo haremos de aquí a final de temporada. Y si no, me quemaré». Cuando se interrogó al técnico sobre si no se cansa de repetir un mensaje tras otro a los futbolistas para que corrijan su comportamiento, lo negó y los defendió. «Tengo que hacerlo cada vez que no conseguimos las cosas. Pero el grupo es profesional. Que a veces no se cumpla, sí, y que estamos encima, sí, pero eso de que no son profesionales y no se exigen, mentira. No hay que manchar la imagen de los futbolistas porque alguno se haya equivocado. Por eso ha venido el presidente, para recordar la exigencia y las obligaciones. Pero estamos donde nos merecemos y porque el equipo cumple. A veces vuestra opinión -la de los periodistas- la hacéis información y no es correcto. Me alineo y voy en la línea optimista. Y el que se quede, allá él».
En Valencia se quedaron, sin viajar a Getafe, los díscolos. Miguel, 'Chori' Domínguez y Vicente, fuera de la convocatoria. Sus actos los mantienen en el purgatorio deportivo.