La primera mala racha de la temporada ha servido para que la grieta entre Emery y Manuel Llorente volviera a abrirse. Si con la renovación del técnico el pasado verano parecía remendarse el agujero, la situación ha vuelto al punto de que Unai sabe que no es querido desde la presidencia y no nota ningún respaldo desde la misma. Es más, su percepción es que Llorente cuestiona sus planteamientos, su manera de trabajar, sus decisiones... algo de lo que el técnico vasco está cansado y que le hacen pensar que su etapa en Mestalla terminará esta campaña. De eso está seguro.
El buen inicio de temporada hizo prever una relación más dulce, pero en cuanto los marcadores no han acompañado, Emery ha tenido que escuchar como Llorente criticaba la manera de jugar del Valencia, su fragilidad defensiva y, en ese sentido, entrenador y presidente tuvieron alguna conversación subida de tono. No sólo eso, Unai ve que no hay ninguna manifestación pública del presidente respaldándolo, lo que equivale a una insatisfacción respecto a su labor. Además, cuando medios afines a la cúpula ché atacan a Emery éste cree que los dirigentes lo avalan, pues suelen pronunciarse al dictado presidencial.
La grada.
Aunque Unai considera que la afición respeta su trabajo, sí que percibe que no es santo de su devoción, en parte porque llevan tiempo socavando su imagen y eso cala entre los aficionados. Por eso, no se siente querido por una grada que ha llegado a pitarle un cambio pese a ir goleando. Ahora, con resultados adversos, los dos próximos partidos en Mestalla serán un examen personal y, en general, no ve positivo que jugando en casa se genere esa tensión.
Ayer, charla de 50 minutos con su plantilla
Antes de iniciarse el entrenamiento de ayer, Unai se reunió con sus hombres durante casi una hora para analizar lo sucedido en Sevilla. El técnico repasó aspectos deportivos y no hubo recriminaciones ni malos rollos. Emery está satisfecho con la actitud de sus hombres y está seguro de que ellos le respaldan totalmente, así lo percibe y siempre valora el compromiso y la entrega de éstos, en público y en privado. Eso sí, también detecta que hay dos o tres jugadores que pueden ser menos partidarios de sus métodos, pero lo considera normal dentro de un vestuario y además no cree que eso suponga ningún problema. Lejos de eso, está contando con todos sus hombres y ha repartido minutos y partidos.
http://www.as.com/futbol/articulo/unai-sabe-solo/dasftb/20101110dasdaiftb_13/Tes