Al menos dos operaciones están ya sobre la mesa de Bankia, mientras que la Fundación insiste en no vender el club
J. C. VALLDECABRES | VALENCIA..-
El futuro del nuevo Mestalla y su zona comercial empieza a ligarse cada vez con más fuerza a la mayoría accionarial del Valencia, todavía en posesión de la Fundación. Pese a que el patronato siempre ha exhibido su deseo de resistir la embestida, devolver el préstamo a Bankia y no sacar a la venta el club, fuentes próximas a las negociaciones apuntan que al final no quedará más remedio que ligar una cuestión a la otra si se quiere encontrar inversor para acabar la obra.
El mejor ejemplo de esta situación lo está experimentando KPMG, la firma que tiene el encargo de buscar grupos que quieran invertir en la conclusión del nuevo campo a cambio de la explotación comercial del terciario. Hasta el momento quienes se han acercado preguntando por las obras han dejado claro que sólo les interesa la operación si entra en el 'pack' la propiedad del Valencia.
Aunque el club atraviesa graves dificultades económicas y hay dos préstamos de relevancia pendientes (el de 219 del Valencia y el de 81 más los intereses de la Fundación), la posibilidad de que en un futuro a medio plazo se establezca un mejor reparto de los derechos de televisión en el fútbol español supone un atractivo añadido para hacer negocio. Ahora los ingresos de los clubes humildes en relación con los dos grandes (Real Madrid y Barcelona) varían en una proporción de 1 a 6,5, mientras que el objetivo de la LFP pasa por reducir el desequilibrio a 1/4,5.
El Valencia, con este nuevo reparto del pastel, obtendría un mayor pellizco. Incluso KPMG ha creado una división (KPMG Sports, asesorada por Cuatrecasas) que se especializará en la gestión de los clubes.
Aunque la propiedad de las acciones todavía está formalmente en poder de la Fundación, y a la espera de que el TSJ se pronuncie sobre el aval, hasta Bankia han llegado ya dos propuestas para comprar el Valencia. En ambos casos las conversaciones no han ido a más precisamente por la postura que en todo momento y al respecto han mantenido los patronos de la Fundación. Ni quieren vender ahora ni en un futuro.
«¿Y por qué no vendéis?», escuchan los patronos en cada una de las reuniones mantenidas con Bankia. Que el banco vería con excelentes ojos esta fórmula, a pesar del desgaste que podría acarrear a nivel popular, queda fuera de toda duda, según admiten fuentes de la propia Fundación. Pero, de la misma forma, se advierte de que el Consell, a pesar de todos los problemas que hay, considera que el Valencia es un valor que habría que conservar, evitando que cayera en manos extranjeras.
A pesar de todo, es evidente que el Valencia y su Fundación van a tener más problemas de los previstos para cumplir la hoja de ruta que se habían propuesto en lo que se refiere al estadio, con diferencia su proyecto más emblemático. Y no sólo en cuanto al calendario establecido -que ya va con bastante retraso-, sino también por lo que se ve en cuanto a principios.
Es este último concepto el que más inquietud genera. Tanto Federico Varona como su sucesor, Aurelio Martínez, siempre han coincidido en señalar que ellos no quieren vender el Valencia y que antes presentarían su dimisión que aceptarían esta solución. Es más, Martínez ya dijo en su día que él dimitiría en el momento que se firmara la refinanciación con Bankia.
El problema es lo que está llegando desde diversas fuentes próximas a todas las conversaciones. Perciben que la venta del Valencia puede ser la única vía de salida que el mercado ofrece ante el agujero económico. Quien meta el dinero para acabar el estadio no se conformará con explotar después el terciario durante al menos 15 años, sino que también incluye en ese 'pack' el dominio de una sociedad que no para de sufrir convulsiones.
El supuesto, de cualquier forma, choca frontalmente con la postura de los patronos. Es más, en el encargo efectuado por la Fundación a KPMG se han dado precisas instrucciones de que el objetivo de esta firma no es el de buscar comprador para el 70% de las acciones del Valencia, sino encontrar a alguien que poniendo encima de la mesa cien millones de euros aproximadamente (tras los últimos recortes en materiales y diseño) acabe el campo, parado desde febrero de 2009.
Ni están en juego, dentro de los planes de la Fundación, los 1,4 millones de títulos del Valencia en manos de dicha entidad ni tampoco el viejo Mestalla, porque se considera que el precio que se obtendría por el viejo solar sería menor a lo que realmente vale. Mejor, pues, esperar a que el mercado repunte.
En torno a la propiedad, la firmeza es absoluta, precisamente porque el espíritu de este patronato es el de preservar en todo momento la identidad del Valencia como club que pertenece a los valencianos. De hecho, se contempla la opción de que surja una iniciativa local, pero no para comprar acciones sino para explotar la zona comercial.
Pese a que siempre se ha dicho que el escenario ideal es la democratización, la Fundación considera prioritario en las condiciones actuales seguir dominando el Valencia. Eso no evita que en algún momento pudieran plantearse vender una porción de ese 70%, pero sería un pellizco que no hiciera peligrar su poder y con un precio bastante elevado de las acciones. Para ello se tomaría como referencia los 90 millones de euros pendientes de devolver a Bankia por el crédito de 81 millones más los intereses.