Vaya semanita se ha marcado el chaval. El jueves se estrena en una cita copera mezclada con gaseosa y tres días después ingresa en la lista de privilegiados que han entrado en la historia de Liga. Es verdad que sólo fueron 17 minutos los que estuvo, pero cuando uno tiene 18 años (y 6 meses y 24 días) eso debe saber a gloria. Isco ya puede conservar el mes de noviembre del calendario de 2010 en su caja fuerte, si es que la tiene. Y mandarle una caja de 'pescaitos' a Unai por Navidad. De bien nacidos es ser agradecidos y aunque el futbolista tiene pinta de eso, de futbolista, dentro de unos años cuando al malagueño le pregunten qué recuerda de aquel debut contra el Getafe, lo más probable es que se acuerde del hombre que le dio la oportunidad.
Otro más de la cantera que, aunque no entró en la guardería de Paterna, va directo a ocupar una de las taquillas de élite. Donde están tipos como por ejemplo Chori Domínguez, a quien seguramente el partido le sepiera a cuerno quemado. El argentino no ha conseguido engancharse al Valencia y ahora le ha salido un 'retaco' que parece tener a la grada en el bolsillo. Mal panorama el de Domínguez que tendrá ahora que aplicarse para sacar rentabilidad a su rebeldía futbolística. Cuando estas cosas suceden, ya se sabe que más de uno opta por un cambio de aires.
De momento, el que parece tener el viento a favor es Isco. Antes de que Unai le mandara llamar, ya había espectadores que habían pedido su alternativa. Isco calentaba pegadito a Gol Gran junto con Banega y Pablo. Lo del argentino, por cierto, merece un apartado especial. Esta semana se marcha con su selección a Qatar para jugar un bolo contra Brasil pero se va escocidito. Tras su experiencia nocturna y su patinazo con el despertador, Emery lo dejo fuera para el Pizjuán, tampoco contó con el para la Copa y ayer lo tuvo en el banquillo y sólo en los minutos finales salió a corretear por la banda. El veredicto del público fue pues una incógnita porque ya habían entrado Alba y Vicente, y el elegido fue Isco.
El mediapunta recibió la plática de rigor de Carcedo, libreta en mano, luego el saludo por dos veces y el toquecito en la espalda de Unai, y por último el cariño de Voro antes de saltar. El cartel anunció el 11 de Aduriz y el público empezó a aplaudir. El vasco es otro de los jugadores a los que Mestalla le ha cogido cariño. Se lo merece también porque como persona llega a un nivel interesante. Pero de los aplausos para Aduriz se pasó a la ovación a Isco. La afición le regaló el premio sólo con verlo corretear por lo que queda de césped, muestra evidente de que la gente siempre quiere caras nuevas y si son de la casa, mejor que mejor. Isco tocó media docena de balones. En el tercero entró con todo para jugarse casi la vida con Cata, que le hizo saltar por los aires; en el siguiente erró en la finalización de una contra conducida por Soldado (Joaquín se quedó con las ganas de que le pasara el balón) y en el último lanzó a puerta tras recibir el esférico de un saque de banda. Descaro tiene.
Desde luego, el partido transcurrió por la vía de la cordialidad para el Valencia. Cierto es que el juego presentaba una costura poco fina, pero al menos el marcador apaciguaba los ánimos de todos. Ya era hora. Después de experiencias traumáticas como las que ha tenido que pasar el equipo en las últimas cuatro jornadas (sólo había conseguido arañar un punto), cualquier resultado a favor y se jugara como se jugara hubiera sido bien recibido. Otra cosa será el sábado, cuando haya que visitar al Villarreal de Garrido, ayer presente en Mestalla.
Quizás ahí Emery devuelva la titularidad a Banega. Ayer, su sustituto se marcó un gol de los que entran en las hemerotecas. Tino Costa, y además con una estética interesante, hizo el tanto 4.000 de la historia del Valencia. El autor del 3.500, Juan Sánchez, estaba en el palco. Para recordar está el de Pizzi (3.000), el de Idígoras (2.500), el de Claramunt (2.000), el de Luis Coll (1.500), el de Fuertes (1.000), el de Gorostiza (500) y el primero de Navarro en 1931. Otro Navarro el del Puerto de Sagunto, hizo el 4.001.
Cifra, por cierto, que nunca quisiera llevar en su cuenta Moyà. El mallorquín era otro de los que se jugaba ayer mucho y cumplió de una forma notable. A Manu le birló el 0-1 tras una pifia de Miguel y luego estuvo certero ante Colunga. César puede tenerlo crudo.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-11-15/emery-matricula-isco-elite-20101115.html