Los veteranos apuestan por la renovación y el club prefiere esperarAunque el Valencia está satisfecho con el técnico, su continuidad dependerá de los resultados y sobre todo de la clasificación para a la Champions
«Está más cerca de quedarse que de salir». Es la foto fija de la situación del Valencia a día de hoy; la última valoración de Fernando Gómez, director deportivo, acerca del futuro de Unai Emery, cuyo contrato expira el próximo 30 de junio. La cúpula blanquinegra prefiere aguardar todavía algún tiempo para tomar la decisión, que como es práctica habitual en el fútbol español dependerá de los resultados. Si hay Champions, Unai seguirá. En caso contrario, lo tiene más que difícil, a pesar del trabajo realizado a lo largo de temporada y media, su metodología, dedicación y aptitud. Por eso la decisión se retrasará al máximo, mirando con el rabillo del ojo hacia la clasificación.
La tibieza ha marcado todas las intervenciones públicas de Fernando Gómez. Hace apenas unas semanas, el director deportivo quiso destacar el trabajo de Emery, pero lo hizo con tal sobredosis de prudencia que casi provoca el efecto contrario. «Merece estar entre los candidatos a dirigir al equipo la próxima temporada», indicó el responble deportivo blanquinegro, quien añadió: «Hay que tenerlo en cuenta, pero hay que esperar, aunque estoy contento del rendimiento del equipo hasta ahora». Las palabras de Fernando evidenciaban que el club sigue dudando sobre el inquilino del banquillo para la campaña 2010-11.
Y como muestra, otro botón. «Hay que esperar. Conocemos su trabajo, es un entrenador que estudia mucho a los rivales. Muchas veces te has de fiar más de eso que de los resultados. Se han producido situaciones que te permiten esperar. Eso sí, se trabaja con él como si fuera a continuar. Conoce todos nuestros movimientos». Son palabras también de Fernando, respondiendo a otro interrogante sobre la continuidad de Emery.
Mientras Fernando y Llorente meditan sobre la conveniencia o no de prolongar el contrato de Unai Emery, este trata de equilibrar la balanza de su trabajo entre el debe y el haber. El entrenador del Valencia ha necesitado más de un año para tomar el pulso a la plantilla y acertar con esquemas, planteamientos y las posteriores maniobras a realizar con los peones de que dispone en el transcurso de cada partido. En el recuerdo permanecen un buen número de errores y despropósitos cometidos a lo largo de la temporada pasada, lo que no debe impedir reconocer que son agravantes con los que hay que contar cuando se contrata a un técnico joven y sin experiencia de ninguna clase en la élite.
El momento actual es el más dulce de Emery desde que llegó a la dirección del Valencia. Y su trabajo, el más acertado. En su haber hay que anotar decisiones valientes como las de relegar a la suplencia a futbolistas como Joaquín, a pesar de su nombre y de su coste; al guardameta Moyá que, como apuesta personal del entrenador, llegó como refuerzo de lujo, inversión de futuro y luciendo la etiqueta de titular; a Alexis, pilar destinado a soportar el peso de la zaga...
Medidas acertadas, como se ha demostrado en el rendimiento aportado por los futbolistas elegidos para reemplazar a los presuntos titulares. Decisiones todas ellas en las que Unai Emery ha dejado claro que no le ha temblado el pulso para tomarlas.
Con el equipo metido en Champions, el entrenador sigue creciendo, mejorando y ganando enteros. Así queda reflejado en la encuesta realizada por LAS PROVINCIAS entre algunos de los ex jugadores que más huella han dejado en la historia del Valencia. El sentir generalizado es que Unai Emery merece la renovación, si bien aplauden la tranquilidad con que el club se está tomando el asunto.
La decisión final, sin embargo, no depende ni de los veteranos ni del propio técnico. Queda en manos del consejo de administración del Valencia y en última instancia de su presidente. Por lo tanto, habrá que seguir esperando, aunque cada día que pasa crecen las opciones de que el vasco continúe al frente del equipo la próxima campaña.
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lunes, 28 de diciembre de 2009
Llorente quiere escuchar a Miguel
El Valencia CF intentó en su día rescindir su contrato tras lo de ´Café Cantante´
Antes de juzgar se le va a escuchar. Manuel Llorente quiere tratar el asunto de Miguel con mucho tacto y delicadeza antes de realizar cualquier juicio de valor sobre los incidentes que involucran al valencianista en un altercado a las puertas de la discoteca RS Dreams de las afueras de Lisboa el día de Navidad, por eso tiene previsto hablar con él. No deja de ser un asunto que afecta a la vida privada del futbolista en sus vacaciones, pero indudablemente, el nombre de la institución ha quedado manchado. Por eso habrá un cara a cara. Miguel tiene previsto aterrizar a lo largo de la mañana en el aeropuerto de Manises para ponerse a las órdenes de Emery esta tarde y el técnico ha decidido tratar el asunto con absoluta normalidad. Espera que el futbolista esté en condiciones de entrenar, y ya está, nada más.
No ha sentado nada bien en el Valencia que el futbolista fuera detenido a altas horas de la madrugada por una trifulca con varios miembros de seguridad de la discoteca RS Dreams, uno de los cuales le acusa —sin dar la cara— de ser el autor de los disparos, más allá de que el futbolista estaba en sus vacaciones, porque la imagen del Valencia ha salido dañada. Los hechos están siendo investigados actualmente por la policía portuguesa (PSP) y el club no va a realizar ningún tipo de valoración hasta que todo se aclare, pero el Valencia quiere tratar el asunto con la mayor naturalidad posible y el futbolista no será sancionado. Eso sí, tanto el presidente como la Dirección Deportiva tienen claro que el próximo curso no debe vestir la camiseta valencianista.
Lo cierto es que el VCF tiene complicado rescindir el contrato de Miguel por indisciplina, puesto que el Valencia ya lo intentó cuando tanto él como Manuel Fernandes acabaron en comisaría por una bronca de madrugada en el ´Café Cantante´ de Valencia. La afrenta de Miguel al escudo y a la afición es tal que moralmente se justifica por sí misma la salida del portugués, pero no es tarea fácil. Ahora, la principal preocupación que tienen tanto el presidente Manuel Llorente como Unai reside en sacarle el mayor rendimiento posible dentro del campo para traspasarle a final de curso al mejor precio posible. Miguel no deja de ser un activo del club, forma parte de la plantilla y va a seguir siendo uno más a pesar del incidente. Ni va a entrenarse al margen ni le van a multar, no hay ningún artículo en el régimen interno que lo especifique. Además, después de la primera investigación policial realizada tras la detención (fue sometido a varias pruebas digitales para ver si tenía alguna vinculación o no con el arma con la que se realizaron varios disparos) Miguel fue absuelto. A pesar de todas las informaciones que le han llegado a Manuel Llorente, el máximo mandatario de la entidad no se formará su opinión hasta saber a ciencia cierta lo sucedido, no quiere especular. Es un tema suficientemente delicado como para hablar por hablar, hay que tener mucho tacto y delicadeza con el asunto, sin lanzarse piedras sobre su tejado a pesar del sentir valencianista, que está harto de sus reiterados incidentes extradeportivos. Otra historia bien distinta es la legalidad. Cuando el jugador fue absuelto tras estar en las dependencias policiales, el Valencia respiró, pero no por ello deja de estar molesto porque su actitud no fue la más correcta. En los próximos días, una vez Miguel esté en Valencia, Llorente hablará con él para que no se repita.
Antes de juzgar se le va a escuchar. Manuel Llorente quiere tratar el asunto de Miguel con mucho tacto y delicadeza antes de realizar cualquier juicio de valor sobre los incidentes que involucran al valencianista en un altercado a las puertas de la discoteca RS Dreams de las afueras de Lisboa el día de Navidad, por eso tiene previsto hablar con él. No deja de ser un asunto que afecta a la vida privada del futbolista en sus vacaciones, pero indudablemente, el nombre de la institución ha quedado manchado. Por eso habrá un cara a cara. Miguel tiene previsto aterrizar a lo largo de la mañana en el aeropuerto de Manises para ponerse a las órdenes de Emery esta tarde y el técnico ha decidido tratar el asunto con absoluta normalidad. Espera que el futbolista esté en condiciones de entrenar, y ya está, nada más.
No ha sentado nada bien en el Valencia que el futbolista fuera detenido a altas horas de la madrugada por una trifulca con varios miembros de seguridad de la discoteca RS Dreams, uno de los cuales le acusa —sin dar la cara— de ser el autor de los disparos, más allá de que el futbolista estaba en sus vacaciones, porque la imagen del Valencia ha salido dañada. Los hechos están siendo investigados actualmente por la policía portuguesa (PSP) y el club no va a realizar ningún tipo de valoración hasta que todo se aclare, pero el Valencia quiere tratar el asunto con la mayor naturalidad posible y el futbolista no será sancionado. Eso sí, tanto el presidente como la Dirección Deportiva tienen claro que el próximo curso no debe vestir la camiseta valencianista.
Lo cierto es que el VCF tiene complicado rescindir el contrato de Miguel por indisciplina, puesto que el Valencia ya lo intentó cuando tanto él como Manuel Fernandes acabaron en comisaría por una bronca de madrugada en el ´Café Cantante´ de Valencia. La afrenta de Miguel al escudo y a la afición es tal que moralmente se justifica por sí misma la salida del portugués, pero no es tarea fácil. Ahora, la principal preocupación que tienen tanto el presidente Manuel Llorente como Unai reside en sacarle el mayor rendimiento posible dentro del campo para traspasarle a final de curso al mejor precio posible. Miguel no deja de ser un activo del club, forma parte de la plantilla y va a seguir siendo uno más a pesar del incidente. Ni va a entrenarse al margen ni le van a multar, no hay ningún artículo en el régimen interno que lo especifique. Además, después de la primera investigación policial realizada tras la detención (fue sometido a varias pruebas digitales para ver si tenía alguna vinculación o no con el arma con la que se realizaron varios disparos) Miguel fue absuelto. A pesar de todas las informaciones que le han llegado a Manuel Llorente, el máximo mandatario de la entidad no se formará su opinión hasta saber a ciencia cierta lo sucedido, no quiere especular. Es un tema suficientemente delicado como para hablar por hablar, hay que tener mucho tacto y delicadeza con el asunto, sin lanzarse piedras sobre su tejado a pesar del sentir valencianista, que está harto de sus reiterados incidentes extradeportivos. Otra historia bien distinta es la legalidad. Cuando el jugador fue absuelto tras estar en las dependencias policiales, el Valencia respiró, pero no por ello deja de estar molesto porque su actitud no fue la más correcta. En los próximos días, una vez Miguel esté en Valencia, Llorente hablará con él para que no se repita.
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