El abogado ha llevado siete veces a Llorente a los tribunales, con la prohibición de la asistencia financiera como único triunfoTodos los litigios que ha promovido el letrado contra el club y la Fundación han acabado por ser desestimados en los juzgados
JOSÉ MOLINS | VALENCIA..-
A Manuel Llorente le sobran abogados defensores en su consejo de administración, pero no puede negar que le ha salido un duro fiscal. Un abogado que desde su llegada al poder en 2009 cuestiona cada uno de los movimientos del Valencia y de su Fundación. Al margen de un aluvión de iniciativas promovidas en el marco de las juntas generales, Andrés Sanchis ya ha llevado a Llorente a los tribunales en siete ocasiones. En las primeras seis salió de allí con las manos vacías, al dar siempre la razón el juez al abogado del club, Daniel Morata, de Garrigues.
El séptimo asalto está por decidir, aunque de momento Sanchis ha logrado que el juez impute al propio presidente, junto a Javier Gómez, Társilo Piles y José Luis Olivas en la causa abierta por estafa, falsedad, malversación de caudales públicos, delito societario y maquinación para alterar el precio de las cosas. Comparecerán el 22 de abril en el juzgado de instrucción número 3 de Valencia, aunque de momento eso no significa nada. Estar imputado equivale a declarar ante el juez, sin más.
Nadie imaginaba que Andrés Sanchis tendría este impacto en la vida del Valencia cuando saltó a la fama en 2004 fruto de una peculiar iniciativa. El mundo del fútbol se frotó los ojos al conocer que un abogado valenciano interponía una demanda contra un árbitro, Tristante Oliva, por el absurdo penalti de Marchena a Raúl en el Bernabéu. Sanchis se situó en el mapa futbolístico, admirado por unos y objeto de las burlas de otros, y rizó el rizo al ampliar la demanda contra otro colegiado, Teixeira Vitienes, también por un mal arbitraje al Valencia.
Pero Sanchis hace tiempo que dejó de ser anécdota. A pesar de los reveses que ha sufrido, al desestimar sistemáticamente los juzgados sus demandas, sigue al pie del cañón. Como miembro de Nou Valencia ya asumió el rol de líder de la oposición a Llorente, pero sufrió un varapalo cuando en primera instancia perdió la demanda en la que pedía la impugnación de la ampliación de capital para que el juez la declarara nula. Fue su peor momento. Tras el fiasco, Sanchis pactó con el club abandonar el frente de batalla a cambio de compartir las costas. Según el club, prometió no volver a litigar. Él dice que no habló de acciones futuras, y por eso ha vuelto a la carga.
Al margen de la querella presentada ante la Audiencia Nacional y remitida por este organismo a la justicia valenciana, Sanchis intentó una moción de censura contra Llorente a finales de 2012, pero desistió al ver que no lograría el 5% de las acciones necesario, y en la pasada junta pidió que se votara una acción social de responsabilidad por el finiquito de 1,2 millones de Javier Gómez... y a la hora de votarla, pasada la una de la mañana, ya se había ido a su casa.
La ampliación de capital marcó la participación del abogado en el panorama valencianista. Desde 2009 no ha parado de litigar. Interpuso una demanda contra la discriminación de los accionistas. Sin embargo, su gran triunfo, el único hasta el momento, vino dentro de este pleito. Anunció que la ampliación encerraba una asistencia financiera. Eso provocó que la Fundación no pudiera recibir dinero del club, lo que abocó al máximo accionista a un callejón sin salida.
«Le hice un gran favor al Valencia con eso, porque si se hubiera hecho y alguien denunciase pasados los años, hubiera tirado todo para atrás», señaló Sanchis a LAS PROVINCIAS. En el club, por su parte, tachan sus pretensiones de «inaceptables e inadecuadas», como afirmó Pepe García Roig, quien piensa que a Sanchis «le mueve el protagonismo y la notoriedad».
Después el abogado intentó que la Fundación no votara en las juntas generales, pero finalmente retiró la demanda. «La ampliación de capital no fue el medio para evitar la disolución, eso es mentira, lo que cuestiono es cómo se ejecutó, porque vulneró el derecho de los accionistas, no hubo igualdad», refleja Sanchis.
El letrado, que tiene una empresa de promoción de espectáculos, en la que organiza conciertos como los de David Bisbal, Rafael o Julio Iglesias, se ha quedado solo tras la desaparición de Nou Valencia. El organismo convocó una reunión con las peñas y los aficionados en septiembre del año pasado para orquestar una oposición al consejo que fue un rotundo fracaso, con sólo una docena de asistentes. Tras eso y los varapalos en los juzgados, la plataforma se extinguió. «Hubo gente que no quiso continuar, pero yo pienso ir hasta el final, para lograr que reintegren el dinero los que hayan salido de forma ilícita del club, como Javier Gómez», apuntó.
En el Valencia hay tranquilidad respecto a Sanchis, pero también indignación. «No se va a cargar el club porque no tiene razón, ahí están los resultados en los juzgados. No sé qué fines persigue y tampoco creo que siga mucho tiempo», manifestó García Roig.