El Valencia ha fichado ya a once 'sustitutos' pero ninguno se ha consolidado | Valverde ha entendido en menos de un mes que el medio de 35 años sigue siendo necesario para el equipo
JOAQUÍN BALLESTA , | VALENCIA.-
«Albelda no es eterno». Estas palabras las pronunció el propio futbolista en cierta ocasión, saliendo al paso de la necesidad de encontrar un futbolista de sus características para el centro del campo del Valencia. Por más que lo han intentado los diferentes directores deportivos que han pasado por el club desde hace más de una década, el gran capitán continúa siendo necesario, porque todavía no se ha sabido contratar un recambio de garantías.
El pasado día 18 se cumplieron cinco años desde que Juan Soler y Ronald Koeman apartaron a David Albelda de la disciplina del equipo, junto a Cañizares y Angulo, quienes acabaron por desaparecer de la órbita futbolística. El capitán lloró amargamente ante los periodistas cuando se sentó en la sala de prensa para explicar lo que era inexplicable. David, tipo duro física y mentalmente, supo aguantar con estoicidad una muy complicada situación. Con la misma entereza que demostró cuando tuvo que sufrir duras recuperaciones con sus rodillas, volvió a apretar los dientes y continuó trabajando en silencio. Apenas tres meses después de ser ejecutado deportivamente, en marzo de 2008, vio caer la figura de Soler y poco después, antes de que finalizara aquella Liga, la de Koeman.
Ni antes ni después de aquel tsunami deportivo que sacudió los cimientos del Valencia los diferentes responsables técnicos supieron encontrar a otro Albelda. En la última etapa dorada más reciente, con Jaime Ortí en la presidencia, Rafa Benítez en el banquillo y Javier Subirats en la dirección deportiva, se fichó al uruguayo De los Santos. Corría la campaña 2001-02 y se pagaron por él 15,6 millones de euros. El Valencia fue campeón de Liga, pero quienes cortaban el bacalao en la medular eran Albelda y Baraja, una dupla irrepetible.
Para el ejercicio de 2003-04, con García Pitarch como director deportivo, el elegido fue un joven Sissoko que costó un millón de euros . La proyección que apuntaba se consideró fundamental para que fuera creciendo hasta adquirir el peso específico necesario para dar relevos a un Albelda pletórico que, con sus compañeros, conquistó Liga y Copa de la UEFA.
Mediada la década del segundo milenio, campañas 2005-06 y 2006-07, en la primera se pagaron 350.000 euros por cesión de Hugo Viana y en la siguiente cuatro millones por la compra definitiva de un portugués del que nunca se supo si debía aportar músculo o crear juego. Sus características no eran de corte defensivo, pero tampoco funcionó mirando hacia delante. Una cesión tras otra, pasando sin pena ni gloria. Soler, Subirats y Carboni tampoco acertaron.
La temporada 2007-08 fue, con diferencia, la de peor recuerdo del valencianismo en muchos años. Soler -al que reemplazó después Morera-, ya barruntaba deshacerse de David Albelda y para encontrarle relevo de garantías tiró de cartera. No de la suya, claro. Iván Helguera vino a coste cero, pero se pagaron 18 millones por Manuel Fernandes, dos por Maduro y 1,8 por Sunny, con Miguel Ángel Ruiz (después Juan Sánchez) como responsable de los fichajes. La nefasta gestión provocó también que desfilaran por el banquillo valencianista Quique, Óscar Fernández, Koeman y finalmente Voro para evitar el descenso a Segunda División.
Rehabilitado como futbolista, David Albelda siguió dando la cara, en el campo y fuera de él. Lejos de acomodarse, mantuvo su protagonismo y ejerció siempre de valencianista. Sobre todo cuando los resultados no acompañaron y tuvo que dar algún golpe en la mesa para poner orden en el vestuario, algo que todavía hoy sigue haciendo. «Necesitamos que la afición y el club estén unidos para conseguir los objetivos» o «hay que recuperar el valor de que lo más importante es el sentimiento de valencianismo», son algunas de las frases espetadas por el de la Pobla Llarga en momentos delicados del club, del equipo, en los cuales reivindicó la necesidad de ejercer todos a una de valencianistas.
Hace un par de años, el elegido por Fernando Gómez para ir dando descanso a un capitán que encaraba su recta final como futbolista fue el turco Mehmet Topal. El desembolso, 4,2 millones de euros. Con él llegó también Tino Costa, a cambio de 6,5 millones. Topal nunca se acabó de asentar en el equipo, mientras que el argentino creció en su rendimiento. Con unos y con otros, hubo que seguir echando mano de David Albelda.
La temporada pasada, ya con Braulio asumiendo la responsabilidad en las incorporaciones, seis millones de euros trajeron a Parejo, otro hombre para el centro del campo, aunque sin desarrollar la función específica del capitán, puesto que el madrileño es más futbolista de creación. El gran hallazgo, sin embargo, surgió el último verano: Fernando Gago (cuatro millones), el hombre capaz de dar equilibrio al equipo y, al mismo tiempo, sacar el balón jugado hacia adelante. Y mediático. Lo tenía todo para reemplazar a Albelda. El relevo estaba asegurado para años. Pero parece que tampoco será así. Proclive a las lesiones, no se ha integrado y quiere volver a su país.
Gago era fijo para Mauricio Pellegrino. Albelda le sobraba, como indican las cifras del corto periplo del entrenador argentino al frente del Valencia. El futbolista de la Pobla Llarga disfrutó de la titularidad en tres únicos partidos de Liga, en todos los cuales fue sustituido. Y estuvo en la alineación inicial en Bielorrusia, ante el BATE -tampoco acabó el partido-, y en la vuelta de Copa ante el Llagostera, único en el que disputó los noventa minutos. En total, 379 minutos en 21 partidos con el Flaco. Tras la debacle ante la Real, Albelda tuvo la gallardía de manifestar: «Los jugadores no estamos a la altura de Mauricio», dijo, en una muestra de la impagable colaboración que ha prestado a muchos de sus entrenadores.
Cerrada la etapa de Pellegrino, con el partido que dirigió Voro en Lille y los cuatro de Valverde -cinco en total-, el capitán ha sumado 343 minutos, siendo titular en los cuatro disputados. Descansó frente al Rayo. Su última aparición, ante el Getafe, impresionante. Como dijo en LAS PROVINCIAS durante la miniconcentración de Pamplona, «estoy de subidón, vuelvo a sentirme futbolista». El enésimo presunto sustituto que se le ha buscado es Javi Fuego, atado para el próximo año. Pasó por el Levante y, si finalmente desembarca en Mestalla, habrá que ver si da el nivel exigido para el Valencia.
Albelda sigue cabalgando. Cumplió en Lille 100 partidos de competición europea con el Valencia y, tras ganar al Espanyol, se convirtió en el jugador con más victorias ligueras de la historia del club. Tras 15 campañas continúa sin recambio. Dosificándose por razones obvias, sigue estando a las duras y, sobre todo, a las maduras. Por eso reclama un vestuario «con más valencianos». Palabra de capitán.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-12-28/decada-busca-nuevo-albelda-20121228.html