La contingencia del PAI de Porchinos, donde el Valencia proyectó su futura ciudad deportiva en la época de Juan Soler, todavía no está resuelta. En el horizonte se divisa un día clave para el club: el lunes 1 de diciembre. Esa es la jornada en la que en de un plumazo se pueden cerrar tres de las operaciones clave para el nuevo Valencia de Peter Lim.
El Ayuntamiento de Ribarroja, como todos los meses, reunirá a su corporación en pleno el primer lunes de cada mes. En este caso, el 1 de diciembre salvo sorpresa de última hora. El próximo viernes se reunirán las comisiones para ver qué temas se incluyen en el orden del día. La previsión, según fuentes consultadas del equipo de gobierno, es que el asunto de Porchinos vaya al pleno horas después de que quede rubricada la compra del Valencia por parte de Meriton. El alcalde de la localidad, el popular Francisco Tarazona, ya señaló que no paralizaría el plan de Porchinos antes de que la venta estuviera cerrada. Es una forma de garantizarse que el Valencia cumplirá con todas las cláusulas que el Ayuntamiento le puso encima de la mesa para parar el PAI.
Una de las más importantes, y que Tarazona exige por escrito, es que el Valencia de Peter Lim en ningún caso le pedirá a Ribarroja ni un euro de los 20 millones que el Ayuntamiento ya ha cobrado del club. Además, el equipo de gobierno no votará a favor si no existe el compromiso de que la futura ciudad deportiva se construirá en Ribarroja.
El PAI de Porchinos está pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo, que puede ratificar la del TSJ valenciano que dictaminó la ilegalidad del proyecto urbanístico.
El servicio jurídico de Peter Lim cuantificó en 101 millones la contingencia de Porchinos. Litoral del Este, una empresa del Valencia en la que actualmente figura Amadeo Salvo como administrador, vendió los terrenos a la empresa Nozar para escenificar el «pelotazo» urbanístico, que es como calificó el anterior presidente, Juan Soler, la operación. Nozar quebró y los terrenos pasaron a ser propiedad de tres bancos, con los que se ha reunido Salvo en los últimos meses para llegar a una solución.
El presidente del Valencia también se reunió en verano como el alcalde de Ribarroja para valorar cómo estaba la situación y cuéles eran las posibles soluciones para eliminar el asunto Porchinos del conjunto de problemas que impedía la compra de Peter Lim. Tarazona le puso encima de la mesa una serie de condiciones que hasta ahora no han sido satisfechas por el Valencia mediante la correspondiente firma. Tarazona, que en su día apuntó que el asunto quedaría resuelto antes de finales de septiembre, no aceptará ningún compromiso que no llegue por escrito.
Además, el alcalde defendió que se le devolviera a los propietarios el dinero embargado por la cota cero. Una decisión que le serviría para reconciliarse con sus convecinos afectados. Desde la oposición, especialmente el socialista Robert Raga se le ha pedido al alcalde que hiciera públicas las condiciones que Ribarroja le ha puesto encima de la mesa al alcalde.
Pasado mañana se sabrá si finalmente en el orden del día del pleno del 1 de diciembre se paralizar el PAI de Porchinos. Se puede hacer en sesión ordinaria o en un pleno extraordinario el mismo día. Si el tema se retrasa un mes más los nervios empezarían a florecer en el Valencia, ya que Porchinos se presenta como el mayor problema que tiene el Valencia de Peter Lim.
Otro de los asuntos que todavía no se ha cerrado totalmente es el de Newcoval. Una de las partes, la del empresario José Granell, anunció en su día que tiene un acuerdo firmado por el Valencia que validaba toda su actuación en la permuta de la deuda por una serie de hitos. Granell anunció que plantearía guerra en los tribunales si el club se le vendía a Peter Lim.