ALBERTO SANTAMARÍA. HOY Lim es el mismo hoy que hace año y medio. No ha cambiado nada. Y si antes era la mejor solución a la crisis por la que atravesaba la entidad, no puede ser que en apenas unos meses se haya transformado en el demonio
VALENCIA.
La pantalla del ordenador sigue totalmente en blanco. Miro al infinito para concretar las miles de ideas que quiero expresar en estas pocas líneas de texto y solo soy capaz de pensar en ti. En ti, que no entiendes porqué tu Valencia no te deja vivir ni un solo día tranquilo. O en ti, que tienes que aguantar las bromas de tu compañero de trabajo -casi siempre madridista- hablando del circo se ha montado de nuevo en tu club, ése que tanto quieres y por el que serías capaz de dar la vida. También veo tu rostro desencajado al comprobar que la ilusión desbordante que, como a un enamorado primerizo, llenó de mariposas tu estómago cuando viste aterrizar a Peter Lim en Manises y te imaginaste viajando a Milán, a Dublín o a Munich para jugar una final de Champions. No me olvido tampoco de ti que, por muchas vueltas que le des, no te entra en la cabeza como alguien que presume de valencianismo parece alegrarse de toda esta situación que convierte a los colores blanquinegros, en el hazmerreír del panorama futbolístico nacional e internacional. Creedme que me acuerdo de todos y sufro con vosotros, pero para aquel que todavía tuviera alguna duda...¡Bienvenidos al Valencia SAD! Aquí no somos capaces de lavar los trapos sucios en casa. Nunca lo hemos sido y a estas alturas veremos quién es el guapo que nos cambia. Preferimos levantarnos en armas y matarnos entre nosotros mismos. Y puestos a pedir, si es con una puñalada por la espalda, mejor que mejor. Estamos hechos para la guerra. Los personalismos siempre aparecen sobrepuestos al bien común. Como ayer escribía el columnista Desmemoriats, de vez en cuando estas cosas viene bien que pasen. Enseguida comprobamos quienes son de los clubes y quienes de las personas. Por desgracia, el Valencia siempre estuvo muy sólo.
Hoy tengo la sensación de que nadie se ha parado ni un maldito segundo a reflexionar sobre que el equipo empieza a entrenar el domingo. Que hay una previa de Liga de Campeones que superar y que de los esperados fichajes solo tenemos precisamente eso, que seguimos esperándolos. Las caras nuevas vendrán de la mano de la conexión Mendes-Nuno como viene sucediendo desde que el magnate se Singapur se hiciera con más del 70% de las acciones de la entidad. Primero con Enzo, después con Cancelo, más tarde con la llegada frustrada de Rodrigo Caio y así hasta que Amadeo Salvo y Rufete han dicho basta. Que ya no aguantaban más. Su trabajo estaba siendo ninguneado una y otra vez, especialmente el de la dirección deportiva. La decisión de ambos está más que justificada. E incluso yo, en su lugar, hubiese hecho lo mismo. Tal vez no hubiera aguantado tanto, es cierto, pero estoy convencido que ellos pensaban en que la tortilla podría volver a girar. Y voy más allá, yo tampoco hubiera presentado mi dimisión con lo que esta supone, es decir, salir de las oficinas de la plaza de la afición con una mano delante y otra detrás, sin cobrar ni un euro. Si no me quieres, tírame o bien pactamos una salida digna.
Ahora bien, ni Salvo ni Rufete son más valencianistas que tú, amigo lector. Tampoco menos. El ex presidente ejecutivo no cobrará del Valencia, así lo corroboró anoche. ¿Y de Meriton? 3,3 millones de euros, seguro que no, Lay Hoon fue contundente. Sin embargo, el ex Manager General sí lo hará. Ambos han sido profesionales y, bajo el punto de vista de Peter Lim, se han ganado ambas maneras de decir adiós. Nada que reprochar. Legítimamente han antepuesto sus intereses a los del club. No les gusta lo que hay. Como estoy seguro que os sucede a muchos de vosotros, pero intentemos mirar con cierta perspectiva. Lim es el mismo hoy que hace año y medio. No ha cambiado nada. Y si antes era la mejor solución a la crisis por la que atravesaba la entidad, no puede ser que en apenas unos meses se haya transformado en el demonio. Ni él ni Mendes ni, por supuesto, Nuno.
Este es el modelo que aplastó a sus contrincantes en el proceso de venta. El que aceptaron los patronos de la Fundación y con el que tenemos que aprender a convivir. ¡Qué menos que darle un voto de confianza y más sabiendo que va a haber una ampliación de capital! ¡Qué van están dispuestos a poner 100 kilos! Cierto es que sus primeras decisiones en materia de fichajes no han sido del todo acertadas, al menos, de momento. Pero queda mucho verano por delante, el mercado se abrió oficialmente ayer y no se cerrará hasta el 31 de agosto. Quiero ser positivo, quiero pensar que tras la tempestad vendrá la calma. Que tú, que sigues fastidiado, vas a volver a sentir, vas a volver a vibrar con los tuyos, vas a gozar con tu equipo. Que, además, vas a esperar a ese amigo del Madrid después de superar la previa de la Champions para explicarle en que consiste eso del #JuntsTornem. Que volveremos a ser de Champions. Que continuaremos siendo grandes. Pero, sobre todo, que por encima de cualquier persona, el Valencia siempre será el Valencia. Y que eso, solo son capaces de entenderlo los que como tú, lo aman.