«Este verano es el único en que no se habla de mi traspaso. Ya soy mayor y tengo que ayudar a mis compañeros», celebra el centrocampista Banega se sincera en la cuna del mito: «La lesión me enseñó a tomar el fútbol con responsabilidad»
JUAN CARLOS VILLENA ENVIADO ESPECIAL jcvillena@lasprovincias.es | NUEVA YORK..-
Si de algo está orgullosa la ciudad de Hoboken, en el estado de New Jersey, es de Frank Sinatra. La personalidad de la Voz se curtió entre sus estrechas calles, de tránsito ágil y atmósfera italiana. A diez manzanas de la que fue su casa se encuentra el cuartel general del Valencia. Banega, para muchos un genio incomprendido como Sinatra, inicia su sexta temporada como valencianista. A sus 25 años es el más veterano, en cuanto a estancia en el club, y será uno de los capitanes de Djukic. Un escenario que no quiere desaprovechar este futbolista cuya personalidad alternó durante mucho tiempo tango y oscuridad.
«Cuando estás lesionado te pasan muchas cosas por la cabeza. Fueron ocho meses largos donde tenía claro que ya no podía perder la oportunidad de jugar al fútbol y tomarlo con mayor responsabilidad. Te ayuda a madurar y a pensar que lo tienes que dar todo en cada momento». Es la primera reflexión del rosarino a orillas del río Hudson. Éver sabe que es objetivo de las críticas para muchos. Pero la madurez ayuda a darse cuenta de que eso forma parte del oficio de futbolista: «Son cosas que pasan y aceptables. No comparto algunas cosas pero la gente tiene derecho de opinar. Yo tengo que seguir trabajando y hacer oídos sordos. Doy gracias a Dios de que sigo jugando al fútbol y de eso es de lo que se tiene que hablar».
La vida se vive en el presente. El mismo que describe la evolución de un deportista que en los últimos meses de la pasada temporada dio su mejor versión. Y no esconde que Valverde fue clave. «Me dijo el primer día que tenía que hacer goles y me adelantó en el campo. Esa posición me hizo llegar más a portería. Agradecí ese consejo y espero seguir marcando este año», reconoce. Djukic también le ha pedido, dentro de su esquema, que participe en el juego ofensivo muy cerca de la portería. Para ello necesitará la ayuda de sus nuevos guardaespaldas: «Oriol y Javi son dos buenos jugadores, tienen mucha capacidad tanto para recuperar como para crear. Por eso están en el Valencia. Albelda y Tino eran grandes jugadores, pero ellos también lo son».
Banega va a estrenar capitanía, junto a Ricardo Costa, y asume el reto con naturalidad. «La responsabilidad me gusta. Estoy muy agradecido porque mi compromiso con el Valencia es muy grande. Llevar el brazalete es un orgullo y espero estar a la altura. Nuestro objetivo es dar a la afición un equipo que esté en los primeros puestos», sentencia. Habla con el brazalete puesto cuando aborda la salida de Soldado: «Ya se fue. Le deseo lo mejor porque es una grandísima persona pero esto sigue. Somos el Valencia y lo importante es mirar hacia delante. Tenemos tres campeonatos y debemos llegar lejos en todos ellos».
El argentino, que afronta las preguntas con una naturalidad desconocida hasta la fecha, reconoce que el pasaporte comunitario le permite aspirar a encontrar una futura salida: «Si te digo la verdad el pasaporte comunitario es una buena puerta. No ocupar plaza de extranjero permite que te miren otros clubes. Pero no me llegó ninguna oferta. Estoy tranquilo, el día en que me llegue una oferta primero veremos si le sirve al Valencia, como está el club, y se estudiará. Pero de momento estoy feliz y tranquilo. El día que el Valencia me diga que hay una oferta y que hay que mirarla ya se verá». Con contrato hasta junio de 2015, no quiere pensar de momento en renovar «porque esto es largo y primero hay que ver cómo va la temporada y mi rendimiento. Cuando llegue el momento se hablará. Por ahora prefiero dejarlo al margen».
En el Piccolo's Clam Bar de Hoboken sólo se escucha música de Sinatra. Sus vecinos no quieren que su legado se diluya en el tiempo. Banega desea escribir su mejor partitura en el Valencia esta temporada porque a la vuelta de la esquina está Brasil. «No hay margen de error y no te puedes guardar nada. Este Mundial me coge con 26 años y el siguiente nunca sabes cómo vas a estar y qué puede pasar. Voy a aprovechar la oportunidad que me da el Valencia. Si me va bien aquí es más fácil que el seleccionador me tenga en cuenta», sentencia antes de la reflexión final: «En los años que llevo en Valencia he tenido el cartel de transferible. Siempre se dice que me ponen en venta. Este verano es el único en que no se habla. Ya soy mayor y ahora tengo la responsabilidad de ayudar a mis compañeros». El Sinatra de Rosario también pasea por las fachadas de ladrillo aledañas a River Street. Valencia celebra su impronta de gran futbolista. A su manera, como Frank.
