La Copa del Rey, con el duro examen de Sevilla en el horizonte, medirá en un enero frenético el crecimiento del Valencia. Emery se enfrenta al que durante cuatro años ha sido su talón de Aquiles: el trance de las eliminatorias. Con el cuadro hispalense velando armas, y los probables duelos futuros con Levante y Real Madrid o Barça, el camino hacia la soñada final se presenta lleno de ochomiles. Cimas tan exigentes como las que abordará el alpinista gandiense Salvador Sanchis.
Emery acepta el símil y compara el Pizjuán con el Aconcagua. «El nivel de exigencia será el mismo, aunque nos quedan otras cimas igual de difíciles. Pero estamos preparados», advierte Unai, a quien aguardan en apenas dos meses cotas equiparables a las que afrontará Sanchis durante cuatro años dentro de su reto '7 Cimas Gandia'. Es el plazo para conquistar Aconcagua, Ebrus, Kilimanjaro, Everest, Mount Vinson, el McKinley y la Pirámide de Carstenz.
Precisamente eso, siete cimas, tiene ante sí Emery de aquí a marzo. Siete exámenes para presentarse en la final de la Copa y en los octavos de la Europa League. Lo primero será dominar el Aconcagua hispalense. «El Sevilla se juega mucho, porque se agarrará a la Copa tras sus resultados en otras competiciones», alerta el técnico, quien no oculta su condición de favorito: «Viajamos con un buen resultado en casa; tenemos cierta ventaja».
Emery confía en que el recuerdo de la mágica noche de Reyes estimule a los suyos en Sevilla. «Es un reto ilusionante. Debemos pensar que la gente está con nosotros como lo estuvo el otro día en Mestalla y hay que darlo todo por ellos». Será importante demostrar que se ha aprendido la lección de El Madrigal: «En los primeros veinte minutos pusimos muchas ganas en hacer cosas, pero se nos olvidaron otras. Tenemos que jugar con las mismas ganas, pero con más inteligencia y eficacia».
Si sale airoso del Pizjuán, en enero aún deberá librar la batalla de cuartos ante Levante o Alcorcón. El conjunto granota pasa por ser la Pirámide de Carstenz: «Es la más técnica de todas las siete cimas», sostiene Sanchis. Además está en Australia, y nada más situado en las antípodas del Valencia que el levantinismo. Si fuera el Alcorcón, habría que optar por la segunda versión del reto -rechazado por el gandiense-, que incluye el discreto Kosciusko (2.220 metros) como obstáculo.
Superadas las tres primeras ascensiones, Emery afrontaría las semifinales de Copa presumiblemente ante Barcelona o Real Madrid, que encarnan a Everest (8.848 metros) y Kilimanjaro (5.895) en el calendario del técnico. Y aún restarían los primeros partidos de la Europa League para completar dos meses frenéticos. El Stoke City espera en pleno invierno (16 y 23 de febrero). Frío en el condado de Staffordshire, aunque no tanto como el que encontrará el aventurero gandiense en Elbrus (Rusia, 5.642 metros), Mount Vinson (Antártida, 4.892) o McKinley (Alaska, 6.194).
Emery y Sanchis, dos retos de superación personal. Si éste, ni siquiera profesional del alpinismo, logra el objetivo situará su nombre junto a los de Dick Bass y Frank Wells -primeros en lograr las siete ascensiones en la década de los ochenta-, Reinold Messner o los españoles Aguirre y Pujante. En el caso de Emery, su espejo son Encinas, Pasieguito, Di Stéfano, Benítez, Cúper. Casi nada.