El presidente del Valencia, Manuel Llorente, que esta semana cumple dos años al frente del club, afirmó que el balance de este periodo es "notable", con dos clasificaciones para la Liga de Campeones y una gestión "seria" que ha permitido reducir la deuda de 550 millones de euros a 368.
Así lo señaló en al analizar su etapa presidencial, iniciada el 7 de junio de 2009, cuando regresó a un club en cuyo consejo de administración había ocupado puestos de responsabilidad hasta tres años antes.
También marcan estos dos años la imposibilidad de reanudar las obras del estadio, paradas desde antes de su llegada al club, la venta de jugadores emblemáticos como David Villa o David Silva y las decepciones del equipo en torneos por eliminatorias.
Para Llorente, el balance es notable porque la situación de hace dos años era "grave, con un club al borde del concurso de acreedores que generaba desconfianza a seguidores e instituciones financieras. Hoy nuestra situación es delicada, pero mucho mejor", indicó.
Agregó que ahora los jugadores y los acreedores cobran y que las instituciones se fían del club porque se ha recuperado el equilibrio y el prestigio.
"Nunca quisimos vender a Villa, Silva y otros jugadores, pero sin ese dinero, estaríamos en la quiebra. Creo que hemos utilizado bien nuestros recursos", reiteró.
"Ahora queremos dar un paso hacia adelante en las competiciones por eliminatorias", señaló respecto a los torneos en los que el equipo ha vivido los momentos más decepcionantes de los últimos años y en los que el Valencia no ha tenido "ni suerte, ni acierto".
Para ello, el club tiene un plan deportivo que pasa "por construir una plantilla competitiva, joven y con talento a las órdenes de un técnico trabajador y ambicioso".
"Vamos a tener un buen equipo y queremos mejorar, pero nadie puede exigirnos acabar por delante de Barcelona y Real Madrid, aunque sabemos que si no se intenta no se consigue. Por ello la exigencia va a estar presente, pero también el sentido común", dijo.
El nuevo estadio, aún lejos
Llorente considera que el nuevo estadio es un "deseo para todos", pero también opina que ahora "no existe una situación que permita comprometer en fechas la reanudación de la obras".
Llorente considera que el nuevo estadio es un "deseo para todos", pero también opina que ahora "no existe una situación que permita comprometer en fechas la reanudación de la obras".
"No podemos ni endeudarnos más, ni pagar más intereses a corto plazo. El estadio se reanudará cuando podamos bajar la deuda y financiar a largo plazo su construcción en buenas condiciones", añadió.