AL PRINCIPIO DE LA SEMANA
Ha tenido Djukic que ver (oír o leer) la voz del más allá deportivo para pulsar la tecla que hiciera sonar el órgano como toca. Y no es que la música que emite es celestial, pero no cabe duda de que con la santísima trinidad sobre el campo, todo es más sencillo. Hasta Getafe, el técnico lo había probado casi todo, pero daba la sensación de que se había negado a ver la evidencia. Su equipo no estaba preparado para jugar al ‘toque-toque’, sufría demasiado en defensa porque no recuperaba balones en el medio y su centro de creación estaba cortocircuitado a la hora de hacer llegar la pelota a los de arriba.
Al final, un trivotito, a imagen y semejanza de lo que hacía Valverde, ha bastado para que el mecanismo se afinara. Es triste, pero es así. Con tres en el medio, por fin han llegado los robos de balón, las salidas veloces a la contra, y han desaparecido buena parte de los apuros en defensa.
Y ya les digo que, aunque los tres puntos de Getafe caen como agua de mayo, no significan otra cosa que una semana más de tiempo para que todos los implicados piensen si están a la altura de lo que se pide de ellos. Me refiero a los jugadores, que por fin este año notan el aliento de la calle en el cogote; al técnico, que debe renunciar de plano a su idea primigenia de fútbol; y al club, que debe decidir si lo cambia, si al sustituto lo elige el director deportivo o el de la escuela o si le sigue dando margen a Djukic.
En Getafe el Valencia venció con un “bendito-golazo-resbalón” de Pabón y gana crédito para seguir adelante, pero sigue quedando la sensación en el ambiente de que, al menor atisbo de confianza, volverá a sumergirse en el pozo de la mediocridad. Porque, ya no sé si es obsesión periodística, casualidad o mala suerte, pero cada vez son más las voces (y los datos) que se alzan contra la preparación física del equipo. ¿A ver si detrás de la de falta de intensidad y compromiso también está la preparación física? No soy un experto en la materia, pero veo demasiados pinchazos, demasiados lesionados musculares y mucho cansancio acumulado cuando apenas acaba de empezar noviembre. Habrá que seguirle la pista al asunto, no sea que la explicación a los problemas futbolísticos del equipo sea mucho más terrenal que lo que estábamos pensando. De momento, he recuperado la fe. Que no es poco.