ALBERTO SANTAMARÍA. HOY Los de Nuno dependen de sí mismos y si juegan como saben, estoy convencido de que el himno de la mejor competición europea de clubes volverá a sonar en Mestalla casi mil días después...
VALENCIA.
Los días no pasan. Las horas se hacen eternas. El tiempo parece haberse detenido desde que el pasado domingo el Valencia se pegara un tiro en el pie que muy pocos esperaban. A mí ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Cuando más sencillo parecía, cuando todo hacía indicar que Mestalla iba a vivir su particular fiesta de final de temporada, el equipo falló.Tropezó cuando estaba prohíbo hacerlo. Contra el Celta, a los futbolistas les pesó la presión por primera vez en la presente campaña. Vi a profesionales con ansiedad cometiendo errores impropios de una plantilla que hasta el pasado fin de semana se había mostrado extremadamente sólida como local. No obstante, cualquier escribano hace un borrón. Y con la Liga que están completando los blanquinegros, los jugadores se merecen una segunda oportunidad. Se han ganado el derecho a que creamos en ellos. A confiar en que van a ser capaces de levantar la cabeza, olvidarse de lo sucedido y otorgarle a su afición el mejor de los regalos: laChampions sigue estando a tres puntos, a una victoria. Los de Nuno dependen de sí mismos y si juegan como saben, estoy convencido de que el himno de la mejor competición europea de clubes volverá a sonar en Mestalla casi mil días después. ¡Qué ganas de disfrutar de nuevo del balón de las estrellas!
Presenciar un partido de la Liga de Campeones es un auténtico placer para cualquier seguidor de este deporte. Pero todavía lo es más, si el encuentro se disputa en el coliseo de la Avenida de Suecia. El Valencia presume de contar con la mejor afición de España. Con esta afirmación, ni merezco un 'Pulitzer' ni estoy descubriendo América. Su hinchada siempre ha sido un ejemplo a seguir pero desde hace unos días, el reconocimiento es oficial. Aficiones Unidas y la Liga de Fútbol Profesional escogieron a la grada che como a la que más y mejor representa al balompié nacional, y no se equivocan. Desde la creación de la Curva Nord y tras la histórica remontada ante el Basilea, el estadio es otro. Su ambiente es delicioso. Desde el recibimiento al autobús hasta el aplauso final de la plantilla cuando el árbitro da por concluida la contienda. Dos rituales que los che van a volver vivir pasado mañana con una obvia diferencia, será en Almería. A pesar de los 438 kilómetros que separan entre sí a estas dos ciudades, cualquier distancia es corta si se trata de apoyar a los tuyos. El sábado todos los valencianistas que hayan tenido la suerte de conseguir su entrada van a dejarse la garganta animando al equipo. Ver a decenas de personas pasando la noche al raso en la puerta de las taquillas de Mestalla para -simplemente- luchar por la cuarta plaza es increíble. La Champions tenemos que conseguirla entre todos. Y esto la afición lo sabe. La hinchada se ha tomado muy en serio y va hacer suya la estrofa final de la canción que se ha convertido casi en un himno del fondo sur de Mestalla: 'cuando juegues siempre estaré a tu lado, no me falles Valencia, yo nunca te he fallado".
En el estadio de Los Juegos del Mediterráneo no hay excusas que valgan. Las finales no se juegan, las finales se ganan. Y queda claro que el duelo de este fin de semana es un todo o nada. Noventa minutos separan el éxito del fracaso. ¿Injusto? Bienvenidos al fútbol. Un partido, un gol o un penalti pueden cambiar la historia de una entidad y aquí sabemos qué significa eso. Con la teoría clara, llegó la hora de dar lo mejor de cada uno. Desde que pite el árbitro no habrá un mañana. Nuno tendrá que acertar en el once, Diego Alves deberá demostrar que es el mejor portero de la Liga, Barragán que se ha convertido en un lateral muy sólido, Mustafi que es campeón del mundo...y así hasta el último de los futbolistas. Los que salten al césped y los que se queden en el banquillo. Todos. Sin excepción. Y sin André Gomes, lesionado,el Valencia será lo que sea Dani Parejo. Ese que para muchos no acaba de dar el nivel pero que se ha convertido en el termómetro del vestuario. Si él está bien, sus compañeros también. Cuando él no tiene el día...problemas. Cierto es que su irregularidad no termina de desaparecer, pero sus doce goles y su rol dentro del equipo -indiscutible para el entrenador- convierten su renovación en un objetivo a conseguir a corto plazo por parte de la dirección deportiva.
Ahora bien la continuidad del capitán de Coslada, la de Otamendi y la de otros miembros del equipo, así como la llegada de fichajes, van a depender de lo que suceda en Almería. Como diría el gran Don Jesús Barrachina, ‘la Champions es la Champions y a ti te encontré en la calle'. Los casi 30 millones de euros fijos que se aseguraría la entidad pasando la fase previa modificaría del cielo a la tierra la confección de la plantilla 2015/2016. Con la Liga de Campeones, el proyecto seguirá su curso y por el camino marcado. Como ven las razones no fallar son infinitas. Confiamos en vosotros.
