La Generalitat está molesta con la decisión de Llorente de nombrar a nuevos patronos para frenar el poder del equipo de Federico Varona - Si la convivencia Consejo-Fundación no funciona, el patronato podría convocar una junta extraordinaria
05.04.2013 | 00:43
AMPARO BARBETA | VALENCIA
El órdago que Manuel Llorente lanzó el miércoles a la nueva Fundación, al anunciar que nombraría a quince nuevos patronos para mitigar el poder de los miembros auspiciados por el Consell, no ha sentado nada bien en la Generalitat. Todavía sorprendidos por la acción del consejo, no entienden la reacción del presidente del Valencia. Una resistencia que, confían, ceda y se transforme en colaboración con los nuevos patronos de la Fundación que tienen como objetivo renegociar el préstamo de la Fundació con Bankia antes del 27 de agosto, fecha en la que vence la totalidad de la deuda.
El enfado de Llorente por intuir que, desde ya, va a estar fiscalizado por una Fundació que quiere ejercer su poder como máximo accionista de la entidad y que, de momento, no quiere vender el club, se valora muy negativamente en el Consell, que siempre que el club lo ha requerido ha salido en su auxilio, según destacan fuentes del Gobierno autonómico. Hasta ahora. Tras tutelar el nombramiento del nuevo patronato encabezado por Federico Varona y formado por expertos de máxima valía profesional, el Consell pretende ahora desvincularse del club por entender que su función de arbitraje ya ha terminado. Una acción que, sin embargo, Llorente dinamitó horas después al convocar un consejo de administración que decidió nombrar quince nuevos patronos para seguir gozando de cierto margen de maniobra en sus decisiones.
¿Qué teme Llorente de Varona? El control. El presidente de la Fundació VCF aterriza en el club con la intención de encontrar una solución económica y financiera a una entidad que podría descomponerse si, el 27 de agosto no se alcanza un acuerdo para la renegociación del préstamos con Bankia y éste pasara a manos de una entidad que podría convertir el club en un activo tóxico. Pero también con el objetivo de controlar lo que hace o deja de hacer Llorente, ya que, tal como insistió Varona en su presentación, la Fundación hará valer su condición de máxima acci0nista. Los nuevos patronos ya saben de la gestión presidencialista de Llorente y éstos no están dispuestos a desempeñar un papel secundario.
¿Y por qué el presidente del Valencia desconfía del presidente de la Fundació? Porque la nueva política deportiva y económica, una función que recae en los vicepresidentes Amadeo Salvo y Aurelio Martínez puede chocar con la forma de trabajar del presidente, acostumbrado a decidir sin cortapisas. Una situación muy parecida a la que aconteció cuando Juan Soler accedió a la presidencia, en que Llorente perdió el poder omnímodo del que gozaba en la sombra bajo los mandatos de Pedro Cortés y Jaime Ortí, y que le llevó a abandonar el club al poco tiempo.
Regresó casi por mandato institucional cuando se le encomendó reenderezar la nave tras la salida de Vicente Soriano de la presidencia. Ahora, de nuevo y en cuanto a gestión, a Llorente se le ha acabado la comodidad para decidir según qué cosas. Si la convivencia se complica, la Fundación no descarta convocar una junta extraordinaria para entrar a formar parte del consejo de administración del club y, de este modo, gestionar directamente la entidad.
Venta del club
Otro de los motivos que podrían haber desencadenado la reacción de Llorente, es la decisión de la nueva Fundació de no vender el club. El presidente, o algún intermediario cercano a él, podrían estar interesados en esta operación de la que, hace unos meses, se dio un primer paso en un viaje a Catar.
La situación «inquieta» a Català
La consellera de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana se declaró ayer «inquieta» por la situación del Valencia, «como en cualquier situación de conflicto», dijo. «Y en este ámbito mucho más porque sé que hay mucho sentimiento», incidió. Català, en declaraciones al programa «Bon matí» de Ràdio Nou, explicó que, desde el Consell, se ha intentado que en la Fundación haya un grupo de «profesionales». «Tenemos registradores, economistas o notarios. Si creemos en la responsabilidad de los colegios profesionales debemos creer en la profesionalidad de estas personas», dijo, tras insistir en que la Fundación «está constituida por gente muy potente, objetiva, muy valencianista y que está ahí para trabajar». levante-emv valencia