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ORGULLO

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miércoles, 28 de marzo de 2012

Llorente reúne a los capitanes para pactar las primas


El presidente, en una comida en su casa, pide a Soldado, Albelda, Ricardo Costa y Guaita que lideren la reacción del equipo

AMPARO BARBETA En plena crisis de resultados y juego y, cuando las críticas se ceban sobre el técnico, el presidente se reunió ayer a comer con los capitanes para negociar las primas de la temporada y tratar de conocer, de primera mano, qué le pasa al equipo y qué soluciones se pueden aplicar.
El lunes, y pasadas 48 horas de la derrota contra el Getafe y cuando ya se compartía el tercer puesto con el Málaga, Manuel Llorente se dirigió a la plantilla y al cuerpo técnico, en el vestuario de la Ciudad Deportiva, para lanzarles un mensaje de optimismo y confianza en poder revertir la situación y acabar en la Liga terceros porque esto, advirtió, da la vida económica al club. Ayer, la reunión fue mucho más íntima. Llorente se sentó con David Albelda, Roberto Soldado, Ricardo Costa y Vicente Guaita, en el domicilio particular del presidente en Picassent, para anunciarles que el club sólo pagará un extra si el equipo se clasifica para la Liga de Campeones o gana la Liga Europa. Ese era el objetivo o excusa de la cita, pero fue sin embargo la situación del equipo, la que monopolizó la comida. Y es que, preocupa que el Valencia no cumpla los objetivos y con ello quede en saco roto todo el trabajo realizado a lo largo de la temporada.

Llorente pidió a los capitanes que lideren la reacción del equipo y que traten de contagiar al grupo la necesidad de enderezar el rumbo.
El presidente, en una comida de más de dos horas, responsabilizó a los futbolistas y, con la exclusión de Emery de la cita, les vino a trasladar el poder a los jugadores para que saquen adelante la situación.

También inquieta a Llorente la respuesta de la grada y el respaldo que, a partir de ahora, el equipo va a recibir por parte del público.
En el equipo hay futbolistas, y así se lo trasladaron los capitanes al presidente, que consideran que el mensaje lanzado por Emery a la afición el viernes, más que unir ha desunido y con ello enrarecido aún más el ambiente que rodea al equipo. El presidente, como ya afirmó el lunes, les dijo a los futbolistas que «deben saber convivir con esta presión» y que «por eso están en el Valencia».

David Albelda, uno de los comensales, reconocía el lunes en rueda de prensa que «todavía» no se había abordado el tema de las primas esta temporada y trataba, públicamente, de quitarle importancia. Y así lo justificaba. «Las primas se hablan con los capitanes y no con el grupo. No se ha hablado de ellas», respondía molesto por la pregunta.

Era, aseguran, una reunión que se había ido aplazando en el tiempo y que, en la previa de disputar la ida de los cuartos contra el AZ Alkmaar, el Presidente quiso celebrar para, con ella, zanjar posibles problemas posteriores. Sin embargo, la delicada situación del equipo, convirtió el reunión en todo un gabinete de crisis en el que se trataron de buscar inmediatas soluciones.


http://www.levante-emv.com/deportes/2012/03/28/llorente-reune-capitanes-pactar-primas/893233.html

El Valencia examina la reducción de costes del estadio del Espanyol






En plena política de racionalización del gasto, ajustar el coste de las obras del nuevo Mestalla se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza del Valencia de cara a la próxima reanudación de las obras. Por eso ayer varios técnicos del club visitaron el estadio del Espanyol, Cornellà-El Prat, para tomar buena nota de las características de un campo construido con un presupuesto muy inferior al del nuevo Mestalla.
Seis técnicos blanquinegros quedaron asombrados en Barcelona por unas instalaciones que han costado 62 millones de euros, frente a los más de 250 del mauselo de la avenida de las Cortes. El equilibrio entre el reducido coste y el gran resultado de la obra acabada fue uno de los puntos que más interesaron a la comitiva. Cornellà tiene un ratio de 1.550 euros por butaca y cuenta con 40.000 asientos.
En concreto, visitaron el estadio Christian Schneider, director de Desarrollo del nuevo Mestalla; José Sánchez Iborra, director de Servicios Corporativos; Javier Sánchez Corchero, responsable del área de mantenimiento; José Ramón Luna, de Informática y Tecnologías; Javier Bustos, ingeniero de caminos y asesor del Valencia en la obra del estadio, y José Navarro, ingeniero industrial y también asesor. Estuvieron viendo todos los detalles del coliseo para tener en cuenta posibles mejoras en el campo de la avenida de las Cortes Valencianas en el futuro.
Guiados por Josep Toldrá, director del estadio de Cornellà, se quedaron maravillados por la funcionalidad del recinto, adaptable a otras competiciones, eventos y deportes, la modernidad de la instalación o el nivel tecnológico con que cuenta, que le permite estar adaptado de cara al futuro.
Otro de los puntos que mayor interés despertaron es la zona comercial que rodea al estadio, tanto los numerosos bares como las tiendas de ropa e incluso el restaurante que hay en los propios bajos del recinto, donde habitualmente el Espanyol celebra las comidas oficiales con la directiva del equipo rival antes de los partidos.
También los palcos y las zonas VIP recibieron una atención minuciosa, porque en el Valencia se considera este aspecto muy importante. El objetivo para el nuevo Mestalla es que disponga de un buen número de lugares destinados a empresas y palcos especiales, ya que se trata de algo que reportaría una considerable cantidad de dinero al club.
Por su parte, la buena visibilidad y accesibilidad de todas las butacas fue otro de los aspectos más destacados por los técnicos. La sonoridad de la grada, pegada al césped, es una de las cosas que subrayan los equipos cuando juegan en Cornellà, y por eso la comitiva valencianista repetirá visita al estadio en un día de partido.
El Espanyol cuenta con una grada de animación compuesta por tres mil aficionados, denominada Curva Jove y que supone el motor de los cánticos en cada encuentro. El Valencia quiere fomentar también la grada joven Curva Kempes, por lo que las similitudes son bastantes.
Cornellà recibió el premio a la mejor instalación deportiva del mundo en 2010 y supone un buen ejemplo de cara a la construcción y finalización del estadio valencianista. Este verano se retomarán las obras y un año y medio después debe estar acabado el recinto. Se prevé disputar allí la segunda mitad de la temporada 2013-14.

El viaje a ninguna parte

Si recuerda estimado lector, hablaba la semana pasada de la liberación que le había supuesto a Unai Emery estar más que seguro de un cambio de aires a final de temporada. Lo que ya no tenía tan claro es cómo le podía sentar esto al equipo. Siete días después, no hay duda: mal, muy mal. La impresión generalizada es que el Valencia se encuentra en caída libre y que nadie mueve un dedo para rescatarlo. El entrenador hace y dice lo que le pide el cuerpo. Los jugadores le consideran agua pasada y en los despachos del club esconden la cabeza como las avestruces.

Días ´horribilis´
Nos la prometíamos muy felices tras la gran victoria en Bilbao. Aquello no fue más que un espejismo producto, entre otras cosas, del estado físico y mental de los de Bielsa tras el subidón de adrenalina contra el Manchester. La derrota ante el Zaragoza unos días después fue patética y mucho me temo también la gota que ha colmado el vaso en la relación de Emery con los jugadores. Les mandó a la guerra en plan suicida para que acabaran haciendo el ridículo y fueran el centro de todas las críticas. Cualquier equipo, con diez, nueve y hasta un manco en la portería, habría salido airoso ante el sinsentido de la segunda mitad; sin defensa ni mediocampo en busca de una victoria en la que parecía que nos iba la vida

Y ¡eran sólo tres puntos!
Sin control
Yo, después de lo acontecido estos días, ya no tengo dudas. Los jugadores han roto definitivamente con Emery. La derrota del sábado en Getafe no vino más que a escenificar el evidente y preocupante divorcio. La nave viaja hacia ninguna parte, sin control y, por mucha palabrería que se utilice después, la falta de autocrítica en jugadores, cuerpo técnico y directiva denota que aquí cada uno ha empezado a hacer la guerra por su cuenta para desgracia del Valencia.

Mal rollito
Todo lo que viene esta semana y las siguientes — cada partido que resta es una final y no sólo los dos próximos ante AZ Alkmaar y Levante — me dan pavor. No veo yo a este grupo recibiendo desde el banquillo los estímulos adecuados para reaccionar y llevar el barco a buen puerto. Por eso, es inevitable mirar hacia el palco. De tipos como Giner o Braulio no espero nada porque cada vez que abren la boca sube el pan, pero un puñetazo en la mesa de Manuel Llorente no estaría de más. Eso o buscarse un recambio, si bien me temo que a estas alturas de la película cualquiera mínimamente experimentado en marrones de ´final de curso´ está colocado.

La verdad por delante
De todas formas, creo que Llorente necesita algo más que dar puñetazos en la mesa para reconducir la situación. El aficionado está ampliamente desilusionado. No sólo por lo que ocurre en estos momentos, también por lo que se divisa en el horizonte. Del supuesto maná que debería llegar a través del acuerdo con Bankia nada se sabe. El ocultismo continúa siendo la política de comunicación del club y al personal sólo se le alimenta con malas noticias. Los posibles refuerzos para la próxima temporada producen risa. Las ventas, miedo. Y entre medias, Isco y Joaquín saliéndose en el Málaga. A la gente, Don Manuel, hay que darle motivos para creer e ilusionarse, que bastante difícil está la vida como para encima andar uno amargándosela aún más con el fútbol. ¿Que sólo hay dinero para medianías? Perfecto, pero deje entonces de jugar con los sentimientos del personal y haga el favor de ir con la verdad por delante.



http://www.superdeporte.es/colaboradores/2012/03/27/viaje-parte/157348.html

No importa el problema, importa la solución

A unos no les gusta la portada de un periódico y otros la consideran justa y necesaria. Para el de más allá no es el momento de hablar de sustitutos pero los hay que ya hace tiempo habrían cambiado al entrenador. Y los hay también más radicales en sus postulados —en el fondo son los más felices y con los que más me identifico más allá de mi intento de ejercer de periodista que pocas veces consigo— que sólo entienden el fútbol en una dirección, la de animar. Tienen su cuota de razón lógica, «si no es para animar, ¿para qué vas», y parten de ese punto de partida irrechazable que dice que el fútbol es pura diversión, que se inventó para que la gente lo pase bien y que mejor no llevarse a casa los problemas del partido ni tampoco llevarse al partido los problemas de casa —o del trabajo—. Entienden el valencianismo, y por extensión el fútbol, como algo ilógico e irracional hasta el infinito y más allá y no asumen la más mínima crítica hacia su equipo por la única y exclusiva razón de que es su equipo. Estar en Mestalla siempre es una fiesta para ellos. Digo más, pisar Mestalla cada semana es un orgullo. Si lo piensas bien, en este negocio, ellos son los más felices porque nada les impedirá pensar que llegará el próximo domingo, cogerán otra vez la bufanda y camino del estadio se mirarán a los ojos para decir aquello de «Amunt Valencia! Hoy ganamos». Y dará igual si, como pasa ahora, el Valencia no gana un partido ni por error, porque ellos, en su infinito, sincero y simple optimismo, llegarán a su sitio de toda la vida y de reojo mirarán al sabiondo de siempre, a ese que se pasó la Liga criticando a Benítez hasta sólo unos partidos antes de que ganara la Liga —todos sabemos que los hubo— y se reirán de él mientras le saludan sonrientes con el brazo alzado sabedores de que les devuelve la sonrisa como por encima del hombro. Da igual, ellos, los de la bufanda, se reirán porque aunque sea por unos momentos, ser incondicional sin remedio es más rentable. La incondicionalidad te crea menos dolores de cabeza y te evita la situación de tener que elegir; no hay otra opción. Sólo unos días después de escribir que me bajo del barco de Emery no puedo pedirle al mundo incondicionalidad, pero sí una reflexión. Para ellos no importa el problema, importa la solución. Ellos se quedan con lo poco que queda entero en el corazón... Joder, ¡qué lección! ¿Dónde está mi bufanda? La solución somos todos. Tiempo habrá para ponernos la corbata...


twitter.com/Carlos_bosch



http://www.superdeporte.es/opiniones/2012/03/27/importa-problema-importa-solucion/157345.html