ALBERTO SANTAMARÍA. HOY Por su fútbol, por su consolidación como 'General' pasarán muchas de las posibilidades del equipo de repetir la solidez mostrada durante el primer año de Nuno al frente del banquillo de Mestalla...
VALENCIA.
El lunes 25 de mayo explotó la bomba. Y no hablo de Álvaro Negredo... de momento. Aquel lunes y tras haber transcurrido poco más de 48 horas de la conclusión de la pasada Liga, Eugenio López, representante deNicolás Otamendi dejó bien claro que el Valencia iba a necesitar un relevo de garantías para el central argentino. El futuro del internacional albiceleste estaba visto para sentencia. La Premier era su destino. Como todos ustedes saben, días atrás se comprometió con el Manchester City poniéndole fin a un culebrón que se alargaó durante casi tres meses. Un tiempo más que suficiente para que la entidad blanquinegra tuviera atado y bien atado a su sustituto. Sin embargo -y esta es la razón por la que todavía no lo hay- no ha aterrizado ningún zaguero en Manises porque el dinero de la Champions era fundamental para conocer de qué presupuesto disponía el club para encontrarle el mejor recambio posible en el mercado. Una posición coherente y responsable que quedó reforzada tras la clasificación en palabras de Nuno y que debe hacer abrir los ojos a todos aquellos que pensaban que Peter Lim venía a nuestra ciudad a regalar su dinero. Después de la inversión inicial, el Valencia debe gestionarse utilizando sus propios recursos. Esto no es el PSG. Esto no es ni el Chelsea ni el Manchester City. Al menos, no hasta ahora.
Tres equipos, estos últimos en los que a muy corto plazo tendrá sitioShkodran Mustafi. En esos tres y en cualquiera de los grandes transatlánticos europeos. Porque, a la espera de la llegada del reemplazo de Otamendi, al alemán no le ha temblado el pulso y ha aceptado hacerse con los galones de la retaguardia blanquinegra. Su nivel sigue in crescendo. Sus encuentros ante el Mónaco y el Rayo Vallecano han sido para enmarcar. Sin miedo alguno, se ha erigido como un auténtico Kaiser, ha liderado al resto de sus compañeros y estos han aceptado su rol. Ahora es él, con la estrella de campeón del mundo en el pecho, el encargado de corregir las imprecisiones de los demás. Su carácter abierto y su capacidad para los idiomas -ya habla un perfecto castellano- le han ayudado a conseguirlo. Y por si toda esta argumentación no fuese suficiente, el defensor es casi un valenciano más. Como él escribía en su cuenta de twitter: "Valencia... Mestalla, Playa y Champions. No quiero mas". Queda dicho. Para mí, venga quién venga, sea Abdennour o cualquier otro, el sustituto de Nico debe ser él. Por su fútbol, porsu consolidación como 'General' pasarán muchas de las posibilidades del equipo de repetir la solidez mostrada durante el primer año de Nuno al frente del banquillo de Mestalla. Eso sí, para ser sensatos, con el tunecino del Mónaco a su lado todo sería un poco más fácil.
Precisamente en El Principado disfrutamos de otras dos buenas noticias en forma de nombres propios. Y creo que de su evolución y crecimiento también van a depender los objetivos del equipo. Hablo de Álvaro Negredo y de Enzo Pérez. Ni el uno ni el otro rindieron cómo se esperaba de ellos a lo largo y ancho del ejercicio 2014-2015. Sin embargo, las actuaciones de ambos en este inicio de competición nada tienen que ver con el pasado. Extraer conclusiones a estas alturas se antoja un poco precipitado, pero creo que el vallecano y el argentino están forjando los cimientos para volver a ser lo que fueron antes de poner pie en el Cap i Casal. Y si Nuno es capaz de exprimir su fútbol, el salto de calidad de la plantilla está garantizado.
El golazo del Tiburón en el Luis II fue una auténtica obra maestra solo a la altura de los elegidos. Cuando falla Fabinho, el ‘7' ya tiene claro dónde la quiere poner...y lo más complicado, la pone. En la mismísima escuadra. Genial. Negredo necesitaba reencontrarse con el gol y ya lo ha hecho. Pero no sólo eso. Todo lo que aporta sobre el césped cuando está bien justifica los 30 millones que pagó la entidad por su traspaso. Ahora hay que exigirle continuidad. Él es el primero que lo hace. El Negredo del martes es ‘top'. Y con un delantero así, el valencianismo tiene licencia para soñar.
Y no me olvido de Enzo Pérez. Tras su esperanzador debut frente al Real Madrid en el primer partido de 2015, el internacional albiceleste se fue apagando. Dejó de ser fundamental y, por momentos, llegó a perder hasta la titularidad. Pero uno juega una final de un Mundial por casualidad. La fortaleza y la capacidad física de este centrocampista es encomiable. Cuando salta al césped escoltado por Javi Fuego es otro. Su nivel se eleva exponencialmente. En Mónaco se dejó hasta el alma en cada acción y ahogó las acometidas del centro del campo de Jardim. Bernardo Silva acabó desesperado y no contento con secar la magia del rival, Enzo se incorporó con acierto al ataque en varias apariciones desde la segunda línea. En Champions tocaba dar un paso al frente y estos dos hombres lo hicieron. Chapeau.