Unai Emery tiene en mente el Valencia que viene, un equipo que quiere que sea duro, peleón, aunque sin por ello renunciar a la filosofía ofensiva por la que aboga el técnico vasco desde sus inicios en el Lorca. El fichaje estrella ha sido Roberto Soldado, aunque dos de los cuatro refuerzos habidos hasta la fecha —Ricardo Costa y Mehmet Topal— llegan para convertir al Valencia en una roca, para tratar de que el equipo recupere esa imagen de bloque que le hizo ser en 2004 el mejor equipo del mundo. A un mes de que el Valencia comience la pretemporada, Emery y Carcedo trazan las líneas maestras de su tercer proyecto.
Costa y Topal son futbolistas hechos, jugadores que llegan para competir desde el primer día y con ello se entiende que para mejorar la parcela defensiva del Valencia. En los dos años que lleva Emery en el club, el entramado defensivo ha sido durante amplias fases de los campeonatos su talón de aquiles. El Valencia de Emery encajó en Liga BBVA 54 goles en su primer curso y 40, en la pasada temporada. Lejos de los equipos que acabaron siendo los menos goleados.
Tras la marcha de David Villa y Nikola Zigic, mucho se ha hablado de que el equipo quedaba huérfano de gol, si bien, antes incluso del fichaje de Soldado —con quien van saliendo las cuentas de goles a favor—, los técnicos meditan sobre cómo poner el cerrojo a la portería de César.
El Valencia sin Villa va a ser un equipo diferente, más lo será si finalmente también abandonara la disciplina blanquinegra Silva. Ni mejor ni peor, diferente, al menos así lo ven los técnicos y los propios integrantes del vestuario. Porque lo primero que hay que recalcar es que los técnicos y los jugadores se marcharon de vacaciones con el convencimiento de que el equipo mejorará sus prestaciones el curso próximo.
Emery da por hecho que con futbolistas del perfil Topal y también con un punta como Soldado, los partidos van a ser menos de ida y vuelta de lo que lo eran hasta ahora. Al Valencia en cierta medida le interesaba esa forma de jugar, esos partidos abiertos, porque con espacios un delantero como Villa se siente más cómodo y el Valencia solía pegar primero, mientras que Soldado es más un delantero de garra y pegada, un ariete que con espacios sabe moverse, aunque donde se siente más cómodo es en el área.
Los técnicos quieren un Valencia que sea dueño del esférico y que presione lo más arriba posible. Pero sobre todo trabajarán para que los diez futbolistas de campo formen un bloque compacto, que vayan todos a una en la transición ataque-defensa y para que los centrocampistas tengan más participación si cabe en la finalización de las jugadas ofensivas.
En defensa continuarán apostando por una línea de cuatro. No contemplan para la zaga un cambio de sistema. Los laterales seguirán teniendo libertad para subir la banda. Los técnicos confían en la capacidad de Ricardo Costa para salir con el balón controlado desde atrás, y por la seguridad que les transmite David Navarro. Pero sobre todo esperan que jugadores como Alexis, Marchena, Dealbert o Maduro les pongan en aprietos a la hora de elegir a dos de los seis. Precisamente, la competencia es uno de los factores que esperan explotar los técnicos, más habiendo una competición como la Champions en la que todo jugador desea participar.
La parcela con la que más quiere trabajar el cuerpo técnico durante la pretemporada es con el centro del campo. Las variantes son múltiples, aunque lo que esperan conseguir es que los centrocampistas mejores sus números en cuanto a goles se refiere. El objetivo que inicialmente se marca el cuerpo técnico de salida para la próxima temporada es igualar los 59 goles que el equipo anotó la pasada temporada en Liga. Las estadísticas cuentan más de lo que parece y Emery considera que con tal cifra, el Valencia peleará seguro por repetir como mínimo la tercera posición —partiendo de la base que se trabajará para reducir el número de goles encajados—. Y los goles de los Mata, Pablo o Joaquín tendrán mucho que ver.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/06/16/valencia-quiere-emery/97868.html
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miércoles, 16 de junio de 2010
Otro verano con asignaturas pendientes
El próximo lunes, día 21, entra oficialmente el verano. Como los últimos, en el Valencia se amontona el trabajo y Manuel Llorente se ve obligado a moverse a destajo. De nuevo son más de 30 los futbolistas que pertenecen al club, lo que implica desprenderse de más de media docena de ellos, sin olvidar que todavía falta alguna incorporación por realizar. Un delantero, seguro. Y, si se puede, un organizador, tarea que no va a ser nada fácil.
La llave de cualquier operación la tienen Mata y Silva. El traspaso de uno de ellos proporcionará dinero fresco para invertir en las incorporaciones necesarias para cuadrar un equipo de garantías. Por otros lado, los técnicos del club, al son que marque el presidente, tienen que apretar el acelerador para dar salida a todo el material sobrante. Colocar a los Jaume, Sunny, Navarro, Montoro o Lombán no se antoja excesivamente complicado. Bien distinto a lo que sucede con Miguel, Del Horno, Manuel Fernandes, Nacho González o Hugo Viana.
En función de las salidas que se puedan producir habría alguna incorporación más. Una cosa estaría en función de la otra. Si, por ejemplo, se traspasara a Miguel llegaría otro lateral diestro para acompañar a Bruno, con Jesús Gámez como uno de los mejor colocados. En la banda opuesta no supondría un problema la marcha de Del Horno. Todo lo contrario. Sería un alivio importante para la maltrecha economía de la entidad.
En el centro del campo, por la trascendencia que tiene para el bloque, Banega es el único futbolista con cierta capacidad organizativa, de ahí que sea necesaria la contratación de un jugador de garantías. El deseado, Tino Costa. Uno de los que debe abandonar el equipo, de esta parcela, es Hugo Viana. Por el portugués, tras una buena campaña con el Braga, se interesa el Sporting de Lisboa. A Fernandes también se le busca acomodo que, si no se encuentra, se quedará.
En la zona más adelantada del equipo están las claves de la confección final de la plantilla futura. Si se traspasa a Silva, la intención es cubrir su hueco con el Chori y Feghouli. Más problemática sería la marcha de Mata, puesto que dejaría solo a Vicente en la banda izquierda, con lo que se repescaría para esa demarcación a un Jordi Alba que de inicio apunta al lateral.
Finalmente, el ataque. Roberto Soldado está más solo que la una, por el momento. En la agenda valencianista sigue apareciendo subrayado el nombre de Adúriz. Que llegue o no dependerá de lo apuntado líneas arriba: de posibles traspasos y el dinero de que se disponga para fichar al necesario segundo delantero.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-06-16/otro-verano-asignaturas-pendientes-20100616.html
La llave de cualquier operación la tienen Mata y Silva. El traspaso de uno de ellos proporcionará dinero fresco para invertir en las incorporaciones necesarias para cuadrar un equipo de garantías. Por otros lado, los técnicos del club, al son que marque el presidente, tienen que apretar el acelerador para dar salida a todo el material sobrante. Colocar a los Jaume, Sunny, Navarro, Montoro o Lombán no se antoja excesivamente complicado. Bien distinto a lo que sucede con Miguel, Del Horno, Manuel Fernandes, Nacho González o Hugo Viana.
En función de las salidas que se puedan producir habría alguna incorporación más. Una cosa estaría en función de la otra. Si, por ejemplo, se traspasara a Miguel llegaría otro lateral diestro para acompañar a Bruno, con Jesús Gámez como uno de los mejor colocados. En la banda opuesta no supondría un problema la marcha de Del Horno. Todo lo contrario. Sería un alivio importante para la maltrecha economía de la entidad.
En el centro del campo, por la trascendencia que tiene para el bloque, Banega es el único futbolista con cierta capacidad organizativa, de ahí que sea necesaria la contratación de un jugador de garantías. El deseado, Tino Costa. Uno de los que debe abandonar el equipo, de esta parcela, es Hugo Viana. Por el portugués, tras una buena campaña con el Braga, se interesa el Sporting de Lisboa. A Fernandes también se le busca acomodo que, si no se encuentra, se quedará.
En la zona más adelantada del equipo están las claves de la confección final de la plantilla futura. Si se traspasa a Silva, la intención es cubrir su hueco con el Chori y Feghouli. Más problemática sería la marcha de Mata, puesto que dejaría solo a Vicente en la banda izquierda, con lo que se repescaría para esa demarcación a un Jordi Alba que de inicio apunta al lateral.
Finalmente, el ataque. Roberto Soldado está más solo que la una, por el momento. En la agenda valencianista sigue apareciendo subrayado el nombre de Adúriz. Que llegue o no dependerá de lo apuntado líneas arriba: de posibles traspasos y el dinero de que se disponga para fichar al necesario segundo delantero.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-06-16/otro-verano-asignaturas-pendientes-20100616.html
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