Cuando en un Valencia-Chelsea, con puntos que valen el pase a la siguiente ronda de la Champions y el zarpazo económico que eso conlleva, Mestalla no alcanza los 35.000 espectadores (en Europa caben 48.000), es que algo va mal. O que las cosas no se han planificado bien. El Valencia ha decidido ahora no ir contracorriente y ha elaborado un ambicioso plan que tiene como objetivo no sólo no perder abonados sino incentivar nuevas altas.
Se hará público en breve pero ayer en la reunión del consejo de administración -menos tensionada que la última- conoció de voz del presidente cuál es el programa elaborado. Básicamente, lo más destacado es que los precios de los abonos no van a sufrir ningún incremento. Y no sólo eso sino que, además, el club ha optado por incluir los partidos de la Champions dentro del pase.
Ahora bien, para aquellos que por diferentes motivos (por lo que significa desplazarse entre semana o incluso por desembolso) decidan prescindir de los encuentros europeos, se les aplicará una jugosa rebaja que como término medio puede estar en torno al 5% (50 euros). La apuesta se hace sabiendo que dada la situación general que vive el país y en concreto la sociedad valenciana, será complicado llegar incluso a cubrir las cifras de socios de los últimos tiempos. Hay que tener en cuenta que este año se han recaudado dos millones de euros menos por venta de pases.
Había tanta preocupación en el consejo para no volver a pinchar en ese sentido que todos los directivos consideran adecuada la medida adoptada. El club blanquinegro va a echar el resto a la hora de montar una campaña agresiva que capte ese público que entre la crisis y la oferta televisiva se ha ido apartando de Mestalla.
De ahí que entre las actuaciones que se han planificado están la facilidad para el sistema de pagos, incentivar la venta de abonos para más de un miembro de la misma familia siempre y cuando sean socios de nuevo cuño; sin olvidarse también las ventajas a la hora de comprar productos en las tiendas por la adquisición de entradas.
El fin, en definitiva, es que en Mestalla no presente un aspecto desangelado como ha ocurrido este curso. Por eso, y es curioso después de tantos años (casi desde la época de Arturo Tuzón), el consejo del Valencia ha recuperado la figura del pase infantil.
Con esta cuestión tan importante y con un buen arroz como acompañante -la reunión se celebró en Les Graelles-, Manuel Llorente consiguió reconducir las aguas después del último y agitado consejo. A los directivos no les hizo ninguna gracia enterarse del nuevo entrenador a través de los medios de comunicación.
A Llorente se le 'atizó' en el último cónclave y parece que tomó buena nota porque uno a uno, los dirigentes fueron avisados telefónicamente el mismo jueves tarde del fichaje de Joao Pereira. Aún así, ayer García Roig estuvo especialmente incisivo en conocer de boca de Llorente diferentes cuestiones que le inquietaban y que al parecer se resolvieron con diligencia por parte del presidente.
Éste tuvo tiempo, además, para reiterar a sus colegas de junta que el proceso abierto que tiene el club con Bankia no peligra y que se está cumpliendo la hoja de ruta prevista desde un principio. Aún así, es lógico la inquietud que hay por el tema del nuevo Mestalla.
