La jerarquía de Gago y el oportunismo de Paco Alcácer lideran al equipo de Pellegrino en el amistoso de Yakarta Un Valencia a medio gas golea con facilidad a la débil selección asiática, que no opone resistencia
JOSÉ MOLINS | .-
No fue un día para extraer conclusiones cercanas a la realidad, debido al escaso nivel del rival, pero al menos el nuevo Valencia de Pellegrino sí dejó detalles a tener en cuenta. Los dos principales, que Gago se va entonando cada vez más rápido y que Paco Alcácer aprovecha las oportunidades que tiene para demostrar que lleva el gol en la sangre.
El centrocampista argentino fue titular, formando doble pivote con Parejo. El entrenador confía en el exmadridista tanto en labores defensivas como ofensivas y ayer se lució en ambos aspectos. Es cierto que su ritmo pausado se vio muy beneficiado por la inexistente presión indonesia, lo que le permitió crear juego sin oposición. De esta forma se hinchó a repartir juego hacia las bandas. Fue el único de los nuevos fichajes que salió desde el inicio del partido.
A su lado, Parejo también jugó a placer, pero la actuación del de Coslada no resultó tan destacada como la del argentino. Entre ambos imprimieron lentitud al duelo en la primera parte, masticando cada jugada, moviendo el cuero de acá para allá sin prisas. Una forma de juego con la que sobraba ante el rival de ayer, pero muy peligrosa cuando empiecen los partidos oficiales. Por eso el amistoso de Yakarta no vale como ejemplo.
Pero tras el descanso el compañero de Gago cambió. Entró Tino Costa por Parejo y Gago, liberado de la destrucción, fue el dueño del balón. Movió el cuero a su antojo por donde quiso, abrió el campo con una gran asociación con Pablo Hernández, que quiere reivindicarse, y se atrevió con algún pase imposible, más propio de un mediapunta, que estuvo muy cerca de acabar en gol. Incluso tuvo llegada para incorporarse al área, donde realizó un remate peligroso.
En cuanto a Alcácer, Pellegrino le dio la responsabilidad de sustituir a Soldado, que fue baja por unas molestias sufridas en el entrenamiento del jueves y el cuerpo médico prefirió no arriesgar, debido a la nula trascendencia del encuentro. El joven delantero valenciano convirtió en gol uno de los primeros balones que tocó. Se desmarcó con inteligencia pidiendo el pase a Gago y el argentino estuvo atento y acertado para servirle un balón de oro que el punta, al primer toque, cruzó ante la salida del portero. Era el tanto que encarrilaba la goleada. Más tarde también haría el quinto, de nuevo al primer toque, como los genuinos delanteros, para culminar con un remate seco desde la frontal una jugada de Joao Pereira y Feghouli por la derecha. El valenciano pudo marcar varios tantos más.
Previamente Pablo Piatti había abierto el marcador desde el interior del área al rematar un centro de Mathieu por la izquierda, tras una jugada personal del lateral, que se incorporó al ataque, ya que no tenía a nadie que le inquietara en defensa. No sólo el francés se aburría en su área. Ningún indonesio cruzaba la línea del centro del campo. Por eso Ricardo Costa se sumó también a la fiesta marcando el tercero con un remate de cabeza tras un servicio de Jonas.
No había rival y si los del Flaco hubieran apretado el acelerador, la goleada sería de escándalo, mucho más de lo que fue. Pero tratándose de un viaje más comercial que deportivo, con las atenciones y el buen trato del país asiático hacia el club, tampoco era plan de ensañarse.
Inofensivo rival
Un disparo al palo fue el único bagaje ofensivo del equipo local. Precisamente el único error en defensa, protagonizado por otra de las novedades, Andrés Guardado, en la posición de lateral izquierdo. El mexicano, fuera de su posición, estaba mal colocado y permitió un remate que a punto estuvo de convertirse en el 1-3. Sin duda, al máximo nivel la actuación del ex del Deportivo habría sido un coladero, pero sin rival enfrente era el día para probarlo. No tiene las condiciones de Jordi Alba para hacer un invento de ese tipo, y de su clase en ataque sería un crimen prescindir.
Repuesto de ese error, Guardado cumplió en defensa y se incorporó para ayudar en ataque, donde brilló Pablo Hernández con la mejor jugada del partido para rubricar el 0-4. Acción personal del castellonense. Tras recibir desde la izquierda un gran desplazamiento de Gago se deshizo de su par y remató a la escuadra. La sociedad de ambos futbolistas fue una de las noticias más agradables de la tarde.
En los minutos finales el Valencia no quiso hacer sangre y se conformó con la 'manita'. Indonesia trató de apretar por la banda de Guardado buscando el gol del honor, pero ni siquiera llegó a inquietar a Felipe Ramos, quien acabó el encuentro bajo los palos en lugar de Diego Alves.
Sel. Indonesia: Nugroho, Sasongko (Ramdan, 66'), Maniani (Sakti, 74'), Astaman (Valentino, 83'), Wijiastanto, Utina (Mofu, 52), Ardiles (Nopendi, 86')), Ridwan (Bayauw, 66'), Wanggai (Bonai, 70'), Rahman y Bambang (Sinaga, 70').
Valencia: Diego Alves (Felipe Ramos, 65'), Barragán (Pereira, 46'), Ricardo Costa (Delgado, 65'), Víctor Ruiz (Quintanilla, 65'), Mathieu (Guardado, 46'), Gago, Parejo (Tino Costa, 46'), Piatti, Pablo (Bernat, 65'), Jonas (Feghouli, 46') y Alcácer (Portu, 80').
Goles: 0-1, min. 4 Piatti; 0-2, min. 12: Alcácer; 0-3, min. 25: Ricardo Costa; 0-4, m. 52: Pablo Hernández; 0.5, m. 56: Alcácer
Árbitro: Faulur Rosi (Indonesia). Amonestó a Gago (min. 21)
Estadio: Gelora Bung Karno (15.000 espectadores)