El Valencia CF intentó en su día rescindir su contrato tras lo de ´Café Cantante´
Antes de juzgar se le va a escuchar. Manuel Llorente quiere tratar el asunto de Miguel con mucho tacto y delicadeza antes de realizar cualquier juicio de valor sobre los incidentes que involucran al valencianista en un altercado a las puertas de la discoteca RS Dreams de las afueras de Lisboa el día de Navidad, por eso tiene previsto hablar con él. No deja de ser un asunto que afecta a la vida privada del futbolista en sus vacaciones, pero indudablemente, el nombre de la institución ha quedado manchado. Por eso habrá un cara a cara. Miguel tiene previsto aterrizar a lo largo de la mañana en el aeropuerto de Manises para ponerse a las órdenes de Emery esta tarde y el técnico ha decidido tratar el asunto con absoluta normalidad. Espera que el futbolista esté en condiciones de entrenar, y ya está, nada más.
No ha sentado nada bien en el Valencia que el futbolista fuera detenido a altas horas de la madrugada por una trifulca con varios miembros de seguridad de la discoteca RS Dreams, uno de los cuales le acusa —sin dar la cara— de ser el autor de los disparos, más allá de que el futbolista estaba en sus vacaciones, porque la imagen del Valencia ha salido dañada. Los hechos están siendo investigados actualmente por la policía portuguesa (PSP) y el club no va a realizar ningún tipo de valoración hasta que todo se aclare, pero el Valencia quiere tratar el asunto con la mayor naturalidad posible y el futbolista no será sancionado. Eso sí, tanto el presidente como la Dirección Deportiva tienen claro que el próximo curso no debe vestir la camiseta valencianista.
Lo cierto es que el VCF tiene complicado rescindir el contrato de Miguel por indisciplina, puesto que el Valencia ya lo intentó cuando tanto él como Manuel Fernandes acabaron en comisaría por una bronca de madrugada en el ´Café Cantante´ de Valencia. La afrenta de Miguel al escudo y a la afición es tal que moralmente se justifica por sí misma la salida del portugués, pero no es tarea fácil. Ahora, la principal preocupación que tienen tanto el presidente Manuel Llorente como Unai reside en sacarle el mayor rendimiento posible dentro del campo para traspasarle a final de curso al mejor precio posible. Miguel no deja de ser un activo del club, forma parte de la plantilla y va a seguir siendo uno más a pesar del incidente. Ni va a entrenarse al margen ni le van a multar, no hay ningún artículo en el régimen interno que lo especifique. Además, después de la primera investigación policial realizada tras la detención (fue sometido a varias pruebas digitales para ver si tenía alguna vinculación o no con el arma con la que se realizaron varios disparos) Miguel fue absuelto. A pesar de todas las informaciones que le han llegado a Manuel Llorente, el máximo mandatario de la entidad no se formará su opinión hasta saber a ciencia cierta lo sucedido, no quiere especular. Es un tema suficientemente delicado como para hablar por hablar, hay que tener mucho tacto y delicadeza con el asunto, sin lanzarse piedras sobre su tejado a pesar del sentir valencianista, que está harto de sus reiterados incidentes extradeportivos. Otra historia bien distinta es la legalidad. Cuando el jugador fue absuelto tras estar en las dependencias policiales, el Valencia respiró, pero no por ello deja de estar molesto porque su actitud no fue la más correcta. En los próximos días, una vez Miguel esté en Valencia, Llorente hablará con él para que no se repita.
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