La historia del Valencia CF es la de una deuda permanente. Nada nuevo bajo el sol. Les ocurre a la mayoría de los clubs de fútbol del planeta, desde el rimbombante Madrid del despilfarrador Florentino, que arrastra un pasivo de 327 millones, hasta el modesto equipo de pueblo que no le da ni para comprar camisetas.El VCF ha vivido siempre hipotecado, sobre todo a cuenta de las cíclicas remodelaciones de Mestalla. Este ha sido el eterno círculo vicioso de la entidad: ensanchar la grada para aumentar el aforo, sin que, a cambio, el incremento de público obtenido, fuera capaz de sufragar los costes generados por la ampliación. Así fue siempre.Obviamente, ahora que se ha metido en obras mayores —paradas— para construirse una casa nueva, el déficit se ha disparado hasta límites insostenibles. De manera que Llorente no han tenido más remedio que rebajar el presupuesto de la presente temporada, no sé si por convicción propia, o por el férreo marcaje al que le somete Bancaja. (José Luis Olivas parece Franz Beckenbauer: elegante en el montaje de una magna exposición de Sorolla, o expeditivo y sin contemplaciones en el seguimiento a Javier Gómez). Resulta lógico —y deseable— por tanto, que se intente cortar la sangría continua que suponen las cuentas anuales. Aunque ello implique reducir el potencial deportivo del equipo, hay que ir haciéndose a la idea de que este club no puede competir financieramente con Madrid y Barça, quienes, a su vez, tampoco van a poder sostener por mucho tiempo ese ritmo inflación. El fútbol no da para tanto como pretende Florentino. Un día, la burbuja estallará. Y ya sabemos de sobra las consecuencias que acarrean las explosiones de este tipo. El Valencias totaliza ahora 8 de los 15 puntos disputados en la Liga y un empate en Europa. Son números discretos para la lujosa pegada que posee el equipo, pero que cuesta mantener una millonada. Esos son los datos que hay que ponderar para que el club resulte manejable, aspirando a plazas europeas de primer o segundo rango y si los otros fallan, pegar el castañazo. Hay que pisar tierra, volver a los orígenes y recuperar la personalidad perdida.Mestalla reabre esta noche sus puertas para acoger el estreno de la Liga Europa, antigua UEFA y antes Copa de Ferias, una competición convertida en bastarda por puro interés mediático, pero que a la afición de Mestalla, como a otras, les ha deparado grandes noches de placer. Toca disfrutarlas.
hay que ser autocritico con uno mismo y el equipo y ver que pasa cada día.
AMUNT.
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