Nuno, peleemos por la Copa

HÉCTOR GÓMEZ. HOY Con la inercia que lleva el equipo, es muy posible soñar con disputar la finalísima. Y eso es un premio tan gordo que no se puede dejar de intentar...

VALENCIA. 

Después de lo que vivimos el pasado domingo en el templo de Mestalla alguno pensará que me he vuelto loco por pedir la Copa, pero voy a explicarme. Lo de exigirle al técnico del Valencia CF que se la juegue en la Copa no es ningún arrebato de euforia después de ganarle al líder de la Liga, el cansinísimo Real Madrid de las estrellas. Esta Copa se le puso al equipo valencianista muy de cara desde el día del sorteo.

El cuadro es propicio para poner toda la carne en el asador y volver a disputar una final después de siete años sin pisar una y los mismos sin levantar una Copa. Demasiados años para un club como el Valencia CF. Demasiados años para una afición como la valencianista. El público ha recuperado esta campaña la ilusión por volver a ver su equipo. Este curso, después de mucho tiempo es complicado conseguir entradas para ir al fútbol. Eso es que hay mucha gente que quiere ir. Por toda esa gente, y por la historia que tiene el club Nuno no puede permitirse un despiste como tuvo en el partido de vuelta ante el Rayo Vallecano. Esa noche estuvo muy cerca de irse al traste la gran opción de la temporada.

Y sí, yo entiendo que aquel partido ante el Rayo Vallecano no ilusionaba a casi nadie, igual que el de esta noche ante el Espanyol no es especialmente atractivo. Pero hay que ponerlo todo en esta eliminatoria. La Copa debe ser ahora un objetivo prioritario. Si se compite cono toca y con la inercia que lleva el equipo, es muy posible soñar con disputar la finalísima. Y eso es un premio tan gordo que no se puede dejar de intentar.
Recuerdo como si fuera ahora la primera final de la Copa que viví. Sí, como la de miles de valencianistas que pertenecen a mi generación, fue la final del agua en Madrid. La que palmamos en el segundo asalto, con una cantada de Zubizarreta, ahora que está de moda atizarle, que permitió que Alfredo Santaelena le diera el título a los gallegos. Los días previos fueron preciosos. Todo nervios. Todo ilusión porque nos jugábamos una Copa. Pasó lo mismo en la segunda. La de la Cartuja, la 'probe Miguel'. Esa tarde fui a la nueva Grada de la Mar de Mestalla. Lo vi en las pantallas gigantes que el club instaló en el estadio para los que no pudieron asistir a Sevilla. Me pasé los días de antes diciéndole a mi padre, con el que vi el partido, que no podíamos perder otra final. Y así fue. Fue la mágica noche del Piojo. La del golazo antológico de Mendieta. La de la despedida de Ranieri. La noche en la que Valencia volvió a gritar con rabia un título casi veinte años después. Esa noche viví un sueño. Por fin, mi equipo, mi Valencia CF, era campeón.

En 2008 la historia se repitió. En el peor año del club en décadas. Rozando el descenso en Liga y haciendo el ridículo espantoso en la mayoría de jornadas se ganó la Copa. En Madrid. En el Calderón. Ante el Getafe. Aquella noche madrileña otra vez el murciélago volvió a abrazar la Copa. La séptima de la historia blanquinegra. El gol de Morientes a falta de unos 8 minutos desató la alegría de una ciudad entera una vez más. Son recuerdos. Sólo recuerdos. Pero recuerdos que al buen valencianista le arrancan una gran sonrisa.

Supongo que leyendo todos estos recuerdos el partido de esta noche habrá pasado a ser más atractivo. Y lo será, porque para vivir otra vez noches mágicas en finales, primero hay que pasar por noches frías como las de hoy. Nuno vamos a por la Copa que este club y su gente empiezan a necesitarlo como el comer.

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