El despido de puestos remunerados, las indemnizaciones y la creación de nuevos cargos marcan el primer medio año de Salvo
J. M. BORT | VALENCIA
Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, presidentes del Valencia y su Fundacion, respectivamente, cumplen seis meses al frente de la la entidad de Mestalla con varios cambios relevantes en el organigama. Los dos principales gestores de la sociedad valencianista no sólo han dado una nueva identidad al gobierno del Valencia, con el cambio general de patronos y de consejeros lógico en todo cambio de época. Salvo ha creado algunos nuevos cargos pensados para rentabilizar la inversión a medio y a largo plazo. Y el Valencia ha tenido que costear, también, los despidos de algunas piezas del club que venían heredadadas de la etapa de Manuel Llorente, con la idea de amortizarlas a medio plazo.
La primera gran decisión del gobierno de Salvo fue la destitución del cuerpo médico, con Jordi Candel a la cabeza. También prescindió rápidamente de los servicios del responsable de las tiendas, Emilio Biosca, y de José Sánchez, director de recursos humanos. Ambos habían sido contratatados por Llorente.
El Valencia tuvo que pagar, a continuación, para costear el despido del entonces director de comunicación, Jordi Bruixola, que cobraría así su segunda indemnización de las arcas del Valencia. Ya había sido destituido, como jefe de prensa, en una etapa anterior. Bruixola, que se había convertido en el guardián de Llorente durante los últimos meses del expresidente, tenía un sueldo «excesivo», consideró Salvo. Y su figura, entendió, era absolutamente prescindible. Cobraba en torno a 140.000 euros anuales. El Valencia tuvo que pagarle el año que le quedaba de contrato.
Pero el despido más relevante de la era de Amadeo Salvo, hasta el momento, no es otro que el del director deportivo, Braulio Vázquez. Los malos resultados llevaron a Mestalla a dirigir su atención hacia el responsable de la planificación deportiva, un «fichaje» de Llorente en quien Salvo si que depositó su confianza al principio. Hasta que consideró que era el culpabe de la marcha del equipo „a mitad de tabla, con 16 puntos tras 12 jornadas„ el pasado 4 de noviembre. Braulio tenía un contrato blindado firmado por el anterior presidente, por lo que debería haber sido indemnizado con unos 760.000 euros. «Perdonó» 360.000 y se marchó del club con 400.000 euros en el bolsillo.
Junto a lo pagado a Bruixola, el club tuvo que realizar un desembolso inesperado de 540.000 euros. Eso sí, el cargo de Braulio ha quedado amortizado. En vez de nombrar a un nuevo director deportivo, el Valencia nombró a su director de la escuela, el exfutbolista Rufete, como «manager» general del club. Un puesto que asume todas las funciones relacionadas con la planificación deportiva, tanto de la cantera como del primer equipo.
Salvo alardeó, en una entrevista reciente con Levante-EMV, de que toda la nueva estructura del club era más de lo que cobraba Manuel Llorente, uno de los asuntos más criticados de la gestión anterior. El expresidente percibía 360.000 euros anuales.
La primera gran decisión del gobierno de Salvo fue la destitución del cuerpo médico, con Jordi Candel a la cabeza. También prescindió rápidamente de los servicios del responsable de las tiendas, Emilio Biosca, y de José Sánchez, director de recursos humanos. Ambos habían sido contratatados por Llorente.
El Valencia tuvo que pagar, a continuación, para costear el despido del entonces director de comunicación, Jordi Bruixola, que cobraría así su segunda indemnización de las arcas del Valencia. Ya había sido destituido, como jefe de prensa, en una etapa anterior. Bruixola, que se había convertido en el guardián de Llorente durante los últimos meses del expresidente, tenía un sueldo «excesivo», consideró Salvo. Y su figura, entendió, era absolutamente prescindible. Cobraba en torno a 140.000 euros anuales. El Valencia tuvo que pagarle el año que le quedaba de contrato.
Pero el despido más relevante de la era de Amadeo Salvo, hasta el momento, no es otro que el del director deportivo, Braulio Vázquez. Los malos resultados llevaron a Mestalla a dirigir su atención hacia el responsable de la planificación deportiva, un «fichaje» de Llorente en quien Salvo si que depositó su confianza al principio. Hasta que consideró que era el culpabe de la marcha del equipo „a mitad de tabla, con 16 puntos tras 12 jornadas„ el pasado 4 de noviembre. Braulio tenía un contrato blindado firmado por el anterior presidente, por lo que debería haber sido indemnizado con unos 760.000 euros. «Perdonó» 360.000 y se marchó del club con 400.000 euros en el bolsillo.
Junto a lo pagado a Bruixola, el club tuvo que realizar un desembolso inesperado de 540.000 euros. Eso sí, el cargo de Braulio ha quedado amortizado. En vez de nombrar a un nuevo director deportivo, el Valencia nombró a su director de la escuela, el exfutbolista Rufete, como «manager» general del club. Un puesto que asume todas las funciones relacionadas con la planificación deportiva, tanto de la cantera como del primer equipo.
Salvo alardeó, en una entrevista reciente con Levante-EMV, de que toda la nueva estructura del club era más de lo que cobraba Manuel Llorente, uno de los asuntos más criticados de la gestión anterior. El expresidente percibía 360.000 euros anuales.
Más gastos de personal
Ahorros de nóminas al margen, el Valencia ha aumentado por otra parte sus gastos de personal con la llegada de otros altos cargos. El de director general, por ejemplo, una función nueva que rescató Salvo „Javier Gómez llegó a desempeñar esa función en la era anterior, antes de ser vicepresidente„. El elegido, Luis Cervera „un hombre de máxima confianza curtido en labores de gestión deportiva en el Ayuntamiento de Valencia„, percibe una nómina de 150.000 euros, menos de la mitad de lo que cobraron Javier y Fernando Gómez „también como vicepresidente„ de la mano de Llorente. La gran apuesta, sin embargo, ha sido la del portugués Louis Dowens. El luso aterrizó en el club como director de marketing, área que que quedó libre tras el despido de Bruixola, ya que Damià Vidagany recuperó su función de director de comunicación. Dowens es la pieza de unión del Valencia con el mercado internacional. Salvo lo contrató para sacar partido a su experiencia y sus contactos en el extranjero. A cambio, eso sí, del sueldo más alto. Cobra 300.00 euros brutos.
Ahorros de nóminas al margen, el Valencia ha aumentado por otra parte sus gastos de personal con la llegada de otros altos cargos. El de director general, por ejemplo, una función nueva que rescató Salvo „Javier Gómez llegó a desempeñar esa función en la era anterior, antes de ser vicepresidente„. El elegido, Luis Cervera „un hombre de máxima confianza curtido en labores de gestión deportiva en el Ayuntamiento de Valencia„, percibe una nómina de 150.000 euros, menos de la mitad de lo que cobraron Javier y Fernando Gómez „también como vicepresidente„ de la mano de Llorente. La gran apuesta, sin embargo, ha sido la del portugués Louis Dowens. El luso aterrizó en el club como director de marketing, área que que quedó libre tras el despido de Bruixola, ya que Damià Vidagany recuperó su función de director de comunicación. Dowens es la pieza de unión del Valencia con el mercado internacional. Salvo lo contrató para sacar partido a su experiencia y sus contactos en el extranjero. A cambio, eso sí, del sueldo más alto. Cobra 300.00 euros brutos.
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