Salvo ha fijado en su presupuesto dos cifras de riesgo: 10,9 millones en ingresos por competiciones y 16,7 por publicidad
JUAN CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
JUAN CARLOS VALLDECABRES | VALENCIA..-
Ya puede encontrar Djukic todas las teclas y llegar a los cuartos de final de la Europa League, que es lo que se ha presupuestado, y Louis Vicente Dowens ganarse la fama que trae descubriendo algún filón, porque el Valencia se puede encontrar en junio del año que viene, cuando tenga que cerrar el balance de este primer año de mandato pilotado por Salvo, con un descuadre en sus cuentas.
Los 90,1 millones de ingresos que considera la directiva que va a recaudar podrían verse reducidos de manera considerable, llegando incluso a situarse en cifras que recuerdan las exitosas épocas de Jaime Ortí, las primeras de Juan Soler o la que heredó un optimista Vicente Soriano. Manuel Llorente superó en cada ejercicio el centenar de millones de euros, pero también contó con una cuestión importante: la participación del equipo, salvo un año, en Champions, y eso ayuda.
Esta vuelta al pasado cruel, como se puede apreciar en el gráfico inferior, recoge el camino por el que ha transitado el Valencia en la última docena de años con sus diferentes presidentes (la presencia de Agustín Morera y Javier Gómez fue más testimonial que otra cosa). Hubo mucho dinero invertido y no tantas recompensas deportivas. Este año, Djukic ha seguido el discurso de Salvo y ha apostado por llegar a cotas altas. La última apuesta fue decantarse tanto presidente como entrenador por traer un título a Valencia, incluso anteponiéndolo a coger plaza para la Champions.
Desde luego, si se tiene en cuenta el gasto dedicado a personal (jugadores y empleados), hay que retroceder diez años en el tiempo para encontrar un desembolso menor: los 41,27 millones de Jaime Ortí. El ritmo ha ido decreciendo de manera considerable y nada tiene que ver con el último ejercicio de Soler, cuya plantilla valía 89,3 millones. La deuda pesa y cuando se alcanzaron aquellos 550 millones de euros (30 junio de 2009), no hubo otro remedio que pensar en poner remiendos antes que en cambiarse de traje. La inversión blanquinegra ha ido de más a menos y por el camino se ha ido perdiendo potencial deportivo.
Está claro que corren otros tiempos en el Valencia, volcado por runa parte en desatascar el problemón de la Fundación con el aval y, por otra, en la llegada de inversores para empujar de una vez por todas el nuevo estadio de Mestalla. Salvo se ha encontrado también con la vigilanciade la Liga de Fútbol Profesional, que exige un rigor ajustado a las posibilidades reales.
Va a llevar el presidente valencianista a la junta de diciembre unos números que no se desvían del informe financiero que hace tres meses redactó KPMG en la due diligence y que ha contado, teóricamente, con el visto bueno del patronato de la Fundación.
El capítulo de ingresos, mermado por la ausencia de la Champions, es el más bajo en cinco años. Lejos quedan los ejercicios en que Llorente pasó del centenar de millones. También lo consiguió Soler dos veces, aunque maquillando los balances con la famosa parcela de Mestalla y Porchinos.
Sorprenden las previsiones que este consejo de administración ha hecho en los apartados de ingresos por competiciones y también en el de comercialización y publicidad. En el primero, en el dinero que tiene que llegar por jugar la Europa League, el tiro de la directiva ha sido prudente, por así decirlo. Con 10,9 millones de cifra a ingresar, el listón para el equipo de Djukic son los cuartos de final, como mínimo.
Cada triunfo, como el de ayer, supone la entrada de 200.000 euros en caja. En total, la UEFA premia al campeón de esta competición con un máximo de 9,9 millones de euros, cifra lejana a la que se llevará el ganador de la Champions (37,4, más el pellizco por la cuota de mercado). El paso dado en Suiza prácticamente asegura la primera plaza del grupo, lo que viene a significar otros 400.000 euros más de recompensa. En dieciseisavos, donde ya está el Valencia, hay 200.000 euros adicionales, si se pasa a octavos 350.000 y en cuartos 450.000. Aunque con lo que da la UEFA no se llegaría a la cifra estipulada por el consejo, hay otros ingresos accesorios (patrocinadores, por ejemplo) que sí se tienen en cuenta.
Eso es lo que tiene por delante Djukic. Dowens, por su parte, lo va a tener también cuesta arriba. Una cosa es que acompañe a Salvo por Asia buscando inversores y otra bien diferente que sea capaz de enganchar nuevas fuentes de ingresos, que es para lo que ha sido fichado.
El presupuesto por comercialización y publicidad se ha establecido en 16,7 millones de euros, apunte que choca frontalmente con varios matices que no ayudan en nada: la crisis y la deficiente marcha deportiva. El ejercicio 2012-13 se cerró en este sentido con 14,9 millones, un descenso notable de los 16,4 que se obtuvieron el año anterior. Es decir, la tendencia es a reducirse. Por lo tanto, arriesga también Salvo en esta parcela, sin duda una de las que más importancia ha dado.
Repasando los datos del gráfico de pie de página, donde sí se observa una progresión de Salvo es en los gastos de explotación, destinados entre otras cosas a servicios exteriores, desplazamientos, suministros y derechos de imagen. Con 21,9 millones de euros, supera todas las comparativas con el resto de presidentes, y sólo el último año de Juan Soler está por encima con 22,13 millones de euros.
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