MESTALLIDOS
En nuestro querido país vivimos instalados en un ‘sopapo’ permanente desde que el ladrillo se disolvió como lo hace un terrón de azúcar al caer en un café con leche. El recorte ha pasado de ser una suerte taurina a convertirse en palabra maldita que ha terminado por saquear el bolsillo del ciudadano hasta extremos poco imaginables hace unos años, y recibir el aviso de una rebaja salarial dejó de suponer disgusto para convertirse en alivio por tratarse del mal menor: “Me bajan el sueldo, eso es que no me despiden…”.
Inmune a estas verdades vive hasta ahora el Planeta Fútbol flotando luminoso y brillante en esta ciénaga que es la vida real. Aunque el zarpazo de la crisis sí ha afectado a clubes y a muchos jugadores ‘serie B’, las estrellas de los grandes equipos siguen viviendo en una burbuja que nada tiene que ver con la calle, despertando así la veneración de algunos, la admiración de muchos y la envidia de casi todos.
Raro es que el entrenador o jugador que sale tarifando de un club importante perdone cuatro o cinco euros a la hora de liquidar tras un fracaso deportivo pero más raro, por no decir inverosímil, es que acepte un hachazo significativo en su nómina.
El caso de Pablo Piatti, a falta de conocer todos los datos –estas cosas suelen tener ‘gato encerrado’-, se antoja comoun soplo de verdad en un microclima irreal.
Sí, parece que Piatti, que estaba virtualmente apartado del equipo por no haber aceptado las ofertas que por él llegaron, vuelve a primera línea de fuego tras negociar una rebaja importante del ‘fijo’ de su contrato. Amadeo Salvo le propuso que aceptase como fijo lo que estaba dispuesto a percibir en el Getafe y el resto, hasta llegar al fijo que figura en su contrato con el VCF, podría llegar a ingresarlo en función de una serie de variables. Algo tan sorprendente como plausible.
Tengo que confesar que, al conocer el asunto, me pareció una ensoñación del nuevo presidente y que la negativa del futbolista caería sobre Salvo para darle la bienvenida a la verdad del fútbol. Pero Piatti apuesta por sí mismo y por su futuro en el Valencia entrando al juego, creando un precedente interesante y dando un gran paso adelante. Para que luego digan que los bajitos no podemos dar grandes pasos.
Muchos pensarán que de ahí a convertirlo en delantero titular en un partido importante va un abismo, y que lo que tiene que hacer ahora el ‘Duende’ es empezar a devolver con fútbol la generosidad de quien lo contrató... pero ese es otro cantar.
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