La Fundación quiere paliar la inminente venta de jugadores para cuadrar las cuentas a base de apostar por más futbolistas de la casa
M. RODRÍGUEZ/A. BADILLO | VALENCIA..-
Dos posibles escenarios. Una moneda que gira sobre su propio eje mientras avanza hacia el suelo. Y cuando se escuche el tintineo no habrá vuelta atrás. Desde hace años, el equipo de Manuel Llorente ha buscado sin éxito una solución al caos económico del Valencia. Ahora llega el turno de la Fundación, que cuenta con mucho menos margen. Bankia empieza a impacientarse y, en lo deportivo, el equipo vive cada día más al filo de la navaja. Al equipo de Aurelio Martínez y Amadeo Salvo sólo les quedarán dos caminos: aceptar la venta de la entidad o aplicar con éxito la fórmula de la austeridad.
Ambos, y el resto del equipo integrado en el patronato, intentan negar la primera vía. Las experiencias en España, personalizadas en el Racing y el Málaga, no invitan a ser optimistas si el Valencia acaba en manos de un inversor extranjero. Muchos de ellos son los denominados fondos buitre, gente que, como admitió el presidentede la Fundación la semana pasada, aspiran a obtener diez euros por cada uno que expongan.
La gran apuesta del patronato es la idea de potenciar la cantera. Hacer bueno el modelo del Dortmund, ese que según Klopp en Alemania se lleva aplicando desde hace doce años. Sin duda, antes de cualquier trabajo para formar futbolistas de la casa, hay que entenderse con Bankia. Conseguir la refinanciación de los dos créditos, el de la Fundación y el del club, probablemente con el hándicap de no tener el aval por parte de la Generalitat.
Luego llegará el momento de hacer una apuesta que, según demuestra la historia de este club casi centenario, ha dado buenos resultados. En los momentos más gloriosos se ha contado con futbolistas de la cantera, pero sobre todo con jugadores valencianos, que han tenido un peso específico en el equipo.
Desde la delantera eléctrica, pasando por el Valencia de Kempes y el que jugó las finales de Champions, hasta el equipo campeón de Benítez. En todos ellos han tenido cabida futbolistas criados en la ribera del Turia. Hasta los menos doctos en la historia blanquinegra recitan casi de memoria nombres como Puchades, Roberto Gil, Claramunt, o los más contemporáneos Voro, Nando, Fernando, Tendillo... hasta llegar a los Albelda o Guaita. Hombres por los que el club apenas ha tenido que realizar desembolso alguno, sobre todo si este se compara con el rendimiento que han ofrecido.
Por eso la nueva dirección del club va a emprender un proyecto que, en cierto modo, ya se iba a aplicar la próxima temporada. Sobre todo si el equipo no se clasifica para la Champions. En ese caso habrá que vender más aún hasta cuadrar un agujero de 40 millones en el próximo presupuesto. Habrá que vender, por ejemplo, a los Rami, Feghouli, Tino Costa y un portero, con los que en el mejor de los casos se cuadrarían las cuentas. Pero luego el equipo necesitaría jugadores para afrontar la temporada, y no hay dinero para pagar demasiados traspasos.
Alcácer y Míchel
Este verano entrarán en juego los Paco Alcácer -que regresa de su cesión en Getafe-, Míchel Herrero -se pagará al Levante su cláusula de repesca- o Carlos Delgado... e incluso Carles Gil, que está realizando un año notable en Elche. Todos ellos productos de la factoría de Paterna, a la que el plan de Amadeo Salvo pretende convertir en el principal vivero del primer equipo.
No hay que descartar jugadores de otros lugares -están los ejemplos recientes de los Silva, Mata o Jordi Alba- que han dado rendimiento económico y deportivo. Pero la historia es sabia y demuestra que la columna vertebral de los mejores 'Valencias' ha estado integrada por valencianos. Y estos, como ocurrió tras el descenso, han de solventar esta crisis.
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