J. C. V. | VALENCIA..-
Manuel Llorente cambió ayer el palco de Mestalla y el traje por el salón de casa y un vestuario más cómodo. Pero, lo que no varió fue el sufrimiento con el que sigue los partidos del Valencia. El ya expresidente quiso afrontar con la familia ese día siempre complicado que supone el cambio de una rutina que le ha llevado, en diferentes cargos en entidad, casi dos décadas.
Llorente consideró que, tras anunciar el pasado viernes que dimitía de su cargo en la presidencia, acudir a Mestalla hubiera supuesto una expectación mediática que hubiera distorsionado lo verdaderamente importante, que no era otra cosa que el partido que enfrentó al conjunto valencianista con el Valladolid.
Pero, aunque no podía presidir como es lógico una comida de directivas, Llorente decidió pasar ese día de transición con el presidente del Valladolid, Carlos Suárez, con el que le une una buena amistad. A la comida, celebrada en su casa, se sumó Fernando Giner, presidente en funciones del Valencia, con lo que el ágape se convirtió en una cita oficiosa de directivas.
Un encuentro que fue especial, privado y no oficial. Y distendido, según comentó el propio Giner con respecto al estado de ánimo de Llorente nada más llegar ayer por la tarde al coliseo de la avenida de Suecia, desvelando que el expresidente ha encontrado la tranquilidad.
Llorente tampoco acudió ayer por la mañana a su habitual asiento en la Fonteta para presenciar el partido que enfrentó al Valencia Basket con el Real Madrid. Optó por esquivar los focos hasta mañana, cuando acudirá a la sede del club para seguir con la transición que deje la entidad en manos de un nuevo presidente.
Los que conocen al que ha sido presidente del Valencia desde verano de 2009 coinciden en que la decisión de renunciar a la presidencia ha sido como una liberación. La presión acumulada en los últimos meses estaba comenzando a hacer mella en Manuel Llorente, una persona acostumbrada a cargar con una mochila llena responsabilidad.
La última aparición pública del ya expresidente fue el sábado por la tarde en Paterna. Llorente acudió a la ciudad deportiva para ver al Mestalla, aunque ya evitó sentarse en el palco. Luego estuvo reunido con la plantilladel primer equipo para agradecer a los jugadores su profesionalidad y recordarles la importancia de que el Valencia acabe la temporada en puestos de Champions.
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