J. V. Aleixandre
La noche en la que estaba previsto que el mundo saltara por los aires, no solo la Tierra siguió dando vueltas, impertérrita a tanta rumurología propia de desfaenados, sino que además se obraron pequeños prodigios en el microcosmos de Mestalla, en cuyo horizonte se detectaron leves señales de esperanza. Por ejemplo, Andrés Guardado, que como extremo zurdo había dado escasas señales de vida, se está afianzando como un lateral de largo recorrido. El costado de babor es suyo y si sigue así, asimilando los conceptos defensivos que todavía no domina, lleva camino de convertirse en una segunda edición de Jordi Alba. Ya tiene Llorente materia prima para poner en el próximo mercado de verano, si es que llega a ramos de bendecir. Porque de Pascuas a Ramos, le queda un largo, duro y empinado trecho que recorrer, tal como quedó demostrado la otra noche, cuando acabado el partido con una victoria sedante, todavía una parte minoritaria del campo le recordó del mal que ha de morir „como presidente„: el rechazo de la grada. Mestalla, Manolo, no es La Fonteta. Puede perdonar, pero nunca olvida.
Por ejemplo, un día ya lejano, indultó a David Albelda y la otra noche se quitó el sombrero ante él, que se había erigido en el pal de paller del Valencia. A su alrededor se arremolinó su equipo y se contagió de su carácter para no darle respiro al Getafe, un equipo muy juguetón y que buscaba las pulgas. Además, al capitán aún le sobraron arrestos para llamar al orden a Joao Pereira, el pendenciero de la noche que estuvo en un tris de ser expulsado por un pleito absurdo con el árbitro. Las grescas innecesarias siguen estando a la orden del día en este Valencia.
Otro fenómeno prodigioso acaeció exactamente en el minuto 37: Piati „repito, Piati„ maniobró con limpieza y sacó un excelente centro de delante atrás y de fuera adentro. Impecable. Jonas y Feghouli, que acudían libres a un remate franco; pero se estorbaron y acabaron chocando entre ellos. Ya es mala pata, la del extremo argentino. Hasta sus compañeros se confabulan en su contra y le desbaratan los pases de gol.
En fin, que pase rauda la Navidad, que es un acontecimiento muy coyuntural „y sin fútbol„ y venga pronto el año nuevo, a ver si llega cargado de prosperidad para el Valencia. Fabra y Goirigolzarri lo agradecerán.
Por ejemplo, un día ya lejano, indultó a David Albelda y la otra noche se quitó el sombrero ante él, que se había erigido en el pal de paller del Valencia. A su alrededor se arremolinó su equipo y se contagió de su carácter para no darle respiro al Getafe, un equipo muy juguetón y que buscaba las pulgas. Además, al capitán aún le sobraron arrestos para llamar al orden a Joao Pereira, el pendenciero de la noche que estuvo en un tris de ser expulsado por un pleito absurdo con el árbitro. Las grescas innecesarias siguen estando a la orden del día en este Valencia.
Otro fenómeno prodigioso acaeció exactamente en el minuto 37: Piati „repito, Piati„ maniobró con limpieza y sacó un excelente centro de delante atrás y de fuera adentro. Impecable. Jonas y Feghouli, que acudían libres a un remate franco; pero se estorbaron y acabaron chocando entre ellos. Ya es mala pata, la del extremo argentino. Hasta sus compañeros se confabulan en su contra y le desbaratan los pases de gol.
En fin, que pase rauda la Navidad, que es un acontecimiento muy coyuntural „y sin fútbol„ y venga pronto el año nuevo, a ver si llega cargado de prosperidad para el Valencia. Fabra y Goirigolzarri lo agradecerán.
http://www.levante-emv.com/deportes/2012/12/23/llorente-jordi-alba-mercado/961954.html
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