La derrota contra el Deportivo aún escuece y mucho en el vestuario blanquinegro. Ayer, por segundo día consecutivo, el cuerpo técnico y la plantilla hicieron terapia de grupo para evitar que se repita lo sucedido el pasado miércoles en Mestalla. Emery quiso ayer hacer un repaso a los errores más llamativos cometidos por el equipo ante el Deportivo, también contra el Espanyol. Un día antes, en la sesión matinal del jueves, Emery cedió la palabra a los jugadores para que estos dieran su lectura de por qué el Deportivo les había tocado la carita en la cita copera.
Entre los argumentos aportados por los futbolistas del Valencia (todo sea dicho, no hablaron ni la mitad de los presentes), los de Lotina —también durante fases del partido los de Pochettino y en su día los de Pellegrini— les maniataron en la salida con el balón controlado y al equipo le costó hacer su fútbol. También confesó más de un jugador que físicamente se había sentido superado por los rivales. Ningún futbolista apuntó ni al al planteamiento ni tampoco a las rotaciones hechas por Emery en los últimos partidos, algo que sí hace más de un consejero del club.
Los dirigentes blanquinegros, incluyendo a alguno con peso, no comparten parte de las decisiones que tomó Emery en el once contra el Deportivo, y así se lo han transmitido. El técnico, todo sea dicho, tras ver repetido el encuentro en varias ocasiones, es también consciente que la apuesta no le salió ni mucho menos como esperaba y ha tomado nota de aspectos que difícilmente volverá a repetir, como apostar de inicio por jugar con dos delanteros en paralelo como Zigic y Villa. Eso sí, Emery, como el resto del cuerpo técnico, consideran que las rotaciones son básicas para llegar a final de temporada con garantías de mantener la posición de Liga de Campeones que ocupa desde hace varias semanas.
Cuerpo técnico y jugadores, también dirigentes, consideran que tras el varapalo del Deportivo es momento de hacer autocrítica, más teniendo en cuenta que hay un partido de vuelta para obrar el milagro de la remontada en Riazor. De hecho, otro de los mensajes que se lanzan desde el vestuario blanquinegro es que se puede dar la vuelta al marcador. Eso sí, la mente ahora debe estar puesta únicamente en el partido contra el Xerez. En el club, aunque la derrota ante el Deportivo ha escocido porque la Copa del Rey hace ilusión —y también caja—, nadie pierde la perspectiva de que el objetivo básico y fundamental es jugar la próxima edición de la Liga de Campeones, siendo la próxima una semana más importante de lo que parece, dado que el domingo 17 hay un duelo contra el Villarreal, partido del que puede salir un nuevo rival directo y descartar a uno que parecía iba a serlo.
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