Un gol de Zigic da la victoria al Valencia en El Sardinero tres minutos después de salir al césped en sustitución de Villa, que se retira lesionado - El equipo de Emery recupera su espíritu práctico y saca renta a la intensidad defensiva
El Valencia recuperó ayer su visión práctica del fútbol para sumar tres puntos de oro, valiosísimos en la búsqueda de la estabilidad. Como en los viejos tiempos, le bastó con aprovechar una de sus pocas ocasiones y tapar agujeros en defensa para salir vencedor. Esta vez el cazador no fue Villa, que se retiró lesionado, si no Zigic, un futbolista que va camino de firmar un récord en rentabilizar los minutos jugados. El gol del serbio recompensó el trabajo defensivo del Valencia que, pese a sufrir casi un calvario para evitar el empate, sirvió para reajustar la linea más debilitada del equipo. Emery dinamitó la alineación en dos frentes: la portería, con la esperada entrada de César por Moyà, y la línea ofensiva, donde apostó por Miku para acompañar a Villa en detrimento de Silva. La otra novedad fue el regreso de Joaquín a la banda derecha. Tres golpes de efecto que no ofrecieron el cambio global esperado en la actuación del equipo en el primer tiempo, en el que el grupo de Emery estuvo por debajo del Racing en casi todos los conceptos. Tácticamente, el conjunto cántabro fue superior al Valencia en esta fase, con sus tres lanzaderas -Munitis, Óscar Serrano y Tchité- dando problemas permanentes. David Navarro y Dealbert terminaron pasando apuros serios con el paso de los minutos. César salvó un remate de Munitis y Serrano, una pesadilla para Bruno, dio brillo al poste con un lanzamiento cruzado en las dos ocasiones locales más claras. Como el Guadiana, el juego del Valencia fue muy intermitente. La superioridad de Banega en los primeros minutos, bien acompañado por Marchena a la hora de recuperar la pelota, se fue diluyendo ante el empuje del Racing, un equipo que centra su poderío ofensivo en poner el turbo cuando pasa de la línea del medio campo. Todo lo contrario que el Valencia, que no iba para adelante ni para atrás. Con Miku perdido entre líneas y bien atado Mata en la izquierda por Pinillos, Villa adquirió casi toda la atención. El Guaje disfrutó de las dos mejores opciones del Valencia antes del descanso: en la primera, lanzó fuera tras revolverse en el punto de penalti; en la segunda, Toño le adivinó el remate tras un servicio de Joaquín, su único aliado ayer para acompañarle en el área. Más méritos sumó el Racing en ataque, pero esta vez el Valencia encontró la sincronía entre líneas que tanto se ha echado de menos. También el acierto en la portería, donde César sacó sus galones. Hoy por hoy, tiene más trazas de portero titular que Moyà. El susto y el golEmery reculó tras el descanso con el relevo de Silva por Miku, buscando una mayor conexión con Villa, la fórmula que tantos y tantos partidos ha encumbrado al Valencia sobre sus rivales. A la primera ocasión que disfrutó El Guaje en el segundo periodo, sin embargo, no llegó el gol, sino un mal gesto que terminó en lesión muscular. Dolorido sobre el césped, Villa pidió el cambio inmediatamente.Un murmullo recorrió la grada del Sardinero con la salida al campo de Zigic, acostumbrada hasta hace poco a celebrar los goles del gigantón serbio. Un extraño caso el suyo, pues en Mestalla nunca se ha parado de debatir su utilidad. Tres minutos tardó esta vez en marcar. Quién sabe si le traicionó la mente a su ex compañero Pinillos, que le dejó la pelota en bandeja en el carril del 9. Con mucha calma, Zigic burló a Toño y marcó un gol que no celebró.La media hora final resultó muy sufrida para el Valencia, que se defendió con más intensidad que acierto. Dealbert, en la retaguardia, y César, en la portería, lideraron la resistencia del Valencia, al que esta vez no le pasó factura la marcha de Banega para satisfacción de Unai Emery.
No hay comentarios:
Publicar un comentario