ALBERTO SANTAMARÍA. HOY La sensación de equipo de segundo escalón ha desaparecido. Y esto tiene todavía más mérito cuando los futbolistas de Nuno son cuartos y no tienen asegurada la Champions...
VALENCIA.
Chistes, bromas... cuántos vaciles surgieron a raíz de la publicación del famoso libro de Unai Emery ‘Mentalidad ganadora'. ¡Cómo se nos agudiza el ingenio a los españoles la hora de echarnos unas risas!. El carácter mediterráneo, supongo. Allá por el mes de marzo de 2012, el entonces entrenador del Valencia defendió ante los medios de comunicación una obra en la que él mismo definía así su método de trabajo después de encadenar tres temporadas en las que su equipo, a la hora de la verdad y en los partidos importantes, nunca daba la cara. Nunca. Ni aunque fuera por error. En los momentos clave, los hombres de 
Unai siempre se empequeñecían. Pese a ello, el de Hondarribia le echó un par de narices para definir su forma de pensar como "esa mentalidad necesaria, en estos momentos difíciles, no sólo para el fútbol sino también para la sociedad. No sólo hace falta imaginación sino también la mentalidad de superar los obstáculos". Y no contento con ello, ni corto ni perezoso continuó aseverando: "la mentalidad es algo que va en el pensamiento, en la actitud, no en la consecuencia y eso creo que lo hemos establecido en un porcentaje muy alto en el Valencia. El equipo siempre quiere ganar, aunque la consecuencia no es que siempre gane". Repito, en los encuentros decisivos, nunca. Como pueden comprobar, él mismo quedó retratado. Ni encadenando tres terceros puestos de manera consecutiva se ganó nunca el favor de la afición ni el reconocimiento de Mestalla. Todo queda dicho.
Unai siempre se empequeñecían. Pese a ello, el de Hondarribia le echó un par de narices para definir su forma de pensar como "esa mentalidad necesaria, en estos momentos difíciles, no sólo para el fútbol sino también para la sociedad. No sólo hace falta imaginación sino también la mentalidad de superar los obstáculos". Y no contento con ello, ni corto ni perezoso continuó aseverando: "la mentalidad es algo que va en el pensamiento, en la actitud, no en la consecuencia y eso creo que lo hemos establecido en un porcentaje muy alto en el Valencia. El equipo siempre quiere ganar, aunque la consecuencia no es que siempre gane". Repito, en los encuentros decisivos, nunca. Como pueden comprobar, él mismo quedó retratado. Ni encadenando tres terceros puestos de manera consecutiva se ganó nunca el favor de la afición ni el reconocimiento de Mestalla. Todo queda dicho.
Sin embargo, esta temporada es diferente. La sensación de equipo de segundo escalón ha desaparecido. Y esto tiene todavía más mérito cuando los futbolistas de Nuno son cuartos y no tienen asegurada la Champions a falta de seis jornadas para la conclusión del campeonato. No obstante, el Valencia compite. Domingo tras domingo, sea cual sea su rival. A excepción de la visita a Riazor y del descalabro copero en Cornellà, este Valencia no sabe qué significa bajar los brazos. Esta expresión no forma parte de su diccionario. La plantilla, no da un balón por perdido. O como reconocía el propio Shkodran Mustafi tras caer derrotado frente al Barça: "Nosotros no bajamos la cabeza, nunca. Creo que es muy importante, y este es nuestro carácter. No somos un equipo que cuando nos hacen un gol termina el partido, somos un equipo que queremos siempre ganar". Ésta sí es la verdadera mentalidad ganadora. La que convierte a un buen conjunto, en un combinado capaz de aspirar a los títulos. Pero para esto se necesita tiempo, y algún que otro retoque en la plantilla. Pero la base ya existe. Y todo en apenas nueve meses, el periodo que comprende desde la llegada de Nuno al banquillo che, y por supuesto, el aterrizaje de Peter Lim en nuestra ciudad.
Con el magnate de Singapur al frente, la entidad no crece únicamente sobre el césped. También lo hace fuera de él. La mentalidad ganadora se ve reflejada también en la vertiente social. En ella, los gestos que están protagonizando los mandatarios semana tras semana, acercándose a la hinchada, son dignos de admiración. Escuchar hace justo siete días a Lay Hoon hablando en valenciano puede parecer -para los más puristas- un acto populista y facilón. A mí, sin embargo, me parece todo lo contrario. Que la presidenta de la entidad haga el esfuerzo de dirigirse a los suyos en el idioma local demuestra que su implicación con la sociedad valenciana es total y absoluta. Y no solo por emplear el valenciano en su alocución, sino por su mensaje: 'El València ha de ser gran al camp i el València ha de ser gran també amb el cor'. Un mensaje que, desde su investidora, viene aplicando la señora Hoon y que, por si alguien dudaba, no se queda únicamente en palabras.
Valga como ejemplo la figura del propietario. A Lim se le ilumina la cara cuando tiene niños
cerca. Una aseveración que volvió a quedar de manifiesto en la previa del duelo en el Camp Nou. Durante la mañana del sábado, el dueño del club visitó a los peñistas de 'Lo Rat Penat' y disfrutó con el cariño de todos los presentes. En especial, como les cuento, de los más pequeños. A un multimillonario como él, no le duelen prendas a la hora de saltarse el protocolo y acercarse a su afición vestido de sport como si fuese uno más. Pero al margen de ello, me gustaría destacar aquello que realiza alejado de las cámaras. Lim aprovechó el fin de semana para visitar a Pepe Carrete.Siempre bien asesorado, el asiático se presentó en la habitación del hospital dónde se encuentra ingresado el histórico lateral derecho para enviarle toda la fuerza y todo el ánimo del mundo. El que, para muchos, continúa siendo 'el chino' cuida hasta el más mínimo detalle. Porque su proyecto no se limita a lo que sucede sobre el césped. Él quiere vencer dentro y también fuera de los terrenos de juego. Esta es su verdadera mentalidad ganadora. La mentalidad del nuevo Valencia Club de Fútbol.
cerca. Una aseveración que volvió a quedar de manifiesto en la previa del duelo en el Camp Nou. Durante la mañana del sábado, el dueño del club visitó a los peñistas de 'Lo Rat Penat' y disfrutó con el cariño de todos los presentes. En especial, como les cuento, de los más pequeños. A un multimillonario como él, no le duelen prendas a la hora de saltarse el protocolo y acercarse a su afición vestido de sport como si fuese uno más. Pero al margen de ello, me gustaría destacar aquello que realiza alejado de las cámaras. Lim aprovechó el fin de semana para visitar a Pepe Carrete.Siempre bien asesorado, el asiático se presentó en la habitación del hospital dónde se encuentra ingresado el histórico lateral derecho para enviarle toda la fuerza y todo el ánimo del mundo. El que, para muchos, continúa siendo 'el chino' cuida hasta el más mínimo detalle. Porque su proyecto no se limita a lo que sucede sobre el césped. Él quiere vencer dentro y también fuera de los terrenos de juego. Esta es su verdadera mentalidad ganadora. La mentalidad del nuevo Valencia Club de Fútbol.
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