Mientras uno persigue promesas y cesiones a bajo coste el otro busca fichajes millonarios, y ambos negocian en nombre del club
Rufete y Mendes se mueven en paralelo a la espera de Lim llegue a un acuerdo con Bankia
Valencia.
¿Cómo es posible que a la vez que se sabe que el Valencia contacta con Juanfran, del Betis, o con Aleix Vidal, del Almería, con operaciones que rondan el millón de euros, el mismo equipo esté intentando fichar a Chicharito, Lukaku o Garay por cantidades cercanas a los 30 millones? ¿O por qué Rufete, el Manager General Deportivo, habla con Kouyaté para ficharlo pero no sabe nada del estado de las negociaciones por Enzo Pérez cuando desde Portugal se da por cerrado su incorporación al Valencia? Fácil respuesta. Eso es porque hay dos Valencias fichando a la vez, dos direcciones deportivas que trabajan en paralelo, la de Rufete y la de Jorge Mendes, el 'superagente' portugués.
Por un lado está el Valencia 'low-cost', el Valencia actual, el que tiene que mirar cada euro que gasta y que tiene que cuadrar entradas con salidas. Igual que viajar en clase turistas y mirando el euro hasta para el más mínimo detalle. El Valencia de los jugadores cedidos y de los Juanfran, Aleix Vidal, De Paul y Otamendi, un central de 15 millones que deberá pagarse con la venta varios futbolistas. Un club que tuvo que recurrir a préstamos de fondos de inversión para pagar el traspaso de Pabón. Una dirección deportiva que lucha con pocas armas en un mercado al que muchos otros equipos salen también con un tirachinas.
Y por otro lado está el Valencia 'business-class', el de Lim y Mendes, el que se planifica en reuniones en varios continentes y le sobran los millones. Repantingado en el asiento de cuero del avión, con una pantalla individual y con una amplia agenda de futbolistas 'top' en la agenda a los que está dispuesto a fichar. "Viene a ganar la Liga", comentó Salvo sobre las intenciones de Lim y aquí entra todo: Enzo Pérez, Chicharito, Rodrigo, Gomes, Lukaku... "Això ho paga Lim", parafraseando la clásica frase del cómico Xavi Castillo.
Los dos Valencias existen y los dos vuelan en paralelo. Hasta que no se cierre definitivamente la venta del club a Peter Lim va a seguir siendo así. Rufete hace movimientos por un lado y Mendes, con el consentimiento del magnate, los hace por otro. Los dos no pueden cerrar del todo ninguna operación pero las dejan listas para la firma final. Rufete porque necesita la aprobación del nuevo dueño para gastarse el dinero, y Mendes porque a pesar de tener ya la aprobación aún no tiene club donde colocar al futbolista que firme. Podría ficharlo para el fondo de Lim, pero necesita conocer con seguridad el destino final del jugador.
EL Valencia 'low-cost'
Este es el Valencia pobre. Pobre en comparación con el otro, claro. La clave de las compras en este Valencia pasa por la venta de futbolistas. Se ha gastado casi 5 millones en Rodrigo de Paul, una gran promesa argentina y 15 en Otamendi, un buen central, a expensas de vender algo de lo que tiene y quiere vender -Rami, Banega, Guaita...- o algo de lo que tiene y no quiere vender -Mathieu, Parejo-.
Rufete está peinando el mercado en busca de gangas, de jugadores con hambre de los que se vislumbra su potencial pero aún no han explotado. El caso del jugador del Betis Juanfran es paradigmático en este contexto. El Valencia ha contactado con él y le ha dicho que en principio está interesado en sus servicios. Jugador con proyección en un equipo que acaba de descender. Saben que el coste rondará el millón de euros, pero aún no han podido hacer ninguna oferta definitiva porque están a la espera del nuevo dueño.
El Valencia 'low-cost' también busca cedidos, como hizo en el mercado de invierno y como lo hace ahora. Jugadores que busquen renacer después de una mala temporada. Iago Aspas o Medel son algunos ejemplos, siempre pendientes del encaje de bolillos.
Y ahora este es el Valencia rico. En la plantilla de Lim y Mendes la cosa cambia. Los nombres ilusionan y las cantidades aumentan. No hablan de jugadores cedidos... excepto los que vengan por el fondo Meriton, propiedad del magnate de Singapur.
En este Valencia 'busines-class' es Jorge Mendes el que lleva las negociaciones en nombre de la entidad. Él ha negociado con el Benfica para el traspaso de Enzo Pérez por 25 millones de euros y es el responsable de que Garay aún no haya oficializado su pase al Bayern de Múnich.
Mendes mantiene muchas opciones abiertas y en el club saben hacia donde dirige sus tiros, aunque desconocen el estado de las negociaciones que lleva entre manos excepto por lo que Lim o el propio agente le pueda comunicar a Salvo.
Chicharito Hernández, Lukaku, Dzeko... La actual estructura deportiva sabe que Lim y Mendes han puesto el ojo en estos jugadores y que de una forma u otra están intentando su contratación. Pero poco más.
Reunión para cruzar datos
En el actual Valencia aguardan la reunión definitiva con Lim para saber qué quiere exactamente. En ese cónclave cruzarán datos con el nuevo propietario y éste decidirá qué es lo que más le conviene al club. Esto es como un proceso de fusión -o mejor dicho de absorción - en el que los que estaban le exponen al nuevo sus ideas, sus opiniones y sus proyectos y el que acaba de entrar con el dinero decide si le vale todo eso o no.
Lim va a confiar en Salvo para la gestión del club, lo que implica la continuidad de la actual estructura deportiva. Pero eso no quiere decir que las funciones sigan siendo las mismas que hasta ahora. Lim llega con muchos millones y, aconsejado por Mendes, pondrá nombres de futbolistas encima de la mesa. La labor de Rufete y su equipo será entonces la de realizar informes sobre esos jugadores para aconsejar si encajarían bien, mal o regular con el equipo que tenga en esos momentos el Valencia.
Método de trabajo
En ese sentido Rufete, Ayala, Salvans y Pizzi se tendrían que ganar poco a poco la confianza del nuevo dueño con trabajo para que éste viese que sus consejos son válidos. El que paga manda y eso lo sabe la actual estructura deportiva, que acatará todas las imposiciones de arriba sin rechistar porque son conscientes de que su rol va a cambiar. Si quiere Lim fichar a un jugador lo va a fichar, digan lo que digan, aunque en el club esperan que con el tiempo y gracias al trabajo cada vez vaya teniendo más en cuenta las opiniones de los profesionales que trabajan en el Valencia.
Además a nadie le amarga una imposición de un fichaje de 25 millones de euros. Si vale 25 es porque es buen jugador... se supone. Pizzi seguirá opinando si le vale o no. Rufete, Ayala y Salvans dirán si encaja más o menos en el equipo. Salvo se lo trasladará a Lim. Lim hablará con Mendes. Y Lim decidirá. Así serán los grandes fichajes desde el momento en que el magnate compre el club. Bueno, más o menos.
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