@ManoloMontalt
Más allá del lógico análisis tras una derrota, la realidad es que de poco vale llorar por la leche derramada. Los tres puntos de Vallecas se quedaron en el barrio madrileño en el peor partido de la era Pizzi para el Valencia CF. Esta derrota le pone muy cuesta arriba al Valencia su aspiración por jugar en Europa la temporada siguiente.
El principal handicap de la racha positiva que obtuvo el Valencia de la mano de Pizzi es que las ocho jornadas sin perder han servido para bien poco a la hora de recortar puntos con los rivales. Este problema -y la falta de puntos sumados durante la época de Djukic- conducen al hecho de que las derrotas tengan un efecto demoledor de cara a latabla clasificatoria.
Por tanto es necesario mirar hacia delante, ya que los tres próximos partidos van a determinar la medida de las posibilidades y el objetivo real de los de Pizzi en la presente campaña. Anoten: Athlétic de Bilbaoen Mestalla, Real Sociedad en Anoeta y Villarreal en el feudo valencianista. Si el Valencia quiere soñar con estar en Europa la temporada siguiente debe sumar, al menos, seis de los próximos nueve puntos en juego.
Todo lo que sea menos de esos números será un mazazo gordísimo -o sea, no definitivo pero casi- a las aspiraciones de jugar en Europa la campaña siguiente.
La mejor noticia es la recuperación tras su partido de sanción de Dani Parejo. Sin el de Coslada, el Valencia caminó desnortado y sin ningún patrón de juego en Vallecas. La ausencia de la brújula del Valenciademostró la dependencia del juego actual del equipo del criterio que Parejo le imprime a la circulación de la pelota. Si a ello añadimos que, además, es un futbolista capaz de marcar el ritmo del partido, entenderemos el pobre bagaje ofensivo del Valencia en Vallecas.
A pesar de que lleva más encuentros fuera del equipo, no quiero olvidarme de Piatti. Desde la lesión del argentino, el equipo de Pizzi ha perdido profundidad y acierto en las contras. Esperemos que vuelva lo antes posible.
La línea ascendente marcada por el Valencia desde la llegada de Pizzi me lleva a pensar que lo ocurrido ante el Rayo fue un accidente. Ahorallega la hora de la verdad en la Liga. Llegan los enfrentamientos directos. Y en esas disputas el terreno que se ceda -esperemos que sea el mínimo- ya no hay tiempo ni posibilidad de recuperarlo.
Una derrota cada ocho partidos, no es una mala marca. Y además este equipo ganó en el Nou Camp.
Así que, ¿por qué no vamos a ser optimistas?
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