Joan Carles Martí
Da lo mismo quién lo vio primero, pero la llegada de Pizzi ha sido un acierto, con independencia de cómo acabe el curso, porque se vislumbra un patrón de juego y una buena gestión tanto de los entrenamientos, como del vestuario. Aunque el gran valedor del argentino fue Ayala. El conocimiento profundo de Mestalla del «Ratón» y los precisos informes que recogió de sabios de fútbol (incomprensiblemente fuera del club) ayudaron mucho al técnico para iniciar su reto en Europa. Ayala ha vuelto al Valencia para acallar a esos que lo despidieron con malos modos, algunos muy cercanos hoy a Salvo. Él siempre fue de cara, una valentía muy poco habitual en el panorama blanquinegro de la última década, donde han triunfado siempre encantadores de serpientes. Algunos han engañado tanto, que incluso han cobrado millones del club. En cambio, el bravo exdefensa central empieza con un cargo y sueldo intermedio, ser los ojos valencianistas en Sudamérica. Sabiendo de su cabeza amueblada pregunté a un amigo suyo cómo había sido capaz de comprometerse con un Valencia que ya estaba en estado de ebullición. Necesita el fútbol, me dijo primero, y si los que compran el club son listos él será uno de los que se quedarán, remató. Sin duda, un futbolista que ha estado en tres mundiales con Argentina dispone de un currículum notable. En caso que los nuevos propietarios decidan prescindir de sus servicios, recogerá velas sin rechistar.
Lee el fútbol como jugaba, claro y convincente. Sin adornos ni milongas. Ayala va a ser de gran ayuda para Pizzi. Sabe cómo está de deteriorado el club, pero también las expectativas para volver a ser uno de los grandes. Conoce a la perfección el carácter pirotécnico del valencianismo y la capacidad devoradora del entorno. Por eso, el entrenador dedica todo su esfuerzo en el equipo, su trabajo, sin despistarse en nada, como les pasó a Pellegrino y Djukic. Pizzi tiene tarea por delante, el partido de mañana en Vigo debe consolidar la imagen positiva que ha dado el Valencia ante el Levante y el Atlético. En un mes que será complicado en el aspecto social ante la inminente venta y con escasas posibilidades de fichar, la disputa de los partidos se antoja lo más importante para que el equipo adquiera una velocidad de crucero.
http://www.levante-emv.com/deportes/2014/01/10/mano-ayala/1067073.html
Da lo mismo quién lo vio primero, pero la llegada de Pizzi ha sido un acierto, con independencia de cómo acabe el curso, porque se vislumbra un patrón de juego y una buena gestión tanto de los entrenamientos, como del vestuario. Aunque el gran valedor del argentino fue Ayala. El conocimiento profundo de Mestalla del «Ratón» y los precisos informes que recogió de sabios de fútbol (incomprensiblemente fuera del club) ayudaron mucho al técnico para iniciar su reto en Europa. Ayala ha vuelto al Valencia para acallar a esos que lo despidieron con malos modos, algunos muy cercanos hoy a Salvo. Él siempre fue de cara, una valentía muy poco habitual en el panorama blanquinegro de la última década, donde han triunfado siempre encantadores de serpientes. Algunos han engañado tanto, que incluso han cobrado millones del club. En cambio, el bravo exdefensa central empieza con un cargo y sueldo intermedio, ser los ojos valencianistas en Sudamérica. Sabiendo de su cabeza amueblada pregunté a un amigo suyo cómo había sido capaz de comprometerse con un Valencia que ya estaba en estado de ebullición. Necesita el fútbol, me dijo primero, y si los que compran el club son listos él será uno de los que se quedarán, remató. Sin duda, un futbolista que ha estado en tres mundiales con Argentina dispone de un currículum notable. En caso que los nuevos propietarios decidan prescindir de sus servicios, recogerá velas sin rechistar.
Lee el fútbol como jugaba, claro y convincente. Sin adornos ni milongas. Ayala va a ser de gran ayuda para Pizzi. Sabe cómo está de deteriorado el club, pero también las expectativas para volver a ser uno de los grandes. Conoce a la perfección el carácter pirotécnico del valencianismo y la capacidad devoradora del entorno. Por eso, el entrenador dedica todo su esfuerzo en el equipo, su trabajo, sin despistarse en nada, como les pasó a Pellegrino y Djukic. Pizzi tiene tarea por delante, el partido de mañana en Vigo debe consolidar la imagen positiva que ha dado el Valencia ante el Levante y el Atlético. En un mes que será complicado en el aspecto social ante la inminente venta y con escasas posibilidades de fichar, la disputa de los partidos se antoja lo más importante para que el equipo adquiera una velocidad de crucero.
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